La movilidad sostenible se ha convertido en un concepto fundamental en los últimos años, a medida que las sociedades se enfrentan a los retos medioambientales, económicos y sociales ligados a los sistemas de transporte tradicionales.
Desde el inicio de este siglo, hemos experimentado un drástico viraje hacia soluciones que privilegian el balance entre transporte y conciencia medioambiental. Como resultado, la adopción de autobuses eléctricos en la flota de transporte público urbano está creciendo en todo el mundo. Es un fenómeno que comenzó en China y otras regiones tardaron algunos años en iniciar la transición, pero actualmente la tendencia está más que afianzada.
De hecho, se espera que el tamaño del mercado mundial de autobuses eléctricos alcance los 121.200 millones de dólares para 2030, aumentando a un crecimiento del mercado del 20,8% CAGR durante el período previsto.
Asimismo, el segmento de la movilidad sustentable crece notablemente a partir de la adopción a nivel global de las bicicletas eléctricas. En una era de rápida urbanización y preocupación por el cambio climático, las bicicletas eléctricas se ofrecen como una opción conveniente hacia un transporte más eficiente, equitativo y respetuoso con el medio ambiente.
Bicicletas eléctricas: algunos beneficios de esta alternativa
El uso de la bicicleta está muy extendido en todo el planeta, a diferencia de otros productos como monopatines o monociclos, y pueden ser utilizadas por personas de todas las edades. Segundo, porque las bicicletas eléctricas ayudan a sus usuarios a recorrer más distancia y más rápido que en una bicicleta tradicional, sin tener que adoptar una tecnología más moderna o costosa, y con un mantenimiento muy bajo.
Por todo esto, se estima que el tamaño del mercado mundial de bicicletas eléctricas se valoró en aproximadamente 37 mil millones de dólares en 2022, con proyecciones de crecimiento para el presente año de más de 43 mil millones de dólares, llegando potencialmente a los 119 mil millones de dólares en 2030, exhibiendo una tasa compuesta anual del 15,6% durante el período previsto.
Las cifras presentadas arriba marcan que, por su versatilidad, este tipo de bicicletas se usarán cada vez más en todo el planeta como opción a otras formas de transporte menos eficientes, llevando al paseo en dos ruedas a convertirse en un gran compañero de las políticas sustentables. Ofrecen, inclusive, beneficios para la salud. Está demostrado que andar en bicicleta eléctrica puede mejorar la capacidad cardiorrespiratoria de quienes antes estaban inactivos, así como sus articulaciones, postura corporal, coordinación y equilibrio, entre otros.
Pero estas bicicletas, impulsadas por motores eléctricos, han ganado popularidad en todo el mundo principalmente como una forma ecológica, económica y eficiente de moverse por las grandes ciudades, siendo una alternativa más asequible y práctica para millones en distintos países que los medios de transporte tradicionales.
En este marco, muchas ciudades están invirtiendo en infraestructura y carriles exclusivos para bicicletas, haciendo más seguro y cómodo su uso para el transporte diario. Este enfoque no sólo reduce las emisiones, sino que también promueve un estilo de vida más saludable.
Bicicletas eléctricas vs vehículos eléctricos
Por otra parte, en comparación con los vehículos eléctricos, las bicicletas eléctricas son considerablemente más accesibles. Su precio de compra es mucho más bajo, lo que permite a una gama más amplia de personas acceder a la movilidad eléctrica.
Si bien las bicicletas eléctricas no pueden igualar la autonomía de un automóvil, son adecuadas para desplazamientos urbanos y suburbanos. La mayoría de las bicicletas eléctricas pueden recorrer distancias de 30 a 60 kilómetros con una sola carga, lo que las hace ideales para viajes cortos y medios.
Y a diferencia de los EV (Vehículos Eléctricos), las bicicletas eléctricas no requieren una infraestructura de carga masiva. Se pueden cargar en cualquier lugar con una toma de corriente convencional. Esto reduce la dependencia de la infraestructura de carga en evolución que los EV necesitan para su adopción masiva.
https://hosting56220us-96570.webempresa.site/negocios/2023/09/08/bicicletas-electricas-quint/
¿Qué problemáticas ayudan a resolver la movilidad sustentable?
