
¡Hola amigos! Como anunciamos la semana pasada, hoy vamos a conocer algunos de los santuarios y templos que consideramos imprescindibles a la hora de hacer nuestro primer viaje a Japón. Ya que son muchos, en esta ocasión vamos a presentar solo la primera parte, dejando el resto para el próximo viernes.
1. Templo Sensoji, Asakusa, Tokio
Este fue el primer templo de la ciudad de Tokyo (antiguamente Edo). A lo largo de los siglos, fue ganando importancia, hasta que el gobierno Tokugawa decidió darle un gran impulso, construyendo la mayoría de los edificios que lo componen en la actualidad.
Todas las estructuras que se ven al visitar el mismo son reconstrucciones, ya que durante la Segunda Guerra Mundial Sensoji fue reducido a cenizas.
Quizá el símbolo más distintivo de este templo sea la gigantesca lámpara que cuelga en el portal de entrada llamado Kaminarimon o Puerta del Trueno. La lámpara pesa 7 toneladas. Es de color rojo y tiene los kanjis Kaminarimon en color negro.
Este templo se caracteriza también por tener su ingreso a través de la calle Nakamise, de 250 metros de largo y con casi noventa puestos de venta de suvenires, artesanías y objetos tradicionales de Japón.
Estos pequeños negocios ya estaban en el período Edo y buscaban atraer fieles al templo ya desde aquellos años. Vale aclarar que el templo propiamente dicho permanece abierto las 24 horas, aunque el salón principal cierra a las 17.
“Todas las estructuras que se ven al visitar el mismo son reconstrucciones, ya que durante la Segunda Guerra Mundial Sensoji fue reducido a cenizas”
Se puede visitar de dia, en medio de una marea humana de fieles y turistas, y una segunda vez en el medio de la noche, disfrutando del mayor de los silencios. Ambas visitas tienen sus vivencias propias y su magia.
2. Templo Sengakuji, Minato ku, Tokio
Este templo, fundado en 1612, es famoso por albergar las tumbas de los 47 leales de Ako, conocidos también como los 47 ronin.
Allí se podrá rememorar la gesta de estos valientes, que tantos libros y películas ha generado, mientras se visitan sus tumbas y museos que guardan algunas de sus pertenencias.
3. Santuario Meiji, Shibuya, Tokio
El santuario Meiji Jingu del parque Yoyogi fue levantado en honor al emperador Meiji, quien fue el emperador número 122 de este país. Abrió sus puertas en 1921, apenas un tiempo después de la muerte de los emperadores. Y se eligió este lugar porque aquí estaba el jardín de lirios por donde la pareja imperial solía pasear.
Actualmente, el santuario está rodeado por un bosque de 120.000 árboles de las más diversas especies, que fueron plantados para que los kamis del emperador y la emperatriz moren entre ellos.
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4. Templo Kotoku in, Kamakura
Ubicado en la ciudad de Kamakura, alberga al famoso Buda (Dai Butsu), que representa al Buda Amida. Esta deslumbrante imagen de bronce vio la luz en 1252, según lo imaginado por el shogun Minamoto No Yoritomo.
Con una altura de 13,35 metros y un peso de 93 toneladas, es una de las imágenes más reproducidas de Japón. Es la estatua de Buda de bronce más grande al aire libre. En realidad, cuando fue levantada, estaba dentro de un edificio de madera que fue completamente destruido en el siglo XV por acción de un tsunami.
5. Santuario Atsuta, Nagoya
Fue construido por orden del emperador Keiko, quien vivió entre los años 73 y 130. Está consagrado a la diosa del Sol Amateratsu, una de las principales deidades de la mitología japonesa, quien fue la que obsequió la espada sagrada al primer emperador Jinmu Tenno.
Como no podía ser de otra forma, este santuario también se trata de una reconstrucción, ya que el original fue destruido durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
“Fue construido por orden del emperador Keiko, quien vivió entre los años 73 y 130. Está consagrado a la diosa del Sol Amateratsu”
Tiene tantos tesoros dentro de sus edificios, que la muestra va rotando todos los meses, para poder exhibir semejante cantidad de reliquias. Está rodeado por un inmenso parque que funciona como pulmón verde de la ciudad, lleno de árboles, entre los que destaca un alcanforero de 1300 años.
6. Santuario Tosho Gu, Nikko
Sin dudas, el mayor atractivo de la región de Nikko es el santuario Toshogu, donde descansan los restos de Tokugawa Ieyasu. El samurái más poderoso de todos los tiempos y gran unificador de Japón, quien logró fundar una dinastía que gobernaría el país durante 15 generaciones. Enmarcado en un increíble bosque milenario de arces y cipreses, es una visita obligada a tan solo una hora y media de la capital.
Nos vemos la semana próxima para conocer más templos y santuarios de los considerados imprescindibles.
“el mayor atractivo de la región de Nikko es el santuario Toshogu, donde descansan los restos de Tokugawa Ieyasu”
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¡Hasta la semana que viene!