La ganadería ha sido parte integral de la civilización humana desde sus orígenes, proporcionando recursos esenciales como carnes, lácteos, cueros y otros productos y subproductos. A medida que la población global continúa creciendo, la agroindustria se enfrenta al desafío de producir de manera más eficiente asegurando, al mismo tiempo, la sostenibilidad.
“El campo de la genética animal es una herramienta fundamental para abordar estos desafíos, ofreciendo soluciones innovadoras para mejorar la producción de ganado, la resistencia a enfermedades y el bienestar general de los animales”, dice Carlos Braun, presidente del Directorio de Bellamar Estancias SA y co-founder de Aqua Capital Partners.
El éxito y la eficacia de las operaciones agropecuarias de Bellamar, que surgieron a raíz de la división de los activos de la centenaria empresa Comega SA, están intrínsecamente vinculados con el conocimiento, la tecnología y la aplicación de la genética en su unidad ganadera.
En este área, Bellamar se dedica a la producción de carne para el consumo local e internacional, a través del desarrollo de reproductores bovinos de diversas razas, como Angus, Brangus, P. Hereford y Braford.
Al aprovechar la comprensión avanzada de la genética, Bellamar puede seleccionar y criar animales con características específicas que conduzcan a un aumento eficiente en la producción de carne.
En este sentido, Carlos Braun destaca que “Bellamar (y previamente Comega) está a la cabeza de las innovaciones tecnológicas a través de sostenidas inversiones en el campo de la genética en sus rodeos desde hace más de 100 años”.
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Transformando la producción
La genética animal ha experimentado avances significativos en las últimas décadas, transformando la forma en que los criadores abordan la crianza y producción de animales en la agroindustria desde la caracterización hasta la conservación. “Es fundamental tanto para los esfuerzos encaminados a incrementar la producción como para la adaptación de las poblaciones ganaderas a desafíos tales como el cambio climático y la habituación a distintas regiones”, indica Carlos Braun.
Así es como el Centro Genético Corral de Guardia de Bellamar Estancias permite acceder, vía la inseminación artificial, a genética de alto nivel a medida del productor comercial. Solamente ingresan al centro un exclusivo grupo de toros que han obtenido una producción destacada en los planteles más exigentes. Esto asegura al criador la adquisición de genética estrictamente probada.
Esto ha tenido un impacto positivo tanto en la salud de los animales como en la calidad de los productos alimenticios.
Implicaciones para la agroindustria
La aplicación de la genética animal en la agroindustria conduce a una mayor eficiencia en los sistemas de producción. Esto resulta en mayores rendimientos y un menor consumo de recursos, abordando la creciente demanda de alimentos mientras se minimiza el impacto ambiental.
Para Carlos Braun “es fundamental destacar que todas estas prácticas se llevan a cabo en cumplimiento con los más rigurosos requisitos científicos establecidos por la comunidad”.
La evolución de la genética animal en la agroindustria representa un momento crucial para dar forma al futuro de la producción alimentaria sostenible, enfatizando la intersección entre la ciencia y la economía.
Colaboradora en ReporteAsia.