¡Hola amigos! Hoy nos vamos a trasladar al distrito de Asakusa en la ciudad de Tokio para visitar su templo más famoso: el Templo Sensoji, cuya fundación se remonta al año 628 de nuestra era.
Este recinto sagrado transformó su imagen con el paso de los siglos hasta convertirse en el gran templo que se ve hoy. Este fue el primer templo budista de la ciudad de Edo (actual Tokio).
Con el paso del tiempo, fue ganando en importancia, hasta que el gobierno Tokugawa decidió darle un gran impulso, construyendo la mayoría de los edificios que lo componen en la actualidad. Todos los edificios que se ven al visitar el templo hoy son reconstrucciones, ya que, durante la Segunda Guerra Mundial, Sensoji fue reducido a cenizas.

Quizá el símbolo más distintivo de este templo sea la gigantesca lámpara que cuelga en el portal de entrada llamado Kaminarimon o Puerta del Trueno. La lámpara pesa 700 kg. Es de color rojo y tiene los kanjis Kaminarimon en color negro.

Cuidando el portal, se pueden ver los dioses shintoístas del trueno, Rajin y del viento, Fujin. Un claro ejemplo del sincretismo religioso japonés donde se pueden ver elementos de una religión en los sitios sagrados de la otra.
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Una vez cruzado el portal, aparece ante los ojos del visitante la calle Nakamise de 250 metros de largo y con casi noventa puestos de venta de comida, suvenires, artesanías y objetos tradicionales de Japón.

Estos pequeños negocios ya estaban en el período Edo y buscaban atraer fieles al templo ya desde aquellos años. Al final de Nakamise Dori, hay un segundo portal similar al primero llamado Hozomon.

En este caso, los guardianes que la protegen fueron tallados en la década de los sesenta, a imagen de dos famosos luchadores de sumo de la época.
Este fue el primer templo budista de la ciudad de Edo (actual Tokio)
Cruzado el segundo portal, podemos ver a nuestra izquierda la pagoda de cinco pisos y el salón principal llamado Kannon Do, en honor a una diosa Kannon de la misericordia encontrada en el río Sumida por dos pescadores en el año de su fundación, y que se supone que está enterrada bajo esta construcción desde hace 1400 años.

A este templo lo visité dos veces, aprovechando que permanece abierto las 24 h, aunque el salón principal y los negocios de Nakamise Dori cierran a las 17 hs.

La primera vez, en medio de una marea humana de fieles y turistas, y una segunda vez en el medio de la noche, disfrutando del mayor de los silencios. Ambas con sus vivencias propias y su magia.
Estos pequeños negocios ya estaban en el período Edo y buscaban atraer fieles al templo ya desde aquellos años
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¡Hasta la próxima!