
Mucho se habla en la post pandemia de COVID-19 de la relación de China con la ASEAN, puesto que la presencia del gigante asiático tiene un impacto directo en toda esa región, con la que se conecta en forma natural -como socio comercial- desde hace cientos o miles de años. Pero, ciertamente, diferentes tendencias económicas y diplomáticas ya consolidadas hacen pensar que el Sudeste Asiático está en los planes de desarrollo más estratégicos de China, y viceversa.
El Sudeste Asiático se encuentra entre las regiones de más rápido crecimiento en el mundo. Según el Banco Asiático de Desarrollo (ADB), el crecimiento económico en el sudeste asiático alcanzó el 5,5% en 2022.
En este marco, los flujos de IED hacia el Sudeste Asiático se han multiplicado por nueve en las dos últimas décadas, y más de la mitad de ellos se han dirigido a Singapur, que suele actuar como centro regional para muchos inversores. Dentro de la región, Vietnam e Indonesia han atraído el mayor volumen de IED durante la última década (232.000 a 242.000 millones de dólares), seguidos de Malasia y Singapur (153.000 a 164.000 millones de dólares).
Se espera que las tendencias de entrada de capital en sectores clave, como tecnología, manufactura y desarrollo de infraestructura continuará, mientras que la 'reapertura' de China proporcionará un impulso muy necesario para el turismo y el transporte a partir del segundo trimestre de 2023.
Asimismo, el ADB pronosticó un crecimiento de la ASEAN de 4.7% para 2023, mientras que el Fondo Monetario Internacional vislumbra una crecimiento global de sólo 2,7% este año, lo que significa que todavía se aprecia que la región crecerá sustancialmente más rápido que el promedio mundial.
El involucramiento de China
De alguna manera, para entender el crecimiento del Sudeste Asiático, es central entender el rol de China en ese proceso, como socio comercial. Históricamente, China mantiene vínculos considerables con las economías de la ASEAN y busca mejorarlos a través de un mayor gasto en infraestructura y aumentando el acceso al comercio, aprovechando iniciativas como One Belt One Road y de la Asociación Económica Integral Regional (RCEP). Se espera que ambas plataformas le permitan a China organizar aún más la distribución de su cadena industrial con las economías del Sudeste Asiático.
China está acelerando el ritmo de reubicación de algunas industrias en la región ASEAN por razones como el aumento de los costos internos y la feroz competencia con los Estados Unidos, lo que crea muchas oportunidades para que las empresas chinas inviertan en los mercados del Sudeste Asiático y se instalen allí para localizar procesos, fabricación y servicios.

Para darle un marco más concreto al fenómeno, considérese que las operaciones comerciales de China con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) totalizaron 1,35 billones de yuanes (o US$ 212.000 millones) en el primer trimestre de 2022, un aumento interanual del 8,4 %, posicionándose la ASEAN como el mayor socio comercial de China, con la UE y Estados Unidos ocupando el segundo y tercer lugar.
Sumado a esto, a finales de 2021, la inversión bidireccional acumulada entre China y la ASEAN ascendía a unos US $300.000 millones, otro dato que refleja la robustez del vínculo. En este proceso se ha involucrado además la mencionada Iniciativa de la Franja y la Ruta, que impulsó la construcción de muchos proyectos que han mejorado la conectividad, el intercambio de productos, el tránsito de personas y la logística relacionada al comercio y el trading, especialmente desde la consolidación en el poder de Xi Jinping.
Asimismo, en 2021 el valor total de las exportaciones de China a la región de la ASEAN ascendió a US $388.440 millones. Esta cifra representa un aumento considerable respecto a 2012, cuando el valor total de las exportaciones de China a la región de la ASEAN fue solo de US $176.850 millones.
Según se describe en el informe ASEAN Investment Report 2020-2021, en la última década el Sudeste Asiático ha sido testigo de una fuerte inversión procedente de China, tanto en forma de capital como de otras modalidades, como los contratos en el sector Infraestructura. Tan grande ha sido su presencia como socio comercial e inversor, que en algunos Estados miembros (por ejemplo, Camboya y la República Democrática Popular Lao), la IED procedente de China ha constituido la mayor fuente de inversión durante años consecutivos.

