El Gobierno japonés revisará el acuerdo con el Banco de Japón para flexibilizar el objetivo de precios

Banco de Japón
Fotografía tomada en junio de 2019 que muestra la sede del Banco de Japón en Tokio. (Kyodo)

El Gobierno japonés está a punto de revisar un acuerdo de una década de antigüedad con el Banco de Japón que establece que el banco central tratará de alcanzar su objetivo de inflación del 2 por ciento "lo antes posible", dijeron fuentes gubernamentales el sábado.

En la primera revisión desde que se hizo el acuerdo conjunto en 2013, el gobierno considerará hacer el objetivo de precios más flexible, dijeron las fuentes. Se espera que el primer ministro, Fumio Kishida, concrete los detalles con el próximo gobernador del Banco de Japón, que sucederá a Haruhiko Kuroda en abril.

La revisión prevista podría llevar al BOJ a ajustar su audaz relajación monetaria, ya que los efectos secundarios de su política de tipos de interés ultrabajos, sobre todo la fuerte depreciación del yen frente a otras divisas importantes, se han hecho más evidentes y suponen un reto para la administración de Kishida.

Bajo el mandato de Kuroda, el Banco de Japón mantiene su compromiso de mantener los costes de endeudamiento de los hogares y las empresas en niveles mínimos para apoyar la economía, a contracorriente del endurecimiento monetario mundial. La declaración conjunta, que menciona las funciones del gobierno y el BOJ para apoyar el crecimiento económico, se considera en general que obliga al banco a ceñirse a su objetivo de inflación. Según las fuentes, la revisión pretende ampliar las opciones políticas del Banco de Japón.

Pero el Gobierno y el BOJ opinan que la relajación monetaria sigue siendo necesaria. Consideran que, aunque la economía japonesa ya no se encuentra en un estado de deflación, todavía tiene que entrar en un círculo virtuoso de subidas de precios y crecimiento salarial.

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Para evitar que los mercados interpreten la revisión como un abandono de la relajación monetaria -lo que podría provocar una subida del yen y de los rendimientos de la deuda pública japonesa-, se mantendrá el objetivo de inflación del 2%, según las fuentes.

Los posibles cambios incluirían la supresión de la expresión "lo antes posible" o la modificación de la redacción del acuerdo para aclarar que el objetivo del 2% debe alcanzarse a medio y largo plazo. El fomento del crecimiento salarial podría añadirse al documento revisado como reto para el gobierno.

Bajo el mandato de Kuroda, el Banco de Japón mantiene su compromiso de mantener los costes de endeudamiento de los hogares y las empresas en niveles mínimos

Kuroda ha negado públicamente su intención de permanecer como gobernador más allá de su actual mandato, que finaliza el 8 de abril de 2023. Kishida debe seleccionar un candidato para suceder a Kuroda para su aprobación parlamentaria.

Masayoshi Amamiya e Hiroshi Nakaso, actual y anterior subgobernadores del Banco de Japón, se encuentran entre los posibles candidatos.

La actual declaración conjunta se emitió el 22 de enero de 2013, cuando el predecesor de Kuroda, Masaaki Shirakawa, era gobernador, y el BOJ, presionado por el Gobierno, decidió introducir el objetivo de estabilidad de precios del 2%.

En aquel momento, el entonces primer ministro Shinzo Abe había instado a Shirakawa a aceptar la adopción del objetivo del 2% a pesar de las reservas del gobernador. Shirakawa dimitió en marzo, antes de finalizar su mandato.

Abe eligió a Kuroda, un antiguo diplomático japonés experto en divisas que fue presidente del Banco Asiático de Desarrollo, para suceder a Shirakawa. Kuroda se embarcó entonces en una audaz relajación monetaria, un elemento clave del programa de Abe para impulsar la economía "Abenomics".

Tras casi una década de política monetaria ultralaxa bajo el mandato de Kuroda, el objetivo de inflación aún no se ha alcanzado de forma "estable y sostenible", según la descripción del BOJ.

Según las previsiones del banco, los precios al consumo subyacentes en Japón aumentarán un 2,9% respecto al año anterior en el año fiscal 2022, pero la subida se ralentizará hasta el 1,6% en el año fiscal 2023 a partir de abril.

Con todo, los precios básicos al consumo en Japón, el indicador clave de la inflación, se han mantenido por encima del objetivo del 2% fijado por el Banco de Japón durante siete meses, impulsados por la subida de los precios de la energía y la debilidad del yen.

Kuroda ha negado públicamente su intención de permanecer como gobernador más allá de su actual mandato, que finaliza el 8 de abril de 2023

Para aliviar el dolor de la subida de precios en medio de la guerra de Rusia en Ucrania, el gobierno de Kishida ha tomado medidas de alivio de la inflación, y ha intervenido en el mercado de divisas en múltiples ocasiones este otoño para detener la fuerte caída del yen, que infla los costes de importación para un Japón pobre en recursos.

Kuroda ha mantenido que la inflación impulsada por los costes será temporal y que el Banco de Japón debe mantener su política de tipos ultrabajos para apoyar la economía, lo que lo convierte en una excepción entre los principales bancos centrales que han empezado a subir los tipos de interés.

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