Entrevista a Sergio Skobalski y Ulises Ortíz sobre la invasión de Rusia a Ucrania: “En este contexto, América Latina puede adquirir una nueva dimensión estratégica”

Skobalski
En esta charla con los Dres. Ortíz (Izq.) y Skobalski, se revisan distintos escenarios de la geopolítica global a partir de la Guerra en Ucrania.

La irrupción de la guerra entre Ucrania y Rusia ha puesto en vilo al planeta. Se trata de un evento que redefine el orden mundial. El aumento del precio de la energía y de los commodities que se ha venido manifestando desde el inicio del conflicto bélico, son solo algunos de muchos fenómenos que se están desarrollando en este momento, y que marcan el camino del que puede ser un nuevo modelo económico global. Asimismo, las asociaciones políticas están cambiando, lo cual plantea dudas especialmente cuando se piensa en China, cuya posición ante el conflicto genera incertidumbre en Occidente.

Son muchas las aristas desde las que se pueden evaluar las implicancias de esta compleja situación. Por ello, para tener una mirada integral sobre el tema, ReporteAsia entrevistó a los doctores Sergio Skobalski y Ulises Ortíz, quienes ofrecieron una cantidad de consideraciones sobre distintos aspectos de la cuestión Ucrania-Rusia, presentando, entre otros temas, una revisión histórica de los hechos, los lineamientos de las estrategias militares utilizadas, el despliegue de la diplomacia, el rol de China en este nuevo marco, otros escenarios de conflicto que podrían sucederse, las consecuencias económicas a nivel global de este suceso y el nuevo mundo que se vislumbra a partir del mismo.

Sobre los entrevistados, Skobalski es Doctor en Relaciones Internacionales (Universidad del Salvador, Argentina), Master of Strategic Studies and Defense (China’s National Defense University) y Master en Planeamiento Estratégico y Dirección por Objetivos del Instituto Internacional de Estudios Globales para el Desarrollo Humano (España). Asimismo, tiene un tercer Master (Strategic Studies, US National Defense University, Estados Unidos). Por su parte, Ortíz es Doctor en Ciencias Políticas, Licenciado y Profesor en Relaciones Internacionales (Universidad del Salvador). Posee un Magister orientado a Estudios de Seguridad Internacional (Universidad Católica de Salta).

Juntos dirigen el GEEG (Grupo de Estudios Estratégicos Globales), una organización de investigación, consultoría y docencia integrada por profesionales dedicados a desarrollar conocimiento de la realidad global a través del pensamiento estratégico. Desde allí, articulan proyectos de investigación sobre distintas temáticas de alcance global, sus tendencias y su impacto a nivel regional y local.

¿Cuál es la génesis del reciente conflicto desatado por la invasión de Rusia a Ucrania?

El conflicto generado por la invasión de Rusia a Ucrania está enmarcado en la disputa estratégica generada, por un lado, en la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia. Hay que tener en cuenta que la OTAN en 1991 (cuando cae la URSS) estaba conformada por 15 países, hoy la integran 30 países. Es decir que en tres décadas la organización duplicó su membresía. Además, a partir de 1997 inició un proceso de Modernización de su Instrumento Militar; incrementó sus defensas en el Mar Negro, cerca de Bulgaria y Rumania (con la instalación de un Escudo Antimisiles) y claramente la lógica geopolítica de la Alianza apunta a que la expansión siga hacia los Balcanes, el Cáucaso y el este de Europa (donde Ucrania es aspirante desde el año 2008).

Estas acciones, por otro lado, fueron consideradas por la administración del presidente Putin como un desafío estratégico inaceptable para la defensa nacional rusa, ya que el artículo 5 del Tratado establece que un ataque a un miembro de la OTAN representa un ataque a todas las naciones de la organización (Seguridad Colectiva). Esto adquiere una particular importancia para Rusia en virtud de su disputa territorial con Ucrania por la península de Crimea. Crimea constituye geopolíticamente la salida por el Mar Negro al Mediterráneo de la Flota Rusa estacionada en la estratégica Sebastopol, que a su vez se conecta con la otra estratégica base de apoyo rusa en Tartus, Siria.  A su vez al norte, en el Báltico, Rusia acababa de concluir un nuevo gasoducto, el Nord Stream 2, para proveer de mayor cantidad de gas directamente a Alemania, país más industrializado de Europa y a su vez aliado estratégico de los EEUU. Esta ambigüedad estratégica fue advertida públicamente por EEUU en el marco de la alianza atlántica.

Asimismo, hay que tener en cuenta que se trata de una región de históricos enfrentamientos bélicos.

Hay otro aspecto estratégico de importancia que es la amenaza que representa para la Federación Rusa el Programa de Misiles Defensivos de la OTAN en Europa del Este. A modo de ejemplo, los misiles actualmente posicionados en Polonia podrían alcanzar Moscú en 15 minutos, sin embargo, si estuvieran ubicados en Ucrania el tiempo se reduce a 5 minutos.

