El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) concluyó el viernes su examen de seguridad del vertido al mar por Japón de agua radiactiva tratada procedente de la central nuclear de Fukushima, y tiene previsto elaborar un informe sobre su última misión de cuatro días para finales de año.
Siete funcionarios del OIEA y expertos de nueve de los 11 países miembros del grupo de trabajo, incluidos China y Rusia, que han criticado el vertido y han impuesto prohibiciones a la importación de marisco japonés, participaron en la misión de revisión, que incluyó una inspección in situ de las instalaciones de tratamiento y vertido de agua en el complejo nuclear devastado tras un fuerte terremoto y tsunami en 2011.
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Durante su estancia, los miembros de la misión también intercambiaron opiniones con funcionarios del gobierno japonés, el operador de la planta Tokyo Electric Power Company Holdings Inc. y la Autoridad de Regulación Nuclear sobre el funcionamiento de la instalación de vertido de la planta y los procedimientos de control medioambiental.
Siete funcionarios del OIEA y expertos de nueve de los 11 países miembros del grupo de trabajo, incluidos China y Rusia, que han criticado el vertido y han impuesto prohibiciones a la importación de marisco japonés
Desde agosto, el operador de la central ha expulsado unas 15.600 toneladas de agua tratada con un sistema de procesamiento de líquidos que elimina la mayoría de los radionucleidos excepto el tritio. El tritio se diluye con agua de mar, dejándolo con un nivel de concentración una-40ª parte del permitido por las normas de seguridad japonesas, antes de ser vertido.
