Solana Gassiebayle: “la composición y el paisaje de la mesa es una expresión cultural”

Solana Gassiebayle

Al momento de compartir un encuentro, todos nos solemos reunir en una mesa. “La composición de la mesa, como así también, el ambiente que la rodeará, varía completamente según el tipo de cultura de la cual provengamos”, comenta Solana Gassiebayle, coautora del libro “Reuniones en Sudamérica: Paisajismo de Mesas e Inspiraciones Florales”. 

Sin lugar a dudas, los latinos somos dueños de un carisma y una sonrisa que nos caracteriza, y eso lo notamos en el paisaje que se genera en la mesa a la cual nos sentamos y disfrutamos de los momentos más cálidos con nuestros familiares y seres queridos, o incluso en reuniones formales de trabajo o negocios.  

Es indispensable considerar que cada montaje, cada elemento en la mesa, es un acto de comunicación, y de ahí lo importante de tener en cuenta todos los detalles posibles, para generar los paisajes y ambientes que tenemos en mente.  

Solana Gassiebayle

Poner la mesa: un acto con connotación histórica y cultural

Anteriormente reflexionamos sobre las expresiones culturales que se reflejan al momento de montar una mesa. Incluso, si analizamos las diferentes culturas, veremos que los utensilios que se utilizan son diferentes, e incluso, la cantidad de recipientes (y cómo varían sus materiales y composición) que se ponen a disposición de los comensales. Basta con que reparemos en una mesa tradicional latinoamericana y en una mesa tradicional asiática, donde se utilizan muchos más recipientes e incluso el plato principal se sirve en un único artefacto, el cual es para compartir. 

“Sin lugar a dudas, el acto de “poner la mesa” es un acto comunicacional, donde se filtran los bagajes culturales de cada una de las personas”, señala Solana Gassiebayle.  

Desde el punto de vista histórico, podemos remontarnos al antiguo testamento e incluso a las escrituras de Homero. De donde surge de forma clara y precisa, la importancia del montaje de la mesa, los utensilios a utilizar, como así también, la distribución de los lugares a ocupar. 

En este sentido, en casi todas las culturas del mundo, sentarse próximo al dueño de casa, o la persona con mayor relevancia en el evento, es una demostración de interés.

Paisajes en la composición de las mesas

El paisaje que iremos a generar a través de la composición de la mesa, debe ser acorde al momento que pretendemos pasar, como así también, quiénes serán nuestros invitados e incluso debemos tener en cuenta la relación que nos une con cada uno.

En este sentido, sin dudas la composición variará según el contexto en el cual tengamos nuestro encuentro. Y por ende, los utensilios, cerámicas, porcelanas y manteles serán completamente diferentes. 

Por ejemplo, en el armado de las mesas familiares latinoamericanas, suelen utilizarse una mezcla entre colores cálidos y vivos, que sirven de representación de la energía y comunidad del ámbito familiar. En estas ocasiones, utilizar diferentes bowls o pequeñas vasijas de cerámicas, es muy recomendable, debido a que también el color café puede servir para equilibrar los tonos, dándonos una segunda sensación de paz y tranquilidad. 

Otro momento que puede servir para ilustrar lo que estamos comentando es la composición de nuestra mesa al momento de predisponernos a una cita romántica o con nuestra pareja. En estos momentos, siempre se recomiendan copas de cristal, diferentes tipos de utensilios en función del menú que iremos a servir. Así también, suelen utilizarse colores que pueden variar según la gama del rojo, el azul e incluso muchos especialistas de la temática en cuestión recomiendan utilizar colores más cercanos al negro.

Remarca Solana Gassiebayle que las flores de diferentes tamaños, tipos y colores pueden ser de gran utilidad para lograr los diferentes ambientes y contextos que pretendamos generar.  En este sentido, y siguiendo el ejemplo anterior, las rosas rojas, o incluso de otros colores, suelen ser asociadas culturalmente, a una relación amorosa o sentimental.

Un reflejo de la personalidad

Solana también nos comenta que del armado de la mesa y de los utensilios puestos a disposición, podemos notar lo refinado de la persona que nos invita a compartir un almuerzo o una cena. 

Solana Gassiebayle

Independientemente de los cuadros, objetos u otras ornamentaciones que se encuentren a nuestro alrededor, los utensilios utilizados y la forma en los que son colocados en la mesa son un gran reflejo de las personas.  

“Si bien muchas veces, producto de la velocidad de la época en la que convivimos, “poner la mesa” se convierte en un acto cotidiano al cual no le asignamos ningún interés, es sin dudas un claro reflejo de nuestra personalidad, nuestras costumbres familiares y por supuesto del contexto socio-cultural en el cual nos hemos desarrollado”, explica Solana Gassiebayle.

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Colaboradora en ReporteAsia.

 

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