El transporte es un componente esencial de la vida moderna, que proporciona acceso al trabajo, la educación, la salud y el esparcimiento. Sin embargo, los sistemas de transporte convencionales no logran satisfacer la demanda de las sociedades respecto a la conectividad y sustentabilidad. Las congestiones de tráfico en grandes ciudades es uno de los mayores desafíos a resolver para los gobiernos locales, lo mismo que la contaminación por emisión de gases del efecto invernadero.
Se sabe que los embotellamientos son la principal causa del desperdicio de combustibles y de la contaminación del aire. Este tipo de situaciones aumenta el estrés y la frustración entre conductores y pasajeros, acrecentando patrones de conducción insegura, que pueden provocar percances, accidentes y lesiones.
Mientras tanto, la inversión en infraestructura para movilidad sustentable, como bicisendas o carriles exclusivos, está creciendo en todo el mundo, con muchos beneficios para las sociedades que los implementan.
Entonces, mientras el transporte sustentable hace aportes al desarrollo de las sociedades y de sus economía, minimiza el impacto medioambiental negativo gracias a la implementación de tecnología de vanguardia, lo que permite sistemas de propulsión más limpios y eficientes energéticamente, se reducen significativamente emisiones del efecto invernadero y mitigan los efectos del cambio climático gracias al uso eficientes de baterías y formas de recarga.
Principios clave de la movilidad sostenible
La movilidad sostenible engloba varios principios y estrategias destinados a transformar la forma en que las personas se trasladan. Estos principios son la base de un sistema de transporte más eficiente, ecológico y equitativo.
Uno de los principios fundamentales de la movilidad sostenible es la diversificación de las opciones de transporte. Esto incluye promover los desplazamientos en bicicleta, el transporte público y los servicios de movilidad compartida, como los viajes compartidos y los vehículos compartidos. Al ofrecer alternativas al uso del vehículo personal, se puede reducir la congestión del tráfico y las emisiones.
También la transición de los combustibles fósiles a fuentes de energía más limpias es un elemento clave de la movilidad sostenible. Las bicicletas eléctricas están ganando protagonismo en este sentido como una alternativa más limpia. Además, las fuentes de energía renovables para los sistemas de transporte público y la infraestructura de recarga, pueden reducir significativamente las emisiones.

Retos y obstáculos de la movilidad sostenible
A pesar de los numerosos beneficios, como la reducción sustancial de las emisiones de gases de efecto invernadero, el ahorro económico y la menor congestión del tráfico, la transición hacia la movilidad sostenible se enfrenta a varios retos y barreras.
En este sentido, la construcción de la infraestructura necesaria para las opciones de transporte sostenible puede llevar mucho tiempo y recursos. Ciudades y regiones gestionan fuertemente por conseguir financiación para estos proyectos.
Por otro lado, en algunas zonas, las opciones de transporte sostenible, como el transporte público y el uso compartido de bicicletas, pueden ser limitadas, lo que dificulta el acceso de los residentes a estos servicios. Por eso, es esencial construir y mantener infraestructuras que apoyen la movilidad sostenible. Esto incluye carriles exclusivos para bicicletas, aceras para peatones, redes eficientes de transporte público y estaciones de recarga de vehículos eléctricos. Y la inversión pública y privada en estas áreas es crucial para promover medios de transporte sostenibles.
El camino a seguir
La integración de la tecnología digital y las soluciones basadas en datos pueden optimizar los sistemas de transporte. Innovaciones como las aplicaciones de seguimiento del tránsito en tiempo real, los sistemas de gestión del tráfico y las iniciativas de ciudades inteligentes ayudan a mejorar la eficiencia y la comodidad de las opciones de transporte sostenible.
Lograr la sostenibilidad en el transporte suele requerir políticas y normativas de apoyo. Los gobiernos deben crear y aplicar estas políticas, lo que puede suponer también un desafío político ante el pedido cada vez mayor de los usuarios por la adopción de medios de transporte más accesibles y respetuosos con el medioambiente.
La movilidad sostenible es el futuro del transporte. Se perfila como una opción hacia un ambiente más limpio y a un movimiento de personas más eficiente. Si se logran superar las barreras asociadas a la adopción de esta nueva tendencia, se pueden construir comunidades más sostenibles, donde la calidad de vida mejore y la huella de carbono se reduzca mientras el transporte se hace más inteligente, allanando el camino hacia un futuro más saludable para todos.