Filipinas instó a un grupo de las Naciones Unidas encargado de elaborar normas de comportamiento responsable en el espacio ultraterrestre a elaborar el deber de «debida consideración», una disposición incluida pero no bien definida en el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967.
«El deber de la debida consideración es un principio fundamental del comportamiento responsable en el espacio», señaló Kristine Leilani R. Salle, representante permanente adjunta de Filipinas ante las Naciones Unidas en Ginebra, durante un acto organizado por la Misión de Filipinas ante las Naciones Unidas en Ginebra el 28 de agosto, al margen de la reunión final de dicho grupo, que se celebró en Ginebra del 28 de agosto al 1 de septiembre.
Para elaborar este principio, la Misión Filipina presentó un documento de trabajo a dicho panel, que oficialmente se denomina Grupo de Trabajo de Composición Abierta sobre la Reducción de las Amenazas Espaciales mediante Normas, Reglas y Principios de Comportamiento Responsable (OEWG). En dicho documento se argumenta que la «coherencia del derecho internacional exige que la interpretación del deber de ‘debida consideración’ en el contexto del derecho espacial internacional no se aparte drásticamente de su aplicación actual en el marco del derecho del mar».
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«La jurisprudencia del derecho del mar ha aclarado desde entonces que el deber de ‘debida consideración’ representa un equilibrio de derechos e intereses entre los Estados, y entre éstos y la comunidad internacional en su conjunto», explicó Noelle Riza D. Castillo, directora de Política Espacial y Cooperación Internacional de la Agencia Espacial de Filipinas.
Durante las sesiones oficiales del GTCA, un gran número de países insistió en que todas las actividades espaciales deben realizarse respetando esta obligación de «debida consideración». Además, cada vez se apoyan más una serie de medidas basadas en este principio. Entre ellas figuran una moratoria sobre cualquier creación intencionada de basura espacial y un mecanismo de intercambio de notificaciones relacionadas con el lanzamiento de cohetes.
Muchos países, entre ellos Filipinas, son vulnerables a los desechos procedentes del lanzamiento de cohetes. A pesar de estos puntos de vista convergentes, el GTCA no pudo acordar un conjunto de recomendaciones a la Asamblea General de las Naciones Unidas. Esto se debió a que el grupo debía funcionar por consenso, lo que significa que cualquier Estado puede vetar los procedimientos.
cada vez se apoyan más una serie de medidas, entre ellas una moratoria sobre cualquier creación intencionada de basura espacial y un mecanismo de intercambio de notificaciones relacionadas con el lanzamiento de cohetes.
Sin embargo, muchos Estados consideraron que el GTCA era el comienzo de la conversación.
«El trabajo que hemos realizado en este GTCA es un excelente punto de partida que complementa otros esfuerzos relacionados con la mejora de la seguridad en el espacio ultraterrestre», declaró el segundo secretario Jonelle John S. Domingo, que habló en nombre de treinta y nueve Estados.
«El GTCA ha demostrado ser una plataforma constructiva para un diálogo integrador entre los Estados miembros con la participación de todas las partes interesadas en la reducción de las amenazas espaciales», prosiguió Domingo.
La declaración conjunta del diplomático filipino fue respaldada por Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Colombia, Dinamarca, Ecuador, El Salvador, España, Filipinas, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Japón, Luxemburgo, Malawi, México, Nigeria, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Panamá, Perú, Portugal, Reino Unido, República Checa, República de Corea, Samoa, Singapur, Suecia, Suiza y Uruguay.