En este escenario, la respuesta de la estrategia militar rusa fue intervenir política y militarmente en los llamados «conflictos congelados» más allá de sus fronteras. Entre ellos se destacaron: el reconocimiento de Transnistria (región disidente de Moldavia), en 2008 la “Operación Convencional” en Georgia (en apoyo a Osetia del Sur y Abjasia), en 2014 Crimea y el apoyo a las fuerzas prorrusas en Donetsk y Lugansk, que finalmente fueron reconocidas por Moscú el 22 febrero y dos días después se dio inicio a la llamada “Operación militar especial”.

¿En qué consiste la denominada “Operación militar especial” por parte de los rusos?

En la actual doctrina militar rusa una “Operación militar especial” es una opción estratégica que basa su éxito en el «riesgo calculado» de la reacción del oponente, responde plenamente a la “teoría del conflicto limitado” y a la consecución de objetivos a través de etapas intermedias. Implica una gradación de operaciones clandestinas, guerra especial y acción militar directa hasta el logro de los objetivos políticos, dejando siempre abierta una ventana de negociación estratégica (diplomática).

¿Cuáles son esos Objetivos Políticos?

Los Objetivos Políticos fueron expresados en reiteradas oportunidades por Putin y son cuatro: el reconocimiento de Crimea como territorio ruso, la “desmilitarización” y “desnazificación” de Ucrania, el cambio de gobierno en Ucrania y el estatuto de país neutral de Ucrania. Por su parte, el Presidente de Ucrania Zelensky reclama la integridad soberana de Ucrania y su libertad de acción para ingresar a la Unión Europea y la OTAN. Cabe destacar que Alemania y Países Bajos se opusieron a la admisión de ‎Ucrania en la Unión Europea.

¿Existe peligro de una Guerra nuclear?

Es un escenario muy poco probable. El presidente Putín firmó en 2020 un Directiva donde estableció las opciones estratégicas de uso del poder nuclear disuasivo ruso. Estas son: respuesta a un ataque con Misiles Balísticos; si un enemigo usa Armas Nucleares contra Rusia y ante un ataque contra el armamento nuclear ruso. Así, estas condiciones no estarían dadas.

“El conflicto generado por la invasión de Rusia a Ucrania está enmarcado en la disputa estratégica generada, por un lado, en la expansión de la OTAN a las fronteras de Rusia”

Asimismo, se evidencia que Rusia no está empleando en Ucrania todas sus capacidades militares, buscando ganar tiempo en la negociación diplomática, cuando el clima y el terreno en esa región están estrechamente entrelazados al concepto “rasputitsa” que significa “tiempo sin caminos” (producto del barro que generará el deshielo en las próximas semanas), y puede complicar la continuación de las operaciones militares.

En este sentido, es necesario destacar también que preocupa a la Agencia Internacional de Energía Atómica el estado de seguridad de las plantas nucleares ucranianas ante cualquier eventual accidente enmarcado en el trágico recuerdo de Chernóbil (1986) que produjo la irrecuperable y trágica pérdida de tantas vidas humanas. Cabe recordar que en 1994 se firmó el denominado Memorándum de Budapest sobre Garantías de Seguridad por la cual Ucrania adhirió al Tratado de No Proliferación Nuclear. Este fue suscripto por Rusia, Estados Unidos y Reino Unido. Luego China ​y Francia dieron garantías al mismo.

Skobalski
Ortíz y Skobalski son dos destacados académicos y consultores argentinos, quienes enfocan sus análisis desde los Estudios Estratégicos Globales.

¿Qué otros efectos está causando la invasión?

En términos de seguridad humana hay que apreciar la significativa crisis humanitaria, alimentaria y de violación a los derechos humanos que está generando la invasión en torno a la tragedia que sufre la población ucraniana y a sus migrantes sobre países fronterizos que están alcanzando casi los dos millones y que podrían duplicarse según algunos cálculos, cifra solo equiparable con la Segunda Guerra Mundial. Su atención por parte de los países receptores y los organismos internacionales y el largo proceso posterior de reconstrucción de las infraestructuras críticas dañadas en Ucrania, así como de las viviendas de la población en general demandarán años de esfuerzos con un fuerte impacto negativo en las respectivas economías nacionales.

Se habla mucho del rol que puede jugar China en absorber las pérdidas de Rusia…

China y Rusia tienen una alianza estratégica indiscutible. Comparten la idea de un mundo multipolar, cuestionan las organizaciones militares de los EEUU en Europa (OTAN) y en el Indo-Pacífico (QUAD y AUKUS). Semanas atrás, China y Rusia habían firmado una serie de acuerdos para impulsar el suministro ruso de gas y petróleo (Gazprom y Rosneft PJSC), así como de trigo.

