Un reciente informe gubernamental, titulado “Report on Monuments of National Importance: The Urgent Need for Rationalization”, trata de la gestión de los edificios históricos, en particular los designados Monumentos de Importancia Nacional (MNI).
Los MNI son conservados oficialmente por el Archaeological Survey of India (ASI), que funciona de acuerdo con la Ley de Monumentos Antiguos y Yacimientos y Restos Arqueológicos de 2010 (Ley AMASR de 2010), pero este informe ha sido elaborado por Sanjeev Sanyal, Jayasimha K.R. y Apurv Kumar Mishra, del Consejo Asesor Económico del Primer Ministro (EAC-PM).
Es importante tener en cuenta esta distinción, porque ofrece una visión convincente de cómo nuestra sociedad contemporánea gestiona, o mal gestiona, su legado civilizatorio 75 años después de la independencia.
En el pasado, el tema de la gestión del patrimonio rara vez había atraído la atención pública, pero dado el pedigrí de este informe y el carácter polémico de sus recomendaciones, es necesario destacarlo en el dominio público para animar a la sociedad civil a convertirse en interlocutora activa en el proceso de toma de decisiones.
Este informe es producto de su tiempo
Los MNI se consideran la sinécdoque del prolífico y variado patrimonio cultural de la nación, pero la forma en que nuestra sociedad se relaciona con él es paradójica. En abstracto, la idea de los INM suele celebrarse como un distintivo de identidad nacional, pero en realidad suele tratarse como un problema, sobre todo cuando se considera que algunos obstruyen importantes proyectos de infraestructura o desarrollo.
Esto alimenta el binario conservación frente a desarrollo que define tanto las políticas gubernamentales como las aspiraciones públicas. A medida que el ritmo de desarrollo ha ido en aumento, ha dado lugar a que se comprometan o subviertan las leyes promulgadas para conservar los MNI. Las fuentes de esta paradoja tienen raíces profundas, que es necesario evaluar críticamente para comprender la razón de ser de este informe.
Este informe también es el producto del estilo de gobernanza que Narendra Modi introdujo cuando se convirtió en el primer ministro del gobierno liderado por el Bhartiya Janta Party (BJP) en 2014, y uno de sus marcadores clave es cómo se toman las decisiones. En lugar de seguir protocolos bien establecidos de consultas democráticas antes de tomar decisiones, ahora es en el Gabinete del Primer Ministro donde se identifican y analizan las principales cuestiones políticas y se formulan sus soluciones. A partir de ahí, se dictan órdenes ejecutivas a las oficinas pertinentes del gobierno para su aplicación.
Este se ha convertido en el procedimiento operativo estándar (POE), incluso en asuntos relacionados con la gobernanza rutinaria. Se trata de un proceso muy centralizado y secreto, y los críticos han analizado su carácter regresivo porque ha sumido a nuestra nación en un agrio discurso social y político. Sin embargo, el Gobierno lo defiende insistiendo en que hay que tomar decisiones “duras” por el bien público e invariablemente hace caso omiso de las críticas, calificándolas de desvaríos de los habituales detractores que quieren mantener al país encadenado al pasado mientras ellos persiguen enérgicamente sus objetivos.
El “Informe sobre Monumentos de Importancia Nacional” es un producto de este proceso autoritario de elaboración de políticas y su procedencia elitista está claramente identificada en la portada. Propone “racionalizar” la protección de los MNI por parte de la ASI y, en consonancia con el ya conocido procedimiento habitual, el texto está salpicado de la observación de que la aplicación de muchos de los cambios que propone “puede hacerse mediante una orden ejecutiva”. Pero no es un documento secreto: está disponible en Internet y los medios de comunicación ya se han hecho eco de su contenido.
Tal vez el Gobierno confíe en que, como en el pasado, ni la sociedad civil ni la ASI se opondrán a este informe, pero por las razones que expondré a continuación, y a pesar de la posibilidad de que estas observaciones también sean desestimadas como la cháchara de un detractor habitual, sigue siendo necesario señalar que este informe con pedigrí es un documento profundamente defectuoso.