Observando toda la ASEAN, la IED procedente de China aumentó un 65% en la última década, pasando de una media anual de 6.900 millones de dólares en 2011-2015 a una media anual de 11.500 millones de dólares en 2016-2020, lo que elevó la participación del país en la IED total en la ASEAN del 6,2% al 7,9%.
Así, la ASEAN representó el 5,0% del stock mundial de salidas de IED de China en 2019, frente al 4,5% en 2010.
Sobre IED y generación de puestos de trabajo
Cómo explica Hinrich Foundation, los proyectos de IED Greenfield en ASEAN generan una media de tres puestos de trabajo directos por cada millón de dólares invertidos (similar a la media mundial), pero la intensidad de la creación de empleo varía sustancialmente entre países según su nivel de desarrollo y estructura económica.
Por ejemplo, la alta intensidad de capital de la IED manufacturera en Indonesia está impulsada por las industrias metalúrgica y química, mientras que la alta intensidad de mano de obra de la IED en Filipinas está impulsada principalmente por los servicios de apoyo a las empresas.

Los países de renta más baja, como Myanmar y la República Democrática Popular de Laos, así como los países con abundantes recursos de combustibles fósiles, como Brunei Darussalam, tienden a atraer una IED considerable en la extracción de recursos naturales y la generación de energía, lo que crea relativamente pocos empleos directos.
Las economías emergentes con capacidades industriales sólidas y diversificadas, como Vietnam y Tailandia, son las que crean más puestos de trabajo por dólar invertido. Los países con mano de obra altamente cualificada, industrias avanzadas y sectores financieros relativamente mayores, como Malasia y Singapur, atraen IED en productos de alta tecnología y servicios intensivos en conocimiento, que requieren menos trabajadores.
Los casos de Singapur e Indonesia
Durante los primeros seis meses de 2022, Singapur atrajo más IED que cualquier otro país de la 'ASEAN más tres', que incluye el bloque comercial del Sudeste Asiático junto con China, Japón y Corea del Sur. En ese período, los inversores extranjeros en Singapur anunciaron 142 proyectos por valor de US $8.200 millones en el primer semestre.
La consultora FDI Intelligence subraya que el gasto de capital estimado en la ciudad estado fue el doble que el de Malasia, el siguiente país de ASEAN con mejor desempeño, y que contrastó con el de China, donde la IED cayó a un mínimo histórico el año pasado.
Por su parte, China es el segundo inversionista extranjero más grande de Indonesia después de Singapur. El gigante asiático, como socio comercial, depende en gran medida de las importaciones de Indonesia, un reconocido proveedor de carbón, aceite de palma, níquel y otras materias primas, para mantener su producción manufacturera, incluida la fabricación de acero, que tuvo un valor de US $4,87 billones de dólares en 2021.
Además, la llegada de IED a Indonesia aumentó un 44% en 2022, totalizando US $45,6 mil millones, lideradas por las entradas en los sectores de metales básicos (US $11 mil millones) y minería (US $ 5,1 mil millones). Las mayores fuentes de fondos fueron Singapur, China y Hong Kong.

Teniendo en cuenta el último trimestre de 2022, la IED que se inyectó en Singapur aumentó un 43,3 % interanual para alcanzar un récord de US $12.200 millones, sin contar la inversión en la banca y los sectores del petróleo y el gas.
En este recuento de datos que estamos haciendo vale comentar que el año pasado Joko Widodo, presidente de Indonesia, hizo una visita a Xi Jinping en Beijing, en un momento donde la pandemia comenzaba a desequilibrar internamente a China, por lo que su presencia en la capital china fue vista como una muestra de generosidad, compromiso y amistad binacional.
En la reunión mantenida el 26 de julio pasado, Xi remarcó que la confianza mutua estratégica se ha consolidado aún más, y la cooperación de cuatro pilares, a saber, la cooperación política, económica, entre pueblos y marítima, se ha seguido profundizando.
"Los hechos han demostrado que una relación sólida entre China e Indonesia no solo sirve a los intereses compartidos a largo plazo de los dos países, sino que también tiene impactos positivos y de gran alcance a nivel regional y mundial", expresó el líder chino.
