Se argumenta que la etnicidad es uno de los factores determinantes más descuidados a la hora de entender los cambios políticos que se están produciendo actualmente en Afganistán. El hecho de que haya una multitud de grupos étnicos que habitan en Afganistán se ha estudiado y deliberado durante mucho tiempo. El problema, sin embargo, ha sido identificar cómo la propia etnia puede ser un elemento disuasorio con respecto a la "reconstrucción política".
Con la caída de Kabul y el ascenso de los talibanes en Afganistán, la cuestión de la representación de los grupos étnicos minoritarios ha sido motivo de creciente preocupación. La respuesta básica del portavoz talibán, Suhail Shaheen, ha sido que el futuro gobierno representará a personas de todos los grupos étnicos. Sin embargo, los informes sobre la persecución de las familias hazaras elaborados por Amnistía Internacional pintan un panorama diferente.

Aquí es importante definir la etnia y argumentar cómo es una variable tan importante en la política afgana. Castell en su obra seminal "The Power of Identity: Economía, Sociedad y Cultura" define la etnicidad como la construcción de identidades a partir de la geografía, la historia, la biología y otras facetas de la memoria colectiva. Por tanto, puede atribuirse al sentido más primitivo de la autoidentificación. Con respecto a Afganistán, la naturaleza de los grupos étnicos y su identificación ha evolucionado con el tiempo. Antes, en el siglo XVIII, identidades como "hazaras" y "chiítas" eran sinónimos por naturaleza.
Los tayikos eran el grupo que principalmente no era pastún, es decir, que no hablaba persa. La palabra "pashtún" en persa es un sinónimo de la palabra "afgano". El siglo XIX marca el inicio de los exploradores y soldados que llegan con su propia comprensión de cómo identificar a los habitantes de la región. El principal ejemplo de esta taxonomía étnica comienza con el informe de Henry Bellew. En él, menciona unos ocho grupos étnicos principales.
La dimensión geopolítica de Afganistán como el “corazón de Asia”
Mientras que el himno nacional de Afganistán reconoce alrededor de 14 grupos principales, a saber, pastunes, hazaras, uzbekos, baluchis, tayikos, turcomanos, nooristaníes, pamiríes, árabes, gujares, brahuis, qizilbash, aimaq y pashai. La existencia de grupos como los pashai, los tayikos de montaña, llegó mucho más tarde, con antropólogos como Franz Schurmann (1962) que entraron en escena a finales del siglo XX.
Aquí es importante definir la etnia y argumentar cómo es una variable tan importante en la política afgana
La firma del Tratado de la Línea Durand con los británicos, por parte del emir Abdul Rahman en 1893, supuso la cesión de una importante región dominada por los pastunes. Aún así, los pashtunes, como gobernantes, eran el grupo dominante, aunque los tayikos y los qizilbash estuvieran a cargo de la burocracia. El aspecto de la "división étnica" aún no se consolidó durante estos años. En el siguiente medio siglo, somos testigos de que la etnicidad desempeña un papel importante con respecto a las construcciones políticas.
Grupos como Setam-e-Milli, Afghan Millat entran en la arena política reclamando el frente político pastún. La invasión soviética cambia la dinámica política de la región. La dominación pastún se ve gravemente cuestionada, con la aparición de la representación no pastún de los uzbekos, baluchis y nooristaníes bajo el liderazgo de la facción Parcham justo después de la invasión de 1979. Este fue un periodo de grandes disputas políticas, en el que Najibullah no consiguió unir Afganistán. Su fracaso dio lugar a la Guerra Civil Afgana. Este periodo de anarquía disolvió aún más la influencia que les quedaba a los pashtunes en la política estatal. La época de los muyahidines fue aún más tumultuosa, lo que sirvió de caldo de cultivo para el ascenso de los talibanes.
A la caída de Kabul en 1996, le siguió el ahorcamiento del cadáver de Najibullah en exposición pública. Los talibanes que dirigían Kabul en 1996 no pudieron buscar el apoyo de los líderes pastunes. Las políticas restrictivas de los talibanes crearon una fuerza opositora bajo el liderazgo de los muyahidines pastunes. En el siglo XXI se produjo un consenso global contra la posibilidad de que los talibanes se hicieran con todo Afganistán.
La aparición de la limpieza étnica en Kabul, Hazarajat y Mazar-i-Sharif fueron ejemplos de cómo grupos minoritarios como los tayikos y los hazaras fueron víctimas y perseguidos desde sus hogares. El atentado de 2001 en Washington cambió el clima político en Afganistán, ya que Estados Unidos declaró la "guerra contra el terror". En un principio, esto hizo que los talibanes se convirtieran en una fuerza redundante en Afganistán, y que Hamid Karzai recibiera la administración. La idea era garantizar un gobierno étnicamente estable y representativo con la creación de instituciones democráticas.
Veinte años después, con la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán, y prácticamente invitando a la toma de posesión de Afganistán por los mismos talibanes, se plantea una cuestión más amplia. La relevancia geopolítica de la toma del poder ha sido debatida y muy articulada en los últimos dos meses. Pero la pregunta que queda en el aire es qué significará la reaparición de los talibanes para las minorías étnicas. Aljazeera informa de que se ha producido un llamativo aumento de la violencia contra la comunidad hazara, una vez más. En octubre de 2021, Amnistía informó de que unos 4.000 hazaras habían sido perseguidos desde sus hogares. En Mazar -e -Sharif se produjeron de nuevo episodios de limpieza étnica. La historia se repite no sólo con respecto a las comunidades, sino también con respecto a los lugares.
la pregunta que queda en el aire es qué significará la reaparición de los talibanes para las minorías étnicas
Este patrón de violencia es paralelo al de la toma de posesión de 1996, y después de 25 años se vuelve a encadenar la persecución y la violencia. Mientras debatimos la relevancia de la etnicidad para entender el conflicto afgano, el clima político actual de Afganistán ya ha empezado a dividirse bajo líneas étnicas. Los gabinetes que se exhiben, con la representación de algunos grupos no pashtunes, no descartan el patrón de violencia con el que vienen los talibanes.
Por último, hay que tener en cuenta la política de legitimidad que los talibanes han llevado a cabo durante la última década, en la que algunos ancianos hazaras se han manifestado a favor del gobierno talibán, en contraposición al anterior gobierno influenciado por las "potencias extranjeras". Esta versión de ganar legitimidad a lo largo de los años, convirtiéndola en una táctica adecuada para ganar peso político en este nuevo Afganistán, es bastante diferente a la de los talibanes. El futuro de Afganistán y de sus grupos étnicos depende de la rapidez con la que la comunidad internacional pueda desatar controles y equilibrios en este nuevo Afganistán dirigido por los talibanes. Lo más probable es que esto se convierta en una situación similar a una guerra civil dentro de Afganistán, desatando una nueva ronda de violencia y persecución.
Descargo de responsabilidad: Las opiniones y los puntos de vista expresados por el autor no reflejan necesariamente los puntos de vista del Gobierno de la India ni de Defence Research and Studies.
Imagen del título por cortesía de Indian Express
Artículo republicado en el marco de un acuerdo con Dras (Defense Research and studies) para compartir contenido. Link al artículo original: https://dras.in/understanding-ethnicity-in-taliban-led-kabul/
Upamanyu Basu, investigador asociado en formación en el DRaS, realizó su licenciatura y su máster en ciencias políticas. Ha presentado y publicado sus trabajos en diversos foros académicos. Sus intereses de investigación se centran en los conflictos, el sur de Asia, la igualdad de género y la guerra.