Evaluar críticamente este informe es una tarea doblemente difícil. Por un lado, uno sabe que las políticas instrumentalistas del gobierno desdeñan ocuparse de las cuestiones patrimoniales, porque en otros proyectos relacionados con el patrimonio, como la reurbanización de Central Vista en Nueva Delhi y la modernización del recinto del templo de Vishwanath en Benarés, ha demostrado descaradamente su proclividad a dar prioridad a la creación de la “Nueva India” por encima de los imperativos de conservación del patrimonio. Por otra parte, a pesar de la poderosa conexión emocional que nuestra sociedad tiene con su patrimonio, los imperativos técnicos de la gestión del patrimonio, que es el tema del informe, son terra incognita para la mayoría de sus interesados. No obstante, es necesario desmontar el informe para que quede constancia de ello.
Este informe también es el producto del estilo de gobernanza que Narendra Modi introdujo cuando se convirtió en el primer ministro del gobierno liderado por el Bhartiya Janta Party (BJP) en 2014, y uno de sus marcadores clave es cómo se toman las decisiones
En primer lugar, hay que subrayar que este documento no ha sido elaborado por la ASI, el departamento gubernamental cuya competencia específica es el objeto del informe: la protección de los MNI. Este importante documento político ha sido elaborado por economistas que, fieles a su métier, han aducido ingenuamente que el objetivo primordial de la conservación del patrimonio es “preservar la economía de nuestra cultura y la cultura de nuestra economía”, como dijo el autor principal de este informe en una reciente conferencia que pronunció en el Indian National Trust for Art and Culture (INTACH). Así pues, los parámetros analíticos de este informe se basan en datos cuantificables y, como es lógico, su principal recomendación es reducir el número de MNI (“números difíciles de manejar”) para mejorar el funcionamiento de la ASI.
Los verdaderos problemas de la ASI
Ver los problemas de la gestión del patrimonio a través de la lente del economista elude los problemas más fundamentales del funcionamiento de la ASI. La agencia fue creada por un gobierno colonial para proteger los ejemplos excepcionales de patrimonio arquitectónico de una cultura percibida como exótica y ajena, que ahora se han convertido en MNI. En un contexto poscolonial, ¿por qué no debería la ASI replantearse sus responsabilidades definidas colonialmente y construir significados más auténticos del patrimonio cultural de nuestra sociedad, en el que los MNI constituyen sólo una categoría, aunque se perciba como icónica? En resumen, el informe acaba racionalizando las tergiversaciones coloniales de nuestro patrimonio cultural al mantener intacta, y legitimar aún más, la agenda monumentocéntrica de la ASI.
Esta agenda es profundamente cómplice de la perpetuación de la “misión civilizadora” colonial y, por tanto, el patrimonio local sigue siendo tratado como lo otro. La ASI se creó en 1861 para cumplir fines coloniales y está tan orgullosa de esta genealogía que su cultura de trabajo no ha cambiado. Sigue considerando el Manual de Conservación de John Marshall, redactado en 1925, como su Biblia.
Tan profunda es la fe de la ASI en este manual que cuando, como parte de la agenda para conmemorar su sesquicentenario en 2010, decidió actualizarlo y dar cabida a las tradiciones indígenas de conservación que los objetivos coloniales en los que se basaba el manual habían ignorado, acabó abandonando el ejercicio tras unas cuantas discusiones desastrosas con expertos externos. Se dio cuenta de que las reformas que había emprendido eran demasiado radicales para su mentalidad colonial.
En 2014, la ASI publicó su “nuevo” Manual de Conservación, que resultó ser prácticamente un clon del original, con pequeñas adiciones y modificaciones. No es de extrañar que, en una sociedad poscolonial, la ideología de la ASI y los imperativos de conservación de los MNI se perciban como una imposición alienante en nuestras iniciativas modernizadoras, una imposición que alimenta la política de “hacer historia” que este Gobierno aprovecha para obtener beneficios políticos.
