
La población de Japón se redujo en 556.000 personas en 2022 con respecto al año anterior, hasta los 124,9 millones, lo que supone el duodécimo año consecutivo de descenso, ya que el número de ciudadanos japoneses experimentó la mayor caída registrada hasta la fecha, según mostraron el miércoles los datos del Gobierno según Kyodo News.
A 1 de octubre, la población, incluidos los residentes extranjeros, era de 124.947.000, y el número de ciudadanos japoneses descendió en 750.000 hasta los 122.031.000, el mayor margen de descenso desde que se dispone de datos comparables en 1950, según los datos.
La tendencia indica la urgente necesidad de que Japón establezca un sistema social para hacer frente al doble reto de la disminución de la natalidad y el envejecimiento de la población.
El Secretario Jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, declaró en rueda de prensa que el gobierno abordará el descenso de la natalidad del país “con la máxima prioridad”.
Las 47 prefecturas de Japón, excepto Tokio, registraron un descenso en el número de residentes en el año transcurrido hasta octubre del año pasado, y las defunciones superaron en número a los nacimientos en todas las prefecturas por primera vez, según el Ministerio de Asuntos Internos y Comunicaciones.
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Sin embargo, el creciente número de residentes extranjeros que viven en Japón ha contribuido en los últimos años a compensar el descenso general de la población del país.
El Secretario Jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, declaró en rueda de prensa que el gobierno abordará el descenso de la natalidad del país “con la máxima prioridad”.
La población extranjera aumentó en 194.000 personas hasta alcanzar los 2.916.000 en el año de referencia, tras la relajación de los estrictos controles fronterizos establecidos para mitigar los casos importados de coronavirus, según los datos.
Por prefecturas, la población de Okinawa se redujo un 0,01%, la primera vez que disminuye desde su reversión al dominio japonés en 1972.
Tokio vio aumentar su población en un 0,20%, recuperándose del primer descenso en 26 años registrado el año pasado, causado por la pandemia de COVID-19, que frenó la tradicional afluencia de personas a la región de la capital.
La población activa, es decir, las personas de entre 15 y 64 años, disminuyó en 296.000 personas, hasta 74.208.000, lo que representa el 59,4% de la población total. El porcentaje estaba a la par con el mínimo histórico de un año antes.
Los menores de 14 años representaron un nuevo mínimo histórico del 11,6% de la población total, mientras que los mayores de 65 años alcanzaron un máximo histórico del 29%.