Otro aspecto que marca la importancia de la relación es el hecho que el presidente Putin reconociera la independencia de las repúblicas del Donbás al día siguiente de finalizar los Juegos Olímpicos de Invierno en China; este dato, a nuestro entender, es una muestra de ello.

Por su parte, China no se sumó a las sanciones económico-financieras impuestas por Occidente a Rusia, aunque, producto de la invasión, el AIIB (Banco Asiático de Inversión en Infraestructura) haya suspendido temporalmente las inversiones en Rusia y Bielorrusia, lo que para algunos analistas fue un mensaje de apoyo a la posición de EEUU y la UE. También, fiel a sus principios de política exterior, el gigante asiático se abstuvo en la votación de la ONU que condenó la invasión, al igual que India que tiene lazos con Rusia de provisión de equipamiento militar. China ha declarado su neutralidad, el respeto a la soberanía ucraniana y la no injerencia en asuntos de terceros países.

Quadrilateral Security Dialogue (QUAD): ¿una estrategia de contención a China?

Si bien, en los últimos veinte años, el comercio entre ambas naciones pasó de 16.000 a 146.000 millones de dólares, duplicado las compras de productos energéticos rusos a casi US$ 60.000 millones en los últimos 5 años, es todavía muy modesto. En el caso del gas natural, China importa de Rusia sólo la quinta parte de lo que importa la UE y el recientemente anunciado gasoducto Fuerza Siberia 2, tardará varios años en construirse. En este sentido, China mantiene un intercambio comercial con la UE y EEUU mucho mayor, superando con este último los 700.000 millones de dólares. A pesar que sus relaciones son episódicamente complejas, hay que entenderlas en el marco de su intercambio comercial.

“China y Rusia tienen una alianza estratégica indiscutible”

Pero en el actual contexto geoeconómico, el vacío que deja la salida de las empresas europeas y estadounidenses tales como BP Plc, Shell Plc y Exxon Mobil Corp, podría ser aprovechado por otras naciones como Israel, Turquía y especialmente China que, según informes especializados, podría aumentar la participación en empresas rusas de energía y materias primas, tales como Gazprom (gas) y United Co. Rusal International (aluminio). No obstante, teniendo en cuenta que para China las relaciones comerciales con EEUU y la UE son prioritarias, esto podría representar el límite del apoyo a Rusia, toda vez que la alta inestabilidad generada en toda la Europa Oriental, condiciona el avance de la estrategia de la Ruta de la Seda al tiempo que refuerza su alternativa marítima a través del Índico, la del Collar de Perlas.

La Ruta de la Seda y el Collar de Perlas chino en la región Indo-Pacífico

¿La aplicación, por parte de EEUU y los 27 países de la UE, de sanciones económico-financieras para paralizar la economía rusa, pueden ser desencadenantes para la finalización de la invasión?

Las sanciones introducidas por Occidente y el reciente anuncio del presidente Joe Biden de embargos sobre el gas y el petróleo ruso, han dado lugar a una espiral “inflacionaria” de las materias primas, energía y carburantes sin precedentes, cuyo impacto durará más allá de la eventual finalización del enfrentamiento armado. El índice S&P GSCI, un indicador fundamental para mercados de las materias primas mostraba un incremento semanal del 16%, el alza más pronunciada en sus registros desde 1970.

Esto está conduciendo a una rearticulación de la geopolítica energética, a punto tal que recientemente Washington y Caracas establecieron un diálogo sobre seguridad energética, se aceleró el interés de las grandes potencias para reactivar el acuerdo nuclear y levantar las sanciones a Irán, mientras la UE, la más perjudicada, busca que Noruega, Argelia y Qatar incrementen sus exportaciones.

“China no se sumó a las sanciones económico-financieras impuestas por Occidente a Rusia”

A modo de ejemplo, el trigo en solo una semana aumentó un 40%, el precio más alto desde la crisis financiera de 2008; el maíz registró alzas del 28%; el aceite de girasol más del 13% (Ucrania es el mayor productor mundial). El petróleo Brent ha escalado un 50% de US$ 85 a US$ 129, alcanzando picos de US$ 139 para luego descender levemente; el gas en la UE ha aumentado un 280% en el último mes y 30% a nivel global, el precio del carbón se ha duplicado en los últimos 15 días, los precios del níquel (utilizado en baterías para vehículos eléctricos) registraron un incremento de un 80% en 24 horas, y del paladio ha subido un 20% en la última semana.