Esta mentalidad antediluviana es la patología que el informe debería haber intentado racionalizar. Pero los autores del informe han recogido los frutos más frágiles del árbol, dejando desatendidos los principales problemas a los que se enfrenta ASI. Sus recomendaciones no son, de hecho, nuevas ideas, porque ya han sido señaladas por los críticos con anterioridad, pero viniendo como viene de las más altas esferas del gobierno, el informe puede ser tratado como un firman, y cualesquiera que sean sus deficiencias, se utilizará para reformar la ASI.
Dónde hay que centrarse
Aunque este informe es un documento defectuoso, contiene tres recomendaciones útiles para mejorar la protección de los MNI que merecen una mayor consideración a través de un diálogo público más amplio. En primer lugar, sugiere que las responsabilidades de mantenimiento de los monumentos, asignadas a la ASI, y de desarrollo de las zonas circundantes, asignadas a la Autoridad Nacional de Monumentos de la India (NMA), se fusionen, quedando la NMA a cargo, y que la ASI se centre principalmente en la investigación arqueológica, las excavaciones, las restauraciones y el mantenimiento de los museos, y que la NMA funcione como un organismo autónomo dependiente de la ASI. Estas ideas también se han planteado anteriormente. La pregunta es: ¿cómo va a garantizar mejor el futuro de nuestro pasado la reasignación de los mismos actores para que desempeñen papeles diferentes?
Esta agenda es profundamente cómplice de la perpetuación de la “misión civilizadora” colonial y, por tanto, el patrimonio local sigue siendo tratado como lo otro
En segundo lugar, habría que rectificar las anomalías e insuficiencias de la lista de MNI, como suprimir de ella monumentos que ya no existen. Por ejemplo, hay muchos kos minars y tumbas de soldados coloniales que han sido destruidos por el desarrollo urbanístico. También está el extraño caso de la estatua de John Nicholson, erigida en la zona de Kashmiri Gate, en Delhi, en 1900, y exportada oficialmente a Irlanda del Norte en 1958, pero que sigue figurando en la lista como MNI. El informe también señala que la ASI no dispone de un PNT creíble para declarar como MNI edificios históricos potenciales. Sugiere que los procedimientos detallados y de varios niveles descritos en las directrices operativas de la UNESCO podrían ser un modelo a seguir.
Los autores del informe no saben que, más cerca de casa, la ASI podría estudiar el SOP que el INTACH ha desarrollado para listar más de 80.000 edificios históricos no identificados en todo el país, que han sido utilizados por los gobiernos municipales y estatales para proteger los edificios de su jurisdicción. Una vez más, la cuestión es: cualquiera que sea el PNT que adopte la ASI, ¿se puede adiestrar a un perro viejo para que aprenda trucos nuevos?
Y en tercer lugar, habría que aumentar “exponencialmente” la asignación de fondos para proteger los MNI e identificar otras fuentes de ingresos, como retener las tasas de entrada a los monumentos (que actualmente se abonan al Fondo Consolidado de la India) y desarrollar estrategias más sólidas para movilizar fondos destinados al Fondo Nacional de Cultura (NCF). El EAC-PM puede, por supuesto, saberlo mejor, pero tengo entendido que el NCF tiene en su caja más fondos de los que es capaz de destinar efectivamente a los fines para los que fue creado. Así pues, el mayor problema es racionalizar el funcionamiento del NCF para utilizar los fondos que ya tiene, y que sigue recibiendo, antes de buscar nuevas fuentes de ingresos.
Las insuficiencias de este informe se derivan de la cultura autoritaria de toma de decisiones que está cultivando el gobierno de Modi. Su inspiración, y modelo, parece ser el mito aureolado de Alejandro Magno cortando el Nudo Gordiano. La cultura autoritaria del gobierno ha causado estragos en la Idea de India, históricamente evolucionada, por no mencionar la Constitución de la República India, pero en este informe vislumbramos cómo esta dispensación desmantelará también nuestro legado civilizatorio.
Artículo republicado de The Wire en el marco de un acuerdo entre ambas partes para compartir contenido. Link al artículo original:https://thewire.in/government/eac-pm-heritage-sites-rationalisation
Arquitecto, urbanista y consultor en conservación.