Xi Jinping recibió al presidente de Indonesia, Joko Widodo, para evaluar la relación bilateral
Debido a que la relación entre ambos países es muy cercana, China podría tener la oportunidad de participar en importantes proyectos de infraestructura, ya que Indonesia está considerando trasladar su capital a una nueva región y busca construir el Parque Industrial de Kalimantan del Norte, que tiene potencial para convertirse en un cluster industrial de nivel global. Esos fueron algunos de los temas que ambos mandatarios trataron.
Asimismo, Xi aclaró que China, como su segundo socio comercial, continuará apoyando plenamente a Indonesia en la construcción de un centro regional de producción de vacunas con tecnología china e intensificará la cooperación en salud pública con Indonesia.
El primer mandatario chino llamó también a las dos partes a completar dentro del cronograma previsto el ferrocarril de alta velocidad Yakarta-Bandung, que actualmente se encuentra en un período de pruebas, pero que una vez operativo, recorrerá 142 kilómetros conectando la capital de Indonesia con la cuarta ciudad del país, Bandung, en Java occidental, en tan solo 40 minutos.
Ensamblaje económico China-ASEAN
Para muchos analistas, el mercado de ASEAN es hoy una ampliación del mercado chino, ya que constituye parte de su funcionamiento, tanto externo como interno. Por esto, se considera que ASEAN es la zona del mundo donde China tiene mayor influencia, y donde por ejemplo, más sentido tiene hablar de la Iniciativa One Belt One Road, ya que la cercanía geográfica y cultural resulta una ventaja comparativa respecto a otras áreas más alejadas, y será testigo de la concreción de muchos proyectos con el país que preside Xi Jinping.
Asimismo, en términos de ensamblaje económico, puede decirse que China, como socio comercial, tiene cada vez más interrelación con la ASEAN, y viceversa. Hay planes gubernamentales específicos que enmarcan esta construcción. Uno de ellos es el New International Land-Sea Trade Corridor (ILSTC, por sus siglas en inglés).
Se trata de una ruta de comercio y logística con su centro operativo ubicado en la ciudad de Chongqing, que se ubica en el centro del país. Es uno de los muchos corredores que se han abierto bajo la Iniciativa One Belt One Road, en este caso, reuniendo a las provincias del oeste de China (Chongqing, Guangxi, Guizhou, Gansu, Qinghai, Xinjiang, Yunnan y Ningxia) con Singapur, construido en por ambos gobiernos siguiendo la "Iniciativa de Demostración China-Singapur (Chongqing) sobre Conectividad Estratégica."

En este corredor, el actor central del proyecto es el ferrocarril que corre desde Chongqing hasta los puertos del golfo de Beibu y hasta el puerto de Qinzhou, en Guangxi. Además, líneas ferroviarias y de camiones también conectan Chongqing con otros corredores de la iniciativa One Belt One Road en el Sudeste Asiático, como el corredor económico China-Myanmar, el corredor económico Laos-China y Two Corridors, One Belt, con Vietnam.
En el marco del ILSTC, Chongqing ha estado cooperando como socio comercial con la ASEAN en agricultura, con resultados positivos involucrando ventas de limón, cítricos, té, pomelo, maquinaria agrícola, además de la economía digital, además de otras colaboraciones generadas en comercio electrónico y el desarrollo verde.
En estos últimos años se han firmado numerosos acuerdos de agribusiness entre entidades chinas y de la ASEAN para concretar negocios a largo plazo, en un contexto en el que la ASEAN está buscando reducir sus importaciones de alimentos y aumentar la cantidad de tierras cultivables, lo cual tiene un impacto directo en el sector maquinaria agrícola y biotecnología.
Pero antes de seguir con el estudio de la relación China-ASEAN, detengámonos un momento en la actividad del puerto de Qinzhou, una de las puertas de entrada y salida de China, que une 12 regiones provinciales en el oeste chino y los principales puertos de la ASEAN con trenes de carga y 40 rutas de envío de contenedores.
Dicho puerto operó US $14.420 millones de bienes importados y exportados a través del ILSTC en los 11 meses de 2022, lo que representa un aumento del 98,9% interanual. Los productos básicos importados fueron principalmente petróleo crudo, soja, mineral de manganeso, carbón y pulpa. Los productos básicos exportados incluyeron gasolina, combustible de aviación, ácido fosfórico de calidad alimentaria y cartón blanco.
