Eri Machii: un enfoque japonés para mejorar el acceso a los medicamentos en África

Eri Machii

En la búsqueda de las mujeres más importantes de Asia, encontramos varias figuras que no se limitaron a las fronteras de su país, y salieron en búsqueda de los más necesitados para hacer del mundo un lugar mejor, este es el caso de la farmacéutica japonesa, Eri Machii.

Para entender la historia de Machii hay que primero entender al “okigusuri”. Con una historia de más de 320 años, el “okigusuri” es un método de venta tradicional japonés de “usar primero, pagar después” nacido en la prefectura de Toyama, en el que los medicamentos se colocan en una caja en el hogar o el lugar de trabajo, y se cobra después el dinero por el medicamento que se haya utilizado.

AfriMedico es una organización sin ánimo de lucro que introdujo este sistema de okigusuri en África para llevar medicamentos a regiones de Tanzania que carecen de atención médica suficiente. Esta organización fue fundada por Eri Machii.

Su historia

Durante su participación en actividades de voluntariado en el extranjero cuando era una estudiante universitaria, Machii decidió hacer contribuciones más sustanciales a los problemas médicos de los países en desarrollo.

Para ayudar a proporcionar apoyo médico a África, dejó su trabajo y se fue a Níger como miembro de los Voluntarios de Cooperación en el Extranjero de Japón.

En una clínica de ese país africano, se dio cuenta de que los medicamentos no llegaban a los pacientes que los necesitaban.

Machii explica que “en África, los gastos de viaje y entrega son elevados, lo que dificulta que las personas que viven en las zonas más profundas de África puedan ir a los hospitales, y hace que la entrega de medicamentos a pueblos lejanos sea casi imposible”.

En consecuencia, estas personas no podían ser tratadas en las primeras etapas y se las dejaba hasta que sus condiciones empeoraban. Esta situación llevó a Machii a pensar qué se podía hacer para hacer llegar los medicamentos a la gente que más los necesitaba.

A pesar de poder impartir conocimientos médicos a la población de Níger, razones como la situación económica de las comunidades locales hacían imposible mejorar su situación médica.

La idea del okigusuri

Sintiéndose incapaz de hacer frente a la situación, Machii asistió a una escuela de gestión a su regreso a Japón para aprender qué tipo de sistema sostenible podría ser gestionado principalmente por la población local.

Allí ideó un modelo de negocio okigusuri que permitiera a la población local asumir un mayor papel en el cuidado de su propia salud.

Según Machii, en los siglos pasados en Japón había tres factores que hacían que los okigusuri fueran populares: una infraestructura subdesarrollada, la falta de un seguro sanitario universal y la convivencia de familias numerosas.

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Su investigación reveló que hay muchos lugares en países como Níger y Tanzania que se ajustan a estos mismos criterios y tienen necesidades importantes, lo que la llevó a considerarlos candidatos para los sistemas de okigusuri.

Pensó que transportando grandes cantidades de medicamentos a varios lugares a la vez, podría mantener bajos los costes de transporte. Además, utilizando el dinero ganado con el okigusuri en los negocios de las ciudades donde hay una gran demanda, podría proporcionar un suministro constante de medicamentos a las aldeas remotas a los mismos precios que los de las ciudades.

AfriMedico

En 2014, junto con una veintena de miembros que deseaban contribuir a mejorar la situación médica en África, Machii creó AfriMedico. Con el asesoramiento de una red de farmacéuticos locales en Tanzania, la organización comenzó sus actividades.

Según Machii, “AfriMedico cuenta con un equipo local de unos 10 miembros formado por farmacéuticos y enfermeros tanzanos. Este equipo se encarga de seleccionar los medicamentos necesarios y de visitar los hogares donde se guardan las medicinas. Mientras tanto, el equipo japonés, colabora con las empresas farmacéuticas japonesas y realizamos encuestas en África, además de aumentar la concienciación allí mediante eventos y otros esfuerzos.”

En la actualidad, hay más de 50 hogares en aldeas de dos provincias tanzanas que cuentan con el sistema okigusuri, que las comunidades locales han elogiado.

Ahora los síntomas pueden aliviarse inmediatamente con medicamentos seguros gracias al sistema okigusuri. Aunque el sistema está por fin en marcha, los recursos humanos y los fondos son cuestiones a las que hay que hacer frente para seguir ampliando el alcance de esta actividad.

Machii menciona que “para fortalecer nuestra organización, necesitamos que más personas conozcan esta actividad y aumentar el número de nuestros seguidores”.

“Para el futuro, aumentaremos la concienciación sobre las contramedidas antipalúdicas y el saneamiento a través de grupos de estudio y eventos, mientras intentamos alcanzar nuestro objetivo final de que la población local pueda manejar más su medicación por sí misma”, dice Machii.

Gracias a los esfuerzos de AfriMedico, el okigusuri se ha convertido en un fenómeno cultural que vincula a África con Japón. Para Machii y su organización, es un punto de partida para los retos venideros.

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Florencia Masri es co-fundadora de Rimas Producciones, presidente de Falcon Properties, y madre de 6 hijos.