El presidente brasileño, Lula da Silva, se reunió con el presidente chino, Xi Jinping, en el Palacio del Pueblo de Pekín.
En el segundo día de la visita oficial de la delegación brasileña al país asiático, los dos presidentes firmaron una serie de acuerdos para ampliar las asociaciones en áreas como el comercio, las telecomunicaciones, la ciencia y la tecnología, la transición energética y la lucha contra el cambio climático.
Durante la reunión ampliada entre los presidentes, con la participación de sus respectivos equipos ministeriales, ambos hicieron breves declaraciones exaltando la importancia de la relación comercial y estratégica entre los mayores países de Asia y América del Sur, que cumple 50 años en 2023.
Según Lula, la asociación puede ampliarse. Después, hubo una reunión más restringida entre los dos líderes y los ministros de Asuntos Exteriores de los dos países.
“Queremos que la relación Brasil–China trascienda la cuestión comercial, queremos tener una relación profunda en ciencia y tecnología, asociaciones entre universidades para tener más estudiantes brasileños en China y más estudiantes chinos en Brasil” afirmó Lula.
“Contamos con China en nuestra lucha por la preservación del planeta Tierra, defendiendo una política climática más saludable. Por eso es extremadamente importante una transición energética para que podamos producir energía más limpia, especialmente eólica, solar y de biomasa”.
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El presidente brasileño también mencionó objetivos en el campo de la preservación del medio ambiente, aliados al desarrollo agrario para aumentar la producción de alimentos.
“Brasil se compromete a alcanzar, hasta 2030, la deforestación cero en la Amazonia y a dar nuestra contribución para la preservación del planeta. Estamos convencidos de que el desarrollo de la agricultura brasileña no pasa por la deforestación irresponsable y mucho menos por la quema. Brasil puede prácticamente duplicar su producción agrícola recuperando tierras degradadas, sin tener que talar ningún árbol”, afirmó el presidente brasileño.
Por su parte, el Presidente chino, Xi Jinping, dijo estar “feliz” de ver pronto al Presidente Lula, tras recuperarse de un problema de salud que había aplazado su visita, inicialmente prevista para el mes pasado. También se refirió a la larga asociación entre los dos países.
“China tiene una relación estratégica y de largo alcance con Brasil, que ocupa un lugar prioritario en nuestras relaciones exteriores. Es nuestro amigo desde hace mucho tiempo. El desarrollo sano y estable de la relación Brasil-China desempeñará un papel importante para la paz, la estabilidad y el autodesarrollo de ambos países y del mundo”, afirmó.
En este contexto de ampliación de la asociación bilateral y de redefinición de la geopolítica de la gobernanza mundial, los dos mandatarios expresaron su voluntad de contribuir a la resolución pacífica del conflicto entre Rusia y Ucrania, y de reforzar el papel de las instancias multilaterales, como las Naciones Unidas.