“Queremos hacer que la gente se sienta dentro de una ciudad oriental” Sergio Asato, gastronómico al frente del rincón asiático en Mercat Villa Crespo, Buenos Aires

Sergio Asato

“Soy de la segunda generación. Mi mamá es inmigrante, ingresó por Bolivia, y de Bolivia se vino para acá. Mi papá vino a pasear y se quedó. Esto fue en 1968, por ahí. Mi papá llegó en 1969 o 1970. Eran muy pobres, trabajaban de ayudantes de tintoreros para, en el futuro, tener su propia tintorería, era su plan de negocios”, así inicia su relato Sergio Asato, o “Asato-san”, apodo por el que es habitualmente conocido en el under japonés.

Sergio es uno de los tantos hijos de inmigrantes que componen la comunidad japonesa en Argentina, pero lo rodea una mística disruptiva con lo tradicional. De larga barba, gorra, fanático del rock y de la estética voluptuosamente ochentosa, deja en claro pronto que la tintorería no iba a ser lo suyo.

“De casi todos los hijos de tintoreros, ninguno quiso seguir con ese oficio, o muy pocos. Mi papá tenía una veta comercial. Arrancó con la tintorería porque era lo que le sugerían que haga, pero una vez que se adaptó acá a la Argentina, quiso poner un negocio de productos japoneses. Fue uno de los primeros en vender productos japoneses en lo que hoy es el Barrio Chino que, en el ‘89, no existía como tal. Entonces tenía un negocio donde todos los japoneses iban a comprar tofu, o arroz, mochi, y productos importados. Con la hiperinflación mi papá terminó cerrando y nos fuimos a Japón”.

Me cuenta esto mientras estamos sentados en el primer piso de Mercat Villa Crespo. Este edificio, localizado en Thames 747, fue remodelado e inaugurado como mercado en julio de 2022. Hoy en día lo habitan locales gastronómicos que representan diversas colectividades o tipos de gastronomía, pero se observa claramente que está atravesando una nueva reforma. Una que incluye colores brillantes y que estéticamente acompaña la mística disruptiva de Sergio.

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“Mi papá se fue primero” – continúa- “y después fui yo más tarde con Mariano, de Los Parraleños” (NdA: Los Parraleños es una agrupación musical con más de 30 años de trayectoria compuesta principalmente por inmigrantes japoneses. Mezclan diferentes estilos, lo que también, casualidad o no, converge con el ambiente que se respira donde Sergio y yo conversamos).

“Llegamos a Japón y trabajamos en fábricas, como electricistas en las obras, en todo lo que se pudo. La paga era buena, estábamos re contentos porque nunca habíamos tenido tanto dinero. Pero todos fueron con el plan de trabajar un año o dos, juntar plata y volverse. Yo me quedé un poquito más, como cuatro o cinco años. Después de un año o dos de trabajar de obrero empecé a trabajar como traductor en Sony porque sabía hablar los dos idiomas”.

En la década del ‘80, Japón alcanzó su auge económico y tecnológico liderado por empresas como la mencionada Sony. El citypop (género musical cuya popularidad hoy ha revivido gracias a internet) se afianzó como la música característica de un país pujante e invadido por luces de neón. En ese contexto, florecían los izakaya, tabernas con una historia mucho más antigua, pero a las que el salaryman -empleado japonés promedio de empresa nipona- corría a despejarse al finalizar la jornada laboral. En los ’90, la burbuja económica estalló y el sueño de una prosperidad sin límites se terminó. Pero no para Sergio.

“La pasé bien hasta el año ‘94 o ‘95. Las fábricas ya no necesitaban tantos extranjeros y yo decidí volverme a la Argentina. Volví a ir a Japón un par de veces, pero no tanto tiempo como en la primera etapa. Aunque durante ese tiempo conocí mucho más la cultura desde adentro, conviví con los japoneses, y sobre todo aprendí lo que son las tabernas y lo que es la vida nocturna de los japoneses. Es el mundo japonés que acá no se conoce. Acá está todo bastante sectorizado en que ‘el japo’ es tintorería, o locales de sushi de cadena, y yo tenía ganas de mostrar un poquito más”.

