China ha comunicado a Japón que la realización de pruebas de radiación a las importaciones de marisco procedentes del país vecino, introducida el mes pasado, es «una medida necesaria» para proteger a sus consumidores, según fuentes conocedoras de la relación bilateral informó Kyodo News.
Se cree que las pruebas se han adoptado para presionar a Tokio por su plan de empezar a verter al mar agua radiactiva tratada procedente de la central nuclear de Fukushima, posiblemente a partir de finales de agosto.
Pekín ha comunicado por vía diplomática su práctica de retener en la aduana las importaciones de marisco procedentes de Japón hasta un mes antes de despacharlas. Mientras tanto, Tokio ha expresado de nuevo su preocupación por este procedimiento, instando a que se lleven a cabo procesos aduaneros «adecuados», según las fuentes.
Además del marisco, otros alimentos y bebidas procedentes de Japón, incluido el arroz, han sufrido retrasos en las aduanas chinas tras la introducción de las pruebas generales.
Los dos vecinos asiáticos han celebrado varias rondas de consultas sobre la realización de pruebas generalizadas de productos del mar en las aduanas chinas, alegando Pekín que «necesita impedir las importaciones de productos alimenticios japoneses contaminados por la radiación», según las fuentes.
En esas sesiones, China no dio detalles sobre las medidas concretas adoptadas por las autoridades aduaneras en relación con las importaciones de alimentos distintos de los productos marinos, añadieron.
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China ha prohibido las importaciones de alimentos de Fukushima y otras nueve prefecturas japonesas desde que un devastador terremoto y tsunami en 2011 desencadenaron un grave accidente en la central nuclear de Fukushima Daiichi.
Se cree que las pruebas se han adoptado para presionar a Tokio por su plan de empezar a verter al mar agua radiactiva tratada procedente de la central nuclear de Fukushima, posiblemente a partir de finales de agosto
Si comienza el vertido de agua, Pekín podría endurecer aún más los controles sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón.
El Organismo Internacional de Energía Atómica concluyó en un informe presentado al gobierno japonés en julio que el vertido de agua previsto en Fukushima se ajusta a las normas de seguridad mundiales y tendrá «un impacto radiológico insignificante en las personas y el medio ambiente.»
Sin embargo, China ha sostenido que el OIEA no representó adecuadamente las perspectivas de los expertos participantes en su revisión y sigue oponiéndose al vertido de agua previsto.