En la 78ª sesión de la Primera Comisión de las Naciones Unidas, Filipinas desempeñó un papel fundamental como constructor de puentes. Abogando por un enfoque intermedio, el país fomentó un diálogo equilibrado, haciendo hincapié en las áreas críticas de la seguridad internacional y el desarme.
Filipinas, que participa activamente en los procesos de desarme, no proliferación y control de armamentos, abordó los múltiples retos que plantean los sistemas de armas autónomas. Estos retos abarcan dimensiones humanitarias, legales, de seguridad, tecnológicas y éticas, centrales en el discurso de la seguridad global.
El embajador Ariel R. Peñaranda, encargado de Negocios interino de Filipinas ante las Naciones Unidas en Nueva York, señaló: «A medida que avanza la tecnología, debemos asegurarnos de que nuestro régimen de gobernanza mundial siga siendo adaptable. Por ello, pedimos normas jurídicas que impidan el armamentismo de la inteligencia artificial y abogamos por el uso responsable de las tecnologías emergentes».
La adopción de una resolución, que obtuvo el apoyo abrumador de 168 Estados miembros, subraya el compromiso de Filipinas de abordar las complejas cuestiones que plantean las armas autónomas letales y defender el derecho internacional. Esta resolución revitaliza los esfuerzos multilaterales en pos de estos objetivos.
Durante la sesión, la Primera Comisión aprobó 60 proyectos de resolución y una decisión, y Filipinas copatrocinó 25 de ellos. Estas resoluciones iban desde la defensa de un mundo libre de armas nucleares hasta la prevención de la adquisición de armas de destrucción masiva por parte de terroristas. También se abordaron las normas mundiales sobre armas mortíferas, como las municiones de racimo, y la intersección del desarme con el desarrollo y el medio ambiente, haciendo hincapié en el multilateralismo en el desarme y el papel fundamental de la juventud en estos debates.
En medio de las crecientes tensiones mundiales y la proliferación de resoluciones, especialmente en los ámbitos del espacio exterior y la ciberseguridad, Filipinas instó a los Estados miembros a evitar más discordias. La Primera Comisión debe servir de plataforma para la acción colectiva a la hora de abordar con prontitud las cuestiones de desarme y de paz y seguridad.
Filipinas reiteró su compromiso con un enfoque intermedio que obtenga un amplio apoyo de las delegaciones. Mientras que el espacio exterior y el ciberespacio presentan retos en evolución, las cuestiones duraderas de las armas nucleares, otras armas de destrucción masiva y las armas convencionales requieren una atención continua.
Filipinas ha hecho un llamamiento a los Estados poseedores de armas nucleares para que asuman sus obligaciones en materia de desarme y apliquen una moratoria sobre la producción de material fisible a la espera del inicio de las negociaciones en la Conferencia de Desarme (CD). También pidió que se mantuviera una moratoria de las explosiones de ensayo de armas nucleares y de cualquier otra explosión nuclear, y que los restantes Estados del Anexo 2 ratificaran el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, entre otras medidas.
Como nación espacial emergente, Filipinas subrayó que la seguridad en el espacio ultraterrestre no consiste sólo en la paridad estratégica entre las principales naciones espaciales, sino también en la preservación del espacio ultraterrestre para usos pacíficos por parte de todas las naciones y las generaciones futuras.
Para mejorar la eficacia de la maquinaria de desarme, Filipinas encabezó una coalición de 28 Estados que pidieron a la CD que concediera la condición de observador a todos los Estados miembros de la ONU interesados sin obstrucciones, reconociendo el papel vital que todos los Estados desempeñan en el mantenimiento y el fortalecimiento de la seguridad internacional. Este llamamiento se produjo después de que a 39 Estados, entre ellos Filipinas, se les impidiera por completo participar en la sesión de la CD de este año.
La adopción de una resolución subraya el compromiso de Filipinas de abordar las complejas cuestiones que plantean las armas autónomas letales y defender el derecho internaciona
Para mejorar la eficacia de la maquinaria de desarme, Filipinas encabezó una coalición de 28 Estados, pidiendo a la CD que conceda el estatus de observador a todos los Estados Miembros de la ONU interesados, sin obstrucciones. Con ello se reconoce el papel vital que desempeñan todos los Estados en el mantenimiento y el fortalecimiento de la seguridad internacional. Este llamamiento se produjo después de que a 39 Estados, entre ellos Filipinas, se les impidiera participar en la sesión de la CD de este año.
En su discurso de clausura, el Embajador Rytis Paulauskas, de Lituania, y Presidente de la Primera Comisión, afirmó que los acuerdos y tratados son un cimiento importante «sobre el que se construye nuestra seguridad», y que no deben escatimarse esfuerzos para preservarlos, así como otros cimientos del desarme, la no proliferación y el control de armamentos.
La Primera Comisión tiene el mandato de debatir el desarme, los desafíos globales y las amenazas a la paz que afectan a la comunidad internacional, y de buscar soluciones a los desafíos del régimen de seguridad internacional. A este respecto, Filipinas, como constructor de puentes, se mantiene firme en su misión de contribuir a la búsqueda de soluciones y a la promoción de un enfoque equilibrado y de término medio en el panorama de la seguridad internacional.