Estados Unidos no focalizó oportunamente sobre el valor estratégico de desarrollar la industria de la infraestructura en comunicaciones. Tampoco focalizó sobre el potencial del 5G aplicado a la industria. China, su principal competencia, sí lo hizo, y esto provocó la reacción tardía y dura de EE.UU., generando un conflicto internacional de imprevisible desenlace.
La verdadera grieta es la tecnología 5G
China se ha convertido en el principal adversario geopolítico de los EE.UU. basado en filosofías políticas y económicas competidoras, y en su ambición de ser una potencia global.
A principios de 2018, Estados Unidos encaró una agresiva política arancelaria en busca de reducir su déficit comercial anual de más de U$600 mil millones, de los cuales dos tercios del mismo provienen del intercambio comercial con China. Es así como, a raíz de dicha decisión, EE.UU. y China entraron en una escalada de imposiciones arancelarias, que terminó finalmente pospuesta en busca de una posición negociada.
Sin embargo, Estados Unidos tiene una razón más poderosa que su déficit comercial para sentirse amenazado y provocar una grieta con China.
En efecto, los actuales avances de China en la tecnología 5G representan un desafío sin precedentes para los EE.UU., quien desde el siglo XIX venía acostumbrado a ser el líder mundial en innovación y tecnología, con las consecuencias asociadas de prosperidad y seguridad nacional.
Por primera vez en su historia, Estados Unidos no lidera la próxima era tecnológica, lo que lo está llevando a ejercer enormes presiones en aliados y adversarios a fin de obstaculizar el avance chino.
Primera distracción estratégica de EE.UU.: no haber focalizado en el mercado de la infraestructura en comunicaciones
El 74% del equipamiento necesario para brindar soluciones informáticas y de telecomunicaciones (acceso a banda ancha, microondas y transporte óptico, red móvil, red de acceso por radio, etc.) es provisto por 5 grandes tecnólogos (origen – participación total de mercado): Huawei (China – 28%), Nokia (Finlandia- 15%), Ericsson (Suecia -14%), ZTE (China – 11%) y Cisco (Norteamericana – 6%).
Ingresos mundiales por equipos de telecomunicaciones
En definitiva, mientras China domina el 39% del mercado, EE.UU. – a través de Cisco – tiene una presencia muy menor en el mundo de la infraestructura en comunicaciones, sobre la cual se montará la futura tecnología 5G.
Segunda distracción estratégica de EE.UU.: no haber previsto el potencial de 5G
5G es la quinta generación de tecnología de banda ancha móvil y se encuentra en el centro del mundo tecnológico e industrial que está tomando forma. Las características clave son la velocidad de la red y la baja latencia (lo que significa retrasos mínimos entre el tiempo que lleva hacer clic en una página y cargarla). A su vez, puede manejar muchas más conexiones en forma simultánea. La tecnología móvil 5G impulsará la Internet industrial también llamada la Internet de las cosas (IoT), la cual permitirá que todos los dispositivos domésticos e industriales se puedan conectar no solo a Internet, sino entre sí. La próxima generación de sistemas industriales dependerá de esa infraestructura y los principales países del mundo ya la están implementado.
Hasta el momento, solo tres compañías han desarrollado y pueden proporcionar la tecnología 5G: Huawei, Nokia y Ericsson.
Se estima que la Internet industrial impulsada por el 5G podría generar nuevas oportunidades económicas en el rango de los 23 trillones de dólares para 2025. Si China establece un dominio único sobre 5G, podrá captar las oportunidades que surjan de la enorme gama de tecnologías emergentes basadas en esa plataforma.
En su momento, fue Estados Unidos el país que desarrolló el 4G y quien capturó la mayor parte de las oportunidades económicas que surgieron de esa tecnología. Ahora EE.UU. quiere impedir que China tome la delantera del 5G, ya que de permitirlo estaría ayudando a China en su intención de superar en un futuro a EE.UU. como primer potencia mundial.
Primera reacción de EE.UU. al problema: prohibir a Huawei

De hecho, los mayores fabricantes estadounidenses de semiconductores – Intel y Qualcomm – debieron cortar su relación comercial con Huawei, y por su lado Google anuncio que dejaría de proporcionar actualizaciones de su sistema operativo para móviles Huawei.
Segunda reacción de EEUU al problema: generar la grieta con China
La perspectiva latinoamericana
Es Ingeniero Industrial del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires). Ha sido CEO y Director de varias compañías de servicios de infraestructura. Actualmente brinda servicios de consultoría en relaciones y estrategias con China. https://javiersanchezcaballero.com/