Argentina, conocida por su rica diversidad agrícola, ha emergido como un jugador clave en el mercado global de cítricos. Con una producción anual de aproximadamente 3,542,000 toneladas de cítricos frescos, el país se destaca por sus limones, naranjas, mandarinas y pomelos.
Sin embargo, el fenómeno climático de La Niña y la sequía han planteado desafíos significativos, llevando a un aumento en la importación de naranjas para satisfacer la demanda interna.
Liderazgo en exportación de cítricos
Los limones argentinos, que representan el 68% de las exportaciones de cítricos del país, junto con las naranjas (22.5%), mandarinas (9.2%) y pomelos (0.2%), han consolidado la posición de Argentina en los mercados internacionales.
La calidad y diversidad de sus frutas han sido clave en este éxito. Con vastas extensiones de tierras agrícolas, Argentina ofrece una variedad de ecosistemas que favorecen la producción frutícola.
Con un impresionante despliegue de más de 180 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura, el país ofrece un mosaico de paisajes y climas a lo largo de sus 4.000 kilómetros de extensión. Desde la selva tropical en el noreste hasta las áridas estepas de la Patagonia en el sur, Argentina aprovecha esta diversidad de ecosistemas para cultivar una amplia gama de frutas.
Esta riqueza natural le permite abastecer a más de 100 países alrededor del mundo con frutas de maduración temprana y tardía, asegurando un suministro constante durante todo el año. Este logro no solo subraya la capacidad agrícola del país, sino que también destaca su compromiso con la calidad y la diversidad en su producción frutícola.
Desafíos climáticos y la importación de naranjas
El 2023 ha sido un año particularmente desafiante para la citricultura argentina. La sequía y el estrés hídrico, exacerbados por el fenómeno de La Niña, han reducido significativamente la producción en el NEA y el NOA.
Esto ha llevado a una mayor dependencia de las importaciones, principalmente de España, para cubrir el mercado interno. En el primer trimestre de 2023, Argentina importó 2252 toneladas de naranjas, un aumento notable en comparación con el año anterior.
La citricultura argentina: un sector frutícola en constante crecimiento
La fluctuación en la producción y las importaciones de cítricos ha tenido un impacto directo en los precios al consumidor. La naranja, por ejemplo, experimentó un aumento del 43.6% en su precio.
Además, la escasez de frutas ha llevado a un aumento en los costos de producción y comercialización, afectando tanto a productores como a consumidores.
La resiliencia del sector citrícola
A pesar de estos desafíos, el sector citrícola argentino sigue siendo un pilar importante de la economía nacional. Las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, Formosa, Misiones, Entre Ríos, Corrientes y Buenos Aires se destacan como principales productoras. La exportación sigue siendo fuerte, con los Países Bajos, Rusia y Estados Unidos como principales destinos.
Mirando hacia el futuro, el gobierno y los productores están buscando soluciones para mitigar los efectos de la sequía y asegurar la sostenibilidad del sector. La inversión en sistemas de riego y la búsqueda de variedades más resistentes al estrés hídrico son algunas de las estrategias a tener en consideración.
La sequía y el estrés hídrico, exacerbados por el fenómeno de La Niña, han reducido significativamente la producción en el NEA y el NOA
Además, se está trabajando para diversificar los mercados de exportación y mejorar la cadena de valor de los cítricos argentinos.
La citricultura argentina, con su rica historia y su papel crucial en la economía nacional, enfrenta un período de desafíos y oportunidades. Mientras el país continúa exportando cítricos de alta calidad a nivel mundial, también busca formas de adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas y mantener su posición como un líder en la producción de frutas. La resiliencia y la innovación serán clave para superar los obstáculos actuales y asegurar un futuro próspero para el sector citrícola en Argentina.
Paramérica, fundada en 1994 en el Noroeste Argentino, es una empresa familiar arraigada en la agroindustria, parte del Grupo Ruiz. En menos de una década, se consolidó como líder mundial en la exportación de poroto negro. En 2016, diversificó su negocio hacia la citricultura, exportando granos y limón a nivel global.