“Empecé con un restaurante en Palermo donde quería recrear ese clima, pero no me salió bien. Era mi primera experiencia. Cuando cerré ese local me fui a un lugar más chico y, casi sin querer, me empezó a salir el concepto que yo estaba buscando. Eso lo transferí a mi actual local en Crámer (Social Sushi, en Crámer 3322). Y desde allí seguí intentando difundir todo eso con Club GastroJapo, una agrupación de gastronómicos japoneses, con toda la comunidad. Y con todos los contactos y toda la gente que había conocido quería hacer algo más grande. Ahí es donde lo conocí a Marcelo”.

“Marcelo” es Marcelo Pirogovsky, responsable del proyecto integral de Mercat Villa Crespo, quien se une a la conversación para definir el concepto sobre el cual se pensó el espacio.

Sergio Asato
Fachada de Mercat Villa Crespo.

“Cuando nosotros hacemos Mercat, hacemos un mercado que tiene colectividades. Es más, Villa Crespo es un barrio armado con colectividades. Entonces vos ves que en toda la planta baja o en el primer piso hay colectividades. Tenés cosas judías, tenés cosas de Medio Oriente, tenés algo español, hay pastelería italiana. Entonces, evolucionar en las colectividades en realidad calzaba con la idea de Sergio. Para nosotros era importante seguir profundizando el concepto. Y sobre todo en una comunidad donde vos podés generar una estética muy particular. Es una propuesta que es más probable que pueda fidelizar al público, porque lo integras no solo con la gastronomía sino con contenidos, cosa que no es fácil hoy. Porque solo la gastronomía compite con toda la gastronomía, pero el contenido que vos generás, la estética que generás aparte de la gastronomía, ayuda mucho a fidelizar al cliente, y hoy creo que el objetivo máximo que tiene cualquier negocio es la fidelización del cliente. Entonces se ajustaba muchísimo a lo que nosotros queríamos como mercado”.

“Con Marcelo pensamos en meter a todos los proveedores, ya sean chinos, coreanos o japoneses, y armar un mundo acá adentro” -agrega Sergio.

“Es un Japón, o Asia, medio exagerado, para que la gente se sienta dentro. Si fuese real no habría tantos carteles, tanta información. Nosotros queremos hacer que la gente se sienta dentro de una ciudad oriental”.

La idea se va materializando de a poco a través de coloridos muros y carteles en japonés que ya se encuentran en proceso de instalación en el primer piso del Mercat. Sergio describe el ambiente en construcción como un “Disney oriental” donde confluirán espacios dedicados a las distintas comunidades, pero con un toque intencionalmente pop.

“Empezamos a trabajar en esto en diciembre de 2022, hablando y analizando ideas. Yo creo que Marcelo también se prende porque la hija está un poco en este mundo de lo japonés y vio la veta ahí. Pero también creo que está en eso mismo: toda esta gente fanática de Asia no tiene un lugar. Van a distintos lugares, a distintos eventos que se hacen o van dando vueltas. Faltaba un lugar permanente. El Barrio Chino también es uno de los lugares, pero se trata de algo abierto y grande, que está súper bueno y donde vas a comprar cosas, pero nuestro espacio ya sería un lugar para que la gente venga y esté lo que puntualmente le gusta. Comidas de distinto tipo, populares, lo que tiene que ver con lo gamer, lo retro, lo nuevo, los cómics, el karaoke, las artesanías. Tratamos de que acá haya cosas originales, de buscar ese tipo de negocios para que se establezcan acá en Mercat. Esa es un poco la idea”.

Me acuerdo de la estética puntual que de a poco va evocando este rincón asiático. “El ambiente que están creando alude mucho a lo cyberpunk. Un Japón de los ‘80, mucha luz…”, comento. Marcelo completa automáticamente este pensamiento. “Mucho neón, mucha información”.

“Y de ahí en adelante, todo lo que tiene que ver con lo musical, lo audiovisual del Japón”, agrego mientras en mi cabeza resuena Plastic Love, tema musical ícono del citypop nipón ochentoso.

Sergio Asato
Los murales de estética nipona en proceso en el primer piso de Mercat Villa Crespo.