Acuerdos internacionales de inversión
Es importante destacar, además, que la ASEAN tiene uno de los mayores números de Acuerdos Internacionales de Inversión (AII).
Los datos publicados indican que para abril de 2021, los Estados miembros de la ASEAN habían firmado 221 tratados con disposiciones sobre inversión (TIP) en el marco de tratados de libre comercio (TLC) y 287 tratados bilaterales de inversión (TBI) con Estados no miembros de la ASEAN. Esta actividad diplomática e institucional que se ha llevado a cabo con decisión, subraya el compromiso de la ASEAN por posicionarse como un socio comercial internacional, atrayendo IED y fortaleciendo las relaciones de inversión con múltiples economías.

Debe considerarse, igualmente, que entre 2011 y abril de 2021 el número de TIP firmados por los Estados miembros de la ASEAN aumentó en un 36% y los TBI con países no pertenecientes a la ASEAN en un un 10%. Solo en el período 2018-2020 los Estados miembros de la ASEAN celebraron 10 TIP bilaterales.
El acuerdo ACFTA
En 2002, China y los países de la ASEAN firmaron el Acuerdo Marco de Cooperación Económica Integral, que constituyó la base legal para la creación del Área de Libre Comercio ASEAN-China (ACFTA).
El acuerdo previó la reducción y eliminación de aranceles para líneas arancelarias categorizadas como 'vía normal' o 'vía sensible'. Asimismo, tuvo como objetivo liberalizar y eliminar sustancialmente las medidas discriminatorias con respecto al comercio de servicios entre las partes en varios sectores de servicios. Y busca promover y facilitar los flujos de inversión dentro de China y la región, proporcionando elementos que garantizarían un trato como socio comercial justo y equitativo, un trato no discriminatorio en caso de nacionalización o expropiación y compensación por pérdidas.
El RCEP
La Asociación Económica Integral Regional (RCEP) es un acuerdo de libre comercio entre las naciones de Asia-Pacífico de Australia, Brunei, Camboya, China, Indonesia, Japón, Corea del Sur, Laos, Malasia, Myanmar, Nueva Zelanda, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam. El acuerdo, que entró en vigor el 1 de febrero de 2022, conforma el 30% del PBI mundial, un 28% del comercio global y un tercio de la población mundial y busca incrementar en US$ 42.000 millones en el intercambio comercial entre sus miembros.
El mismo elimina los aranceles en el 91% de los bienes e introducirá reglas sobre inversión y propiedad intelectual para promover el libre comercio. Su negociación llevó más de una década.
Los nuevos dividendos que resultan de la RCEP están impulsando aún más las relaciones económicas y comerciales entre China y la ASEAN. Los datos aduaneros mostraron que en el primer trimestre de 2022, las importaciones y exportaciones de China con la ASEAN representaron el 47,2 %del comercio exterior del país con todos los socios comerciales de RCEP.

De enero a marzo, las importaciones y exportaciones de China con los países miembros de la RCEP alcanzaron los 2,86 billones de yuanes, un aumento del 6.9 %, lo que representa el 30.4 % del total de las exportaciones de China.
Los datos mostraron que en los primeros tres meses, los trenes de carga del corredor han entregado 170.000 unidades equivalentes a veinte pies (TEU), un aumento del 56.5% en comparación con el mismo período del año pasado.
En el primer trimestre del año pasado, la importación y exportación por transporte ferroviario entre China y la ASEAN aumentó significativamente 3.5 veces, evidenciando el rápido engrosamiento del comercio exterior entre las dos partes debido a la recuperación estable de la cadena industrial regional. Según S&P global, el Índice de Gerentes de Compras de Manufactura de los miembros de la ASEAN fue de 51.7% en marzo, manteniendo la tendencia de expansión, lo que impulsó el crecimiento del comercio de productos intermedios de China con la ASEAN.
En el mismo período la importación y exportación de China de productos intermedios, aquellos que serán reprocesados o transferidos, con la ASEAN totalizaron 838.400 millones de yuanes, lo que representa el 62% del volumen del comercio total del país con la ASEAN.
Como su principal socio comercial, China ha ampliado activamente las importaciones de productos agrícolas desde la ASEAN. De enero a marzo, las importaciones de productos agrícolas de China originados en el Sudeste Asiático se situaron en 46.020 millones de yuanes, un aumento interanual del 14.1%, lo que representa el 13.7% del valor total de las importaciones de productos agrícolas del país. Entre ellos, las importaciones de productos acuáticos y frutas y nueces de la ASEAN aumentaron un 26.2% y un 17.3%, respectivamente.
China: un socio comercial simbiótico
Se estima que hay más de 40 millones de chinos de ultramar, la mayoría residentes en el Sudeste Asiático, donde constituyen la mayoría de la población de Singapur e importantes minorías en Indonesia, Malasia, Tailandia, Filipinas y Vietnam, donde conforman comunidades pujantes y económicamente muy influyentes.
Para ser más precisos, en ASEAN Tailandia es el hogar de la mayor población de chinos fuera de China continental y Taiwán, con más de 9 millones de individuos con ascendencia china. Además es la comunidad china en el extranjero más antigua y más prominentemente integrada, con una historia que se remonta al siglo XII.
Un poco más de la mitad de la población de etnia china en Tailandia tiene ascendencia en Chaoshan, Guangdong. En segundo lugar se encuentra Malasia, donde hay más de 6 millones de ciudadanos de ascendencia china, quienes comprenden el 23% de su población y representan el segundo grupo étnico más grande del país después de la mayoría malaya.
Asimismo, en términos de ensamblaje económico, puede decirse que la economía China tiene cada vez más interrelación con la ASEAN, y viceversa
Sobre los “chinos de ultramar” se ha apoyado la expansión de China en esa región, como sucede en la mayoría de los países del resto del mundo, ya que conocen la cultura local y comprenden la idiosincrasia que acompaña los negocios que impulsa Beijing. Tal es la importancia de este grupo que se calcula que el peso económico de las empresas controladas por chinos en Taiwán, Hong Kong y el Sudeste Asiático ocuparía el tercer o cuarto lugar en el mundo como comunidad empresarial, después de Estados Unidos, Japón y Alemania.
Otro dato que explica la huella de la cultura china en la ASEAN es la expansión del idioma chino en esa zona. Por ejemplo, en Malasia existe un sistema educativo integral en idioma chino desde el kindergarten hasta la universidad. Asimismo, Tailandia e Indonesia también han pasado de prohibir la educación en chino a implementar una estrategia abierta, ante la demanda por aprender el idioma y la cultura del gigante asiático, ante el crecimiento que viene experimentando en el escenario mundial.
Al respecto, Tan Chee Hiong, presidente de la Asociación de Comunicación y Cultura del Mandarín de Malasia, dijo en 2019 que el chino ha sido durante mucho tiempo un idioma importante para la comunicación en el Sudeste Asiático. Y explicó que la popularidad de la educación en idioma mandarín ya no se limita a los chinos en el extranjero, con una demanda creciente entre personas de diferentes orígenes. En Malasia, por ejemplo, ya hay más de 1.200 escuelas primarias chinas.
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La llegada de los chinos al Sudeste Asiático
La historia cuenta que los primeros chinos en ingresar al Sudeste Asiático fueron monjes budistas, comerciantes marítimos y representantes del gobierno imperial chino, quienes generaron un comercio fluido desde el siglo XIII.
Tradicionalmente fueron comunidades atraídas por las oportunidades comerciales en Malaca, Manila, Batavia (Yakarta). De allí que algunas de las descripciones más detalladas de Angkor Wat y otras civilizaciones antiguas del Sudeste Asiático provienen de viajeros y monjes chinos.
El explorador eunuco chino Zheng He (1371-1433) ayudó a establecer comunidades chinas en partes de Java y la Península Malaya en parte, según creen muchos historiadores, para imponer el control imperial chino en esa zona, que constituyó la primera Ruta de la Seda Marítima, con mucha influencia en el Sudeste Asiático de aquellos años.
La fuerza del banco fundado por los chinos de la diáspora
Una muestra de la fuerza que han mostrado las comunidades chinas en el Sudeste Asiático es el OCBC Bank (Overseas-Chinese Banking Corporation), el banco de Singapur más antiguo, formado en 1932 a partir de la fusión de tres bancos locales.
Ahora es el segundo grupo de servicios financieros más grande del sudeste asiático por activos y uno de los más importantes del mