Pekín lanzó su criptomoneda en 2019 y está experimentando su uso en algunas ciudades piloto. ¿Cuáles son las consecuencias de este cambio de paradigma y por qué podría ir más allá de las fronteras de China?
Publicado originalmente en italiano en China-Files, el 10 Marzo 2022.
Pagos con smartphone: cualquiera que haya utilizado WeChat Wallet o Alipay sabe lo rápido y fácil que es comprar un billete de metro, pagar una cena o devolver el dinero a un amigo con tan sólo tocar la pantalla de un smartphone. A primera vista, el e-yuan -la criptomoneda nacional- no es muy diferente del sistema de transacciones al que ya están acostumbrados los ciudadanos chinos. Por el contrario, tiene ventajas adicionales: “Es muy cómodo, ya que se puede utilizar incluso sin conexión a Internet“, declaró Lily Zhang, residente en Pekín, al South China Morning Post. “Tengo un 50% de descuento cuando utilizo el yuan digital para tomar el metro”, dice Robin Deng, desde Chengdu, una de las ciudades piloto del proyecto.
Como suele ocurrir con los grandes experimentos económicos, en 2019 el uso de la criptodivisa estatal solo se puso en marcha de forma experimental en doce zonas del país, incluyendo provincias y ciudades metropolitanas (entre ellas Shenzhen, Suzhou y Shanghai). Además de introducir descuentos en determinados bienes y servicios, algunos ayuntamientos han empezado a regalar a los usuarios pequeñas cantidades en moneda digital para animarles a utilizar el nuevo servicio. Este es el caso de los hongbao digitales emitidos durante el Año Nuevo Lunar de 2020 y 2021, una medida que también pretende mantener a los trabajadores inmigrantes en la ciudad para evitar la propagación del Covid-19.
¿Por qué una criptomoneda nacional?
China ilegalizó las criptomonedas en 2021, después de que el país se convirtiera en un paraíso para los llamados “miners”, empresas que invierten en la “producción” (conocida como mining) de criptomonedas mediante el uso de potentes servidores: la electricidad era barata y en las regiones remotas había mucho espacio para instalar el equipo necesario. Y parecía que Pekín, al principio, estaba dispuesto a dejar pasar las cosas.
A primera vista, el e-yuan -la criptomoneda nacional- no es muy diferente del sistema de transacciones al que ya están acostumbrados los ciudadanos chinos
Pero las monedas digitales como Bitcoin, Etherum y otras representan una alternativa -a veces una escapatoria- al sistema financiero tal y como lo conocemos hoy y, por tanto, se convierten automáticamente en una cuestión de seguridad nacional, un sistema sobre el que el país no puede legitimar su soberanía.
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En cambio, una moneda estatal digital permite el seguimiento de los pagos en tiempo real. En una economía que intenta estabilizarse tras cuarenta años de crecimiento desordenado, el e-yuan representa un intento de reducir el fraude y las insolvencias de empresas y ciudadanos. La disponibilidad inmediata del dinero digital también permitiría el envío rápido de ayuda económica en situaciones de emergencia. Por último, el yuan digital está bajo el control directo del Banco Popular de China (PBOC, People’s Bank of China) y no de las grandes empresas tecnológicas (big tech): una garantía más de estabilidad y seguridad a ojos de Pekín.
Hacia el uso doméstico y más allá
El e-yuan es también una herramienta que el gobierno chino espera poder utilizar para las transacciones internacionales. Esto permitiría a los reguladores vigilar posibles infracciones fuera de las fronteras de China, por ejemplo, la avalancha de inversiones en el extranjero acelerada por la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Un ejercicio útil ha sido el uso del e-yuan dentro de la burbuja olímpica, aunque pocos extranjeros han hecho uso de la aplicación dedicada a ello.
una moneda estatal digital permite el seguimiento de los pagos en tiempo real
Este intento de internacionalización ayudaría a la República Popular a independizarse del dólar en los mercados internacionales. Esto ocurre al margen de los acuerdos comerciales con socios del Sudeste Asiático y Oriente Medio, como Tailandia y Emiratos Árabes Unidos. No obstante, los expertos se muestran cautos sobre el uso del e-yuan como divisa internacional a corto y medio plazo: “No será un punto de inflexión que eleve el papel del renminbi en las finanzas internacionales.
El gobierno chino sigue restringiendo las entradas y salidas de capital y el Banco Popular de China sigue gestionando el tipo de cambio del renminbi. No es probable que ninguna de las dos políticas cambie de forma significativa a corto plazo”, dijo a Project Syndicate Eswar Prasad, profesor de política comercial de la Universidad de Cornell.
Traducción: Mercè Herrerias
El artículo se publicó originalmente en idioma italiano en la plataforma China Files y es reproducido en castellano en el marco de un acuerdo de intercambio de información con ReporteAsia. Link a la publicación original: https://www.china-files.com/loriente-e-rosso-ma-anche-verde-la-svolta-green-in-cina/
Sabrina es licenciada en lengua y literatura chinas y especializada en ciencias internacionales, escribe sobre temas medioambientales para China Files en la columna "Sustainalytics". Colabora con varios periódicos y emisoras de radio, centrándose en la sostenibilidad energética y medioambiental.