En el segundo día de la Conferencia Regional sobre el Impacto Social y Humanitario de las Armas Autónomas, 33 Estados de América Latina y el Caribe coincidieron en la urgente necesidad de negociar un instrumento jurídicamente vinculante, con prohibiciones y regulaciones, respecto a la autonomía en los sistemas de armas para garantizar un control humano significativo.
Es la primera vez que una región del mundo se reúne fuera de los confines de la Organización de las Naciones Unidas, sede Ginebra, para con una sola voz, exhortar a fortalecer el marco jurídico internacional existente sobre este tema.
Durante la Conferencia, los Estados reafirmaron su compromiso de participar de manera activa para contar con posiciones comunes que logren proporcionar un renovado impulso a las negociaciones que se llevan a cabo en el marco de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCAC), en Ginebra, Suiza; así como en otros foros internacionales de relevancia.
Se comprometieron, además, a continuar y reforzar la cooperación y la asociación con organizaciones internacionales y de la sociedad civil, el mundo académico y otras partes interesadas pertinentes, para aprovechar su experiencia y apoyo pertinentes.
Respecto al uso de ciertas formas de inteligencia artificial que pueden socavar la paz y la seguridad internacionales, el representante de Costa Rica, Christian Guillermet, resaltó que “existe un verdadero sentido de urgencia por contar con nuevas prohibiciones y normativas guiadas por la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario y sus principios, basadas en los principios de humanidad y los dictados de la conciencia pública, así como en perspectivas éticas”.
Costa Rica impulsa un instrumento internacional sobre armas autónomas
Insistió además en que “no es solo el uso de la inteligencia artificial en sistemas y procesos militares lo que plantea riesgos éticos y de seguridad, sino también el posible uso malicioso de esta tecnología por parte de agentes estatales y no estatales para llevar a cabo sofisticadas operaciones cibernéticas e incluso campañas de desinformación”.
En palabras de la embajadora Maritza Chan, Representante Permanente de Costa Rica en la sede de la ONU en Nueva York, “esta Conferencia marca un punto de inflexión: existe un antes y un después de la adopción del Comunicado de Belén”.
“El espíritu de Belén debe guiar nuestros próximos pasos y servir para establecer una clara hoja de ruta, pues no es la primera vez que América Latina y el Caribe están a la vanguardia de los temas más importantes en materia de paz y seguridad”.
La Conferencia contó con participación de expertos y representantes de organizaciones de la sociedad civil y organismos internacionales, quienes exhortaron a los participantes de los Estados a trabajar juntos para asegurar el cumplimiento del derecho internacional, incluyendo el humanitario, así como la prevención del impacto que conlleva la autonomía en los sistemas de armas.
En el evento también hubo un espacio con miembros de la prensa internacional acreditada en Costa Rica, con el fin de sensibilizar sobre la importancia de la Conferencia, sus objetivos, así como de los riesgos para la paz y la seguridad internacionales de estos sistemas.
Esta actividad fue una iniciativa del Gobierno de Costa Rica, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y en coordinación con la Fundación para la paz y la democracia (FUNPADEM).