Fumio Kishida pide al bloque gobernante que sopese una rebaja del impuesto sobre la renta para combatir la inflación

FUMIO KISHIDA

El primer ministro de Japón Fumio Kishida pidió el viernes a los altos ejecutivos de la coalición gobernante que consideren la posibilidad de reducir el impuesto sobre la renta como medida temporal para aliviar a los hogares de los efectos adversos de la inflación, en su último impulso a la redistribución del crecimiento económico.

Aunque los detalles deben concretarse hacia finales de año, los ejecutivos del partido declararon tras reunirse con Kishida que es probable que una rebaja fiscal sea efectiva durante un año, y que un programa de pagos aparte ayudará a las rentas bajas que ya están exentas de impuestos y que, de otro modo, quedarían al margen.

Se espera que el recorte del impuesto sobre la renta sea un elemento clave del paquete de medidas de alivio de la inflación que el Gabinete tiene previsto ultimar el 2 de noviembre, ya que el aumento de los precios de los bienes de consumo cotidiano ya está estrangulando los presupuestos familiares, mientras que los salarios reales están cayendo.

«El objetivo es devolver a todo el mundo parte del aumento de los ingresos fiscales registrado en los últimos años hasta que se consolide el impulso de las subidas salariales», declaró a la prensa Koichi Hagiuda, jefe de política del Partido Liberal Democrático, tras visitar a Kishida en su despacho en la jornada inaugural de una sesión extraordinaria de la Dieta.

Los críticos cuestionaron la eficacia de una reducción de impuestos como medio para aliviar el dolor del aumento de los precios de los bienes cotidianos, y citaron el largo proceso y el trabajo legislativo que serían necesarios para aplicar dicha reducción.

Incluso si la legislación se aprueba durante una sesión ordinaria de la Dieta que normalmente comienza en enero, lo más pronto que los hogares japoneses sentirían los beneficios de un recorte de impuestos sería probablemente la próxima primavera.

Kishida está luchando por apuntalar el menguante apoyo público, en medio de persistentes especulaciones de que está tratando de decidir cuál es el mejor momento para disolver la Cámara de Representantes y convocar unas elecciones anticipadas. De cara a las elecciones parciales del domingo, el plan de reducción de impuestos se considera un intento de disipar la percepción entre algunos votantes de que está a favor de las subidas de impuestos.

Se espera que el recorte del impuesto sobre la renta sea un elemento clave del paquete de medidas de alivio de la inflación que el Gabinete tiene previsto ultimar el 2 de noviembre

Algunos legisladores y críticos de la oposición han arremetido contra el Gobierno por su supuesta incoherencia, ya que, por un lado, aboga por subir los impuestos para ayudar a financiar un aumento sustancial del gasto en defensa y, por otro, quiere reducir la carga fiscal de los ciudadanos, aunque sea temporalmente para luchar contra la inflación.

Hagiuda afirmó que la subida de impuestos prevista para garantizar la financiación necesaria para aumentar las capacidades de defensa no debería comenzar en 2024. «No tenemos intención de hacerlo el año que viene. Diseñaremos un marco basado en ese escenario», añadió.

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Recortar el impuesto sobre la renta supondría o bien restar una determinada cantidad de los pagos fiscales, independientemente de los ingresos, o bien fijar un determinado tipo de sustracción.

Los críticos cuestionaron la eficacia de una reducción de impuestos como medio para aliviar el dolor del aumento de los precios de los bienes cotidianos, y citaron el largo proceso y el trabajo legislativo que serían necesarios para aplicar dicha reducción

El jefe de política fiscal del PLD, Yoichi Miyazawa, que también estuvo entre los que hablaron con el primer ministro el viernes, dijo que la primera opción sería más viable.

Como en el sistema actual la carga fiscal aumenta en función del nivel de ingresos, la segunda opción beneficiaría a las rentas altas. Las personas con rentas bajas no notarían los beneficios porque ya están exentas de pagar el impuesto en primer lugar.

La idea de recortar el impuesto sobre la renta había surgido en el seno de la coalición gobernante, formada por el PLD y el Komeito, pero no figuraba en la lista de puntos que cada partido pidió al primer ministro que tuviera en cuenta a la hora de elaborar el paquete económico.

El gobierno mantendrá los subsidios para reducir las facturas de servicios públicos de los hogares, ya que se espera que continúe el reciente repunte de la inflación, impulsado principalmente por el aumento de los costes de importación y la debilidad del yen.

Según los economistas, la guerra entre Israel y Hamás y los riesgos geopolíticos en Oriente Medio, región productora de petróleo, han añadido una nueva capa de incertidumbre a las perspectivas, con la reciente subida de los precios del crudo.

«Una rebaja fiscal sería una ventaja para el consumo a corto plazo. Dicho esto, cabe preguntarse si una reducción temporal puede ser una forma eficaz de hacer frente a la inflación», afirmó Saisuke Sakai, economista jefe de Mizuho Research & Technologies.

Sakai prevé que los precios al consumo básicos, un indicador clave de la inflación, se mantengan por encima del objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón hasta la segunda mitad del año fiscal 2024, y que el crecimiento real de los salarios siga siendo negativo.

Los ingresos fiscales de Japón han batido un récord en los tres últimos ejercicios, pero su salud fiscal es la peor entre las naciones avanzadas, con una deuda que duplica con creces el tamaño de su economía.

El país se enfrenta al desalentador reto de frenar su gasto fiscal, que se disparó durante la pandemia de COVID-19, y al mismo tiempo atajar la inflación.

Limitar la emisión de deuda sigue siendo una prioridad para el gobierno, a pesar de que los costes de endeudamiento se han mantenido en niveles mínimos debido en gran parte a la agresiva compra de bonos por parte del Banco de Japón para lograr una inflación estable y un crecimiento salarial sostenible.

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