El Gobierno neozelandés está dando los primeros pasos hacia una industria forestal más sostenible con inversiones en una planta de bioenergía, investigación sobre biomasa y mejores prácticas forestales, según ha anunciado el Ministro de Silvicultura, Peeni Henare.
“La Investigación Ministerial sobre el Uso del Suelo reconoció que las actuales prácticas de explotación forestal no son sostenibles. En algunas partes del país, como Tairāwhiti, hay una necesidad urgente de crear un uso comercial para los residuos de la cosecha, como la tala forestal y otros restos leñosos”, dijo Peeni Henare.
Además de los 10 millones de dólares anunciados antes del Presupuesto 2023 para la limpieza inmediata de la tala y los escombros en Tairāwhiti y otras zonas afectadas por las condiciones meteorológicas, el Gobierno está invirtiendo otros 10,4 millones de dólares en la investigación de la biomasa leñosa.
“Queremos estudiar cómo podemos gestionar mejor la tala a través del proceso forestal y si puede utilizarse en la generación de bioenergía a nivel local en Tairāwhiti”, declaró el Ministro de Silvicultura, Peeni Henare.
Uno de los objetivos de la investigación es maximizar la gestión de los restos leñosos, incluida la tala. Esto incluye un estudio sobre mejores métodos de recuperación, transporte, procesamiento y opciones de mercado, de modo que el recurso se utilice en lugar de dejar que cause problemas en las comunidades. “La investigación creará una base empírica para invertir en el suministro de biomasa leñosa y ayudará al Gobierno y al sector a trazar un camino sostenible”, explicó el ministro.
Nueva Zelanda presenta un proyecto de ley para aumentar la resistencia del suministro de combustible
Otros dos proyectos en curso contribuirán a la autorización de una planta de bioenergía en Tairāwhiti para aumentar el uso productivo de la tala, y también al desarrollo de modelos de negocio para la “silvicultura de cobertura continua” en Nueva Zelanda, lo que significa que los árboles se talarán de forma rotatoria, como alternativa viable a la “tala rasa” o tala de una sola vez.
“A través de MPI, el Gobierno está apoyando la actividad de consentimiento de un colectivo de la región de Tairāwhiti-Hikuwai para desarrollar una planta de bioenergía que convierta los restos leñosos en una mezcla de biodiésel y electricidad para apoyar a su comunidad local”, dijo Peeni Henare.
Este proyecto está diseñado para proporcionar un proceso autosuficiente de gestión de los restos leñosos que reduzca su impacto en la comunidad y el medio ambiente. La planta es un proyecto piloto y, si tiene éxito, se convertirá en un modelo para otras regiones forestales de Nueva Zelanda.
Gobierno está invirtiendo otros 10,4 millones de dólares en la investigación de la biomasa leñosa
La investigación también recomendó restringir la práctica de la tala rasa de las plantaciones forestales en algunas zonas, sobre todo en terrenos escarpados con suelos muy erosionables. Para que esto tenga éxito, es necesario desarrollar nuevos modelos que garanticen la existencia de una alternativa viable. “Por eso me interesa estudiar iniciativas de silvicultura de cubierta continua que limiten el volumen de árboles talados para mantener la cubierta de copas y proteger el suelo de la erosión”, continuó el ministro Henare.
Este proyecto y la planta de bioenergía, que forman parte de siete proyectos financiados por el Gobierno con 1,35 millones de dólares, ayudarán a reforzar la capacidad de recuperación de regiones como Tairāwhiti, donde la silvicultura contribuye de forma significativa a la economía local.
“Estamos invirtiendo en toda la cadena de suministro y estudiando el sistema en su conjunto, para poder introducir cambios a mejor en esta región y en toda Nueva Zelanda”, concluyó Peeni Henare.