El desarrollo de la inteligencia artificial

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Los sistemas de inteligencia artificial (IA) ya están transformando las industrias y convirtiéndose en una parte indispensable de nuestra vida cotidiana. 

Estos sistemas, que aprovechan las máquinas para procesar y analizar grandes cantidades de datos, han cambiado enormemente la vida de la sociedad, el trabajo y el ocio de las personas, y se pueden aplicar en incontables industrias, desde la energía, la agricultura, el arte y cualquier otro imaginable. 

Pero, estos sistemas consumen grandes cantidades de energía, por lo que plantea la problemática a los especialistas de IA, de preocuparse por los impactos medioambientales que las nuevas tecnologías pueden tener.

Sobre todo porque la demanda de datos y dispositivos inteligentes está en aumento constante.

Los criterios medioambientales también se han convertido en una medida de rendimiento crucial para las empresas e industrias, y estas presentan un fuerte interés por el desarrollo sustentable, impulsadas en especial por los objetivos de neutralidad de carbono de distintos países y los objetivos de desarrollo sustentable de la ONU

El impacto de la IA en el medioambiente

El campo de la IA está progresando a pasos agigantados y sus usos son evidentes. En la medicina, se desarrollan nuevos métodos de operaciones clásicas, en la industria se desarrollan nuevas formas de producir más, con menos insumos, y en el arte, se abre la posibilidad de expandir los horizontes a niveles nunca antes vistos.

Pero la computación a gran escala, necesaria para obtener estos avances tecnológicos viene con un precio. 

El entrenamiento de los modelos de IA puede acarrear importantes costes financieros y medioambientales debido a la energía necesaria para realizar dichos cálculos. Además de los costes monetarios del hardware, la electricidad y el tiempo de computación en la nube, alimentar dicho hardware durante semanas y meses también podría dejar una enorme huella de carbono.

Hay estudios que muestran que AlphaGo Zero de Google -la IA que juega al juego del Go contra sí misma para autoaprender- generó la friolera de 96 toneladas de dióxido de carbono durante 40 días de entrenamiento de investigación. Esto es comparable a 1.000 horas de viaje en avión.

A nivel mundial, la huella de carbono de los centros de datos se estima en más del 2% de las emisiones mundiales de carbono. Se espera que esta cifra aumente al 3,2% en 2025 y al 14% en 2040. 

Esto pone de manifiesto la importancia crítica de contar con una IA sostenible, que pueda abordar los problemas de la huella de carbono y la utilización de recursos.

Las posibilidades en el uso medioambiental

Aunque el uso de la IA crea una huella de carbono cada vez mayor, el mismo problema puede utilizarse para lograr una solución. Y de hecho se ha utilizado, como parte de los esfuerzos de sostenibilidad.

Un área en la que se prevé que la IA desempeñe un papel clave es el uso de la energía. Las aplicaciones de IA pueden equilibrar las necesidades de suministro y demanda de electricidad en tiempo real, al tiempo que optimizan el uso y el almacenamiento de la energía para reducir las tarifas. 

En un futuro de energía verde, la energía renovable procederá de diversas fuentes, como las microrredes, los parques eólicos y los paneles solares. La energía generada por estas fuentes es propensa a fluctuaciones inciertas en función de las condiciones meteorológicas imperantes, a diferencia de la producción más predecible de las centrales de gas o carbón.

Con una red energética mundial tan descentralizada, la IA desempeñará un papel crucial en la gestión de la complejidad del despliegue de la energía en las instalaciones industriales, los edificios de oficinas, los hogares y donde sea necesario. 

Dado el clima desestabilizador del mundo y las condiciones meteorológicas imprevisibles, el cambio de nuestro actual sistema energético a uno inteligente centrado en la IA dará lugar a una red más resistente y flexible cuando se produzcan fenómenos meteorológicos imprevistos. 

La flexibilidad y la resistencia de la red también serán necesarias a medida que crezca la demanda de electricidad en las economías digitales en auge en un mundo cada vez más conectado.

En general, si el impacto medioambiental de la IA puede reducirse y más organizaciones empiezan a utilizarla en sus iniciativas de sostenibilidad, el uso de la IA en su conjunto podría alcanzar un nivel cercano a la neutralidad de carbono, por lo que podríamos gozar de todos sus beneficios, al tiempo que se contribuye a crear un futuro más sustentable.

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Alejandro Zaga Masri es co-fundador de Rimas Producciones, atleta, estudiante, empresario y artista.