 La economía global que se estaba recuperando de la pandemia, está sufriendo un shock “petrolero” y el aumento del costo de las materias primas, lo que provocará pérdidas y quiebras para las empresas vinculadas a esas áreas y afectará también a los bancos y al sistema financiero. El lunes 7 de marzo, las bolsas registraron fuertes pérdidas: Fráncfort perdía 3,11%, París 3,33%, Milán 3%, Londres 1,58% y Madrid 3,32%, Tokio perdió 2,94%, y cayó a su menor nivel desde noviembre de 2020, mientras Shanghái perdió 2,17% las pérdidas en Hong Kong fueron aún peores: -3,87%. Muchos economistas predicen que todo este combo conducirá a la estanflación en los próximos años.

Para la Federación Rusa la situación también representa un duro golpe a su economía. Si bien sus reservas son de 163.000 millones (1,5 el PBI de Argentina), el 40% de ellas está en euros y 5% en libras esterlinas, es decir que casi un 50% de las mismas podrían tener algunas restricciones de uso. En relación con el sistema SWIFT, Rusia ha creado una alternativa propia al para las transferencias interbancarias internacionales (sistema MIR) pero todavía se encuentra en transición, y el posible acople al sistema chino (sistema CIPS) todavía no fue confirmado por el gigante asiático. Actualmente el rublo se encuentra en baja (más 30%) y sus acciones sufrieron un dumping. Ahora, si Rusia es capaz de sortear las sanciones y sus efectos, el dato estratégico es que con estos precios internacionales si pueden vender el 30% de sus exportaciones ganaría lo mismo que antes de su irrupción en Ucrania. A ello se suma los costos de sostener una fuerza en operaciones de guerra por un período prolongado de tiempo. En síntesis, el impacto durará más allá de la eventual finalización del enfrentamiento armado y los países en vías de desarrollo sufrirán más sus consecuencias.

El conocimiento estratégico de los asuntos globales en el mundo pos Covid

¿Se vislumbra una posibilidad de negociación?

Hay antecedentes cercanos de negociación en la región. Tras las manifestaciones y disturbios pro europeístas y nacionalistas desarrollados en 2013 en Ucrania denominadas euromaidán​ o “Revolución de la Dignidad” se inició una alta conflictividad al Este de Ucrania que dio lugar a la denominada guerra del Donbass (2014-2016). Durante su desarrollo Europa promovió en 2014 y 2015 las negociaciones en Minsk I y II, en Bielorrusia, bajo los auspicios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el “cuarteto de Normandía”, grupo formado por Alemania, Francia, Rusia y Ucrania para poner fin a los combates desatados al Este de Ucrania en la región de Donbass que dio lugar a la posterior autoproclamación de las denominadas Repúblicas de Donetsk y Lugansk. Posteriormente la OSCE realizó un monitoreo del control del cese del fuego en las zonas de contacto entre las fuerzas de Ucrania y los separatistas. El mismo cuarteto de Normandía intentó en enero de este año por medio de una ronda de negociaciones desarrollada en París poner fin a la tensión casi un mes antes de la invasión rusa.

“Para la Federación Rusa la situación también representa un duro golpe a su economía”

Al presente, mientras se desarrollan las operaciones militares rusas en Ucrania, con bajas militares y civiles, ya que los enfrentamientos se están incrementando, se han suscitado diversos canales de negociación. Bielorrusia ha logrado desarrollar en su territorio tres rondas de negociaciones bilaterales para alcanzar alto el fuego localizados para posibilitar la creación de corredores humanitarios para el desplazamiento de civiles afectados. Paralelamente se destacan las gestiones del Vaticano, Israel y recientemente Turquía que logró el 10 de marzo en Antalya, ciudad costera del Mediterráneo, el primer encuentro entre los cancilleres de Rusia, Serguéi Lavrov, y de Ucrania, Dmytro Kuleba, sin resultados positivos. El presidente de Ucrania, manifestó estar dispuesto a dialogar con Putin sobre la situación de Crimea y de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk.

¿Qué impacto se puede esperar en la seguridad internacional?

Claramente se presenta un nuevo escenario estratégico a nivel global caracterizado secuencialmente por:

– un riesgo de contagio regional con mecanismos de escalada (altamente crítico en los países Bálticos en torno a Kaliningrado, base de la principal flota rusa);

– escenario posterior al conflicto de una nueva guerra fría (con sus niveles de acción de la fuerza y proliferación de escenarios de guerras híbridas);

– escenario de inestabilidad de la disuasión nuclear con efectos de crisis económicas;

– profundización del pivote asiático de Rusia procurando incrementar sus intercambios estratégicos y comerciales con Asia, especialmente con los dos gigantes de la región, China e India, con casi 4 mil millones de habitantes, que requieren de materias primas, minerales e hidrocarburos para sostener el crecimiento de sus economías. Esta situación deja a la Unión Europea en una situación de necesidad de buscar nuevos mercados para reemplazar los que sostenía con Rusia.

– En este contexto, América Latina puede adquirir una nueva dimensión estratégica.

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Co-fundador de ReporteAsia.