Sergio profundiza un poco más en el proyecto en cuestión. “Tenía que buscar la manera de hacer convivir la planta baja con el primer piso dentro del Mercat. Y mirando el lugar, parece la fachada de una estación de subte. Entonces dije ‘bueno, por una entrada será Mercat Villa Crespo en Buenos Aires, y por otra entrada será el ingreso a un subte en Shinjuku, un barrio céntrico de Tokio conocido por su gran actividad comercial y vida nocturna. En la entrada hay un huequito, y justo se dio la casualidad de que apareció un negocio que vende kokedama (técnica artesanal japonesa de cultivo de plantas) que quiere estar ahí. Del otro lado tenés a Koi Dumplings, que están desde antes y tienen un diseño hermoso”.

“De esa manera podemos conectar ese paseo desde la entrada, y después subís las escaleras pensando como si fuese la subida de un subterráneo. Estás abajo en Buenos Aires y salís a una ciudad de Asia, o a la misma Tokio. Vamos a tratar de poner toda la cartelería, la señalética, hasta pensamos en poner monitores con las entradas y salidas de los trenes de Japón para que cuando vas subiendo te sientas que te invada toda la parte sonora y parece que estamos entrando a la estación de Tokio”.

Sergio Asato
El local que ocupará el propio Sergio en la entrada del Mercat, cuando finalicen las obras de este sector asiático en construcción.

“Y después bueno, que te choques con tu primer local impactante, Amo mi Matcha, que es más minimalista. Al lado continuará un patio con un Buda gigante con sakura, con patios zen con el rastrillo para jugar. Pero Japón lo que tiene es que vas por un barrio tradicional, y de repente tenés una ciudad electrónica super moderna… convive todo. Entonces, de alguna manera, buscamos que conviva todo eso. El primer local va a ser como un 7-Eleven de todos productos asiáticos. Y después habrá comidas como yakitori, katsusando, y también comiquerías. Luego subís al primer piso y va a haber una parte donde te podés sentar y vas a convivir con muñecos de Gundam, o cascos de Star Wars”.

“Uno diría, ¿qué tiene que ver con lo japo? Creo que todo tiene que ver con todo. Entonces nosotros invitamos a todas estas comunidades a que se crucen, se den vuelta y de repente se encuentren con una máquina retro de juegos para bailar o tocar el taiko (tambor tradicional japoneses)”. En Japón hay ciudades debajo de las ciudades, donde tenés puestos de comida y de todo tipo. Y bueno, queremos que poco a poco se vaya mezclando y que todo este espacio, todo Mercat, sea un espacio…”

“Multicultural”, completa Marcelo.

“Un espacio de encuentro”, sumo yo.

“Sí, un espacio de encuentro”, confirma Sergio. “Tenemos que generar eso. Porque Villa Crespo no es un lugar de paso como Cabildo y Juramento donde la gente pasa y se mete. Es generar un espacio donde la gente quiera venir y encontrarse con los suyos, con sus pares”.

“La intención es tenerlo listo para fines de mayo o principios de junio”, comenta Marcelo. “Cuando uno se aproxima a que los locales están armados, ya ahí pondremos la fecha. Pero depende de las obras y no todos van al mismo ritmo. Y la apertura es completa, queremos que se abra todo junto”.

“También estamos trabajando con artistas”, explica Sergio. “No es solo venir, plotear y pegar, sino que hay distintos artistas que tienen una onda con la comunidad asiática y vienen y hacen parte de su trabajo, y le estamos dando mucha importancia a eso. Desde el dibujo, desde el aerosol, los detalles, las banderas, los diseños. A medida que vamos encontrando expresiones de distintos artistas, queremos traerlos. Invitamos s todos los artistas que quieran ser parte porque queremos que sea un espacio cultural y que todos tengan la posibilidad de mostrar lo que hacen. Esa creo que va a ser la diferencia: va a ser un lugar para mostrar el arte. Tiene que haber un poco de todo. Creo que va a ser un espacio muy divertido”.

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Licenciada en Estudios Orientales (Universidad del Salvador). Especialista en Relaciones Públicas. Cuenta con una diplomatura superior en Educación, Imágenes y Medios (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Tiene una Maestría en Industrias Culturales, Política y Gestión (Universidad Nacional de Quilmes). Es profesora de la clase sobre Japón en la materia Procesos Interculturales, de la Maestría de Diversidad Cultural (Universidad Nacional de Tres de Febrero). Imparte cursos de capacitación sobre historia, cultura y protocolo de China, Corea y Japón (Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco).