Milagros Maylin, hábitos saludables para la segunda mitad de la vida

Milagros Maylin

Milagros Maylin es Licenciada en Ciencias de la Comunicación (Universidad Austral) y Magíster en Administración de Empresas (IAE). Actualmente se desempeña como Secretaria de Bienestar General de la Ciudad de Buenos Aires, desde donde busca promover políticas con el objetivo de facilitar los hábitos saludables, especialmente para las personas en la segunda mitad de la vida.

El trabajo en la gestión pública de Milagros Maylin estuvo ligado a las personas mayores desde un comienzo, cuando asumió el cargo de Directora General de Tecnología para la Tercera Edad en el Ministerio de Desarrollo Humano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En ese puesto lideró dos programas de alto impacto para el segmento como +SIMPLE, Inclusión Digital para los más grandes y Ciudades Amigables para Personas Mayores.

Al hablar de personas en la segunda mitad de la vida, estamos hablando de un grupo etario cuyos comportamientos, hábitos y consumos están entre los menos estudiados en las sociedades.

Milagros Maylin propone repensar la integración social para quienes están transitando la segunda mitad de la vida: “desde la comunicación se están construyendo nuevos paradigmas sobre el envejecimiento y su resignficación, para disminuir el impacto de la discriminación por edad, principalmente, y de los estereotipos sobre la segunda mitad de la vida”. Por esto es que se habla de integración social y bienestar físico, social y emocional de las personas.

El siglo XXI encuentra al mundo inmerso en discusiones respecto de las edades jubilatorias, de los planes de salud y demás cuestiones que involucran el trato de las sociedades y estados a sus adultos mayores. A su vez, el grupo de personas en la segunda mitad de su vida es probablemente el de mayor educación, comunicación e, incluso, mayor poder adquisitivo en la historia.

Europa está signada por un envejecimiento de sus sociedades, es decir, una suba en el promedio de edad de los habitantes. Lo mismo sucede en países de Asia como Japón y Corea del Sur. Según Statista, en 2021 Europa lideró la proporción de población adulta mayor con un 19 %, seguida de Norteamérica con un 17 %, Oceanía con un 13%, Asia y Sudamérica con un 9%.

Una persona que se retira de la actividad laboral a los 60 o 65 años, puede tener por delante unos 25 años más de vida, que implican proyectos y nuevos hábitos. Nunca es tarde para cambiar de hábitos, de modelos mentales o de lo que sea.

Los estudios sobre salutogénesis en Japón

Términos como salutogénesis, están en el centro del pensamiento respecto de la segunda mitad de la vida. Se refiere a un concepto de bienestar integral, entendido como el estado de plenitud en el bienestar físico, social y emocional en el plano individual y colectivo. Apoyar los hábitos saludables y las medidas de autocuidado es vital para el desarrollo de la dignidad y los valores que la vida de los adultos mayores merecen.

Uno de los conceptos claves para la segunda mitad de la vida es la “vigencia”. Significa poder ofrecer algo en beneficio de la comunidad, que, a su vez, debe aceptar este nuevo rol de quienes otrora tenían ya establecidas sus “funciones” sociales.

 “La discriminación por edad limita nuestra capacidad de beneficiarnos de lo que pueden contribuir las poblaciones mayores, y puede afectar nuestra propia salud, longevidad y bienestar, al mismo tiempo que tiene consecuencias económicas de gran alcance”, señala Milagros Maylin.

Repensar el rol de los adultos mayores en las sociedades implica revisar la vigencia de muchos contratos sociales, laborales y económicos que funcionan desde hace décadas. Con este propósito se han desarrollado sitios para que se establezcan personas en esta etapa de la vida. Olas migratorias de jubilados, denominados IRM (International Retirement Migration), los eligen para vivir.

Costa Rica, por ejemplo, aparece ya como el primer país de destino para los IRM. Este tipo de inmigración tiene un impacto evidente sobre las economías de los lugares de destino, por cuanto genera ingresos por gastos residenciales y consumo personal de forma permanente, además de cambios en el marco legal. En Costa Rica existen tres categorías ‘especiales’ de residencia para extranjeros: residente pensionado, pensionado rentista, rentista inversionista.

Por eso enfocarse en este segmento de la sociedad muchas veces olvidado, implica nuevos paradigmas de asistencia integral, protección de derechos, inclusión social y acceso a nuevas tecnologías.

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Colaboradora en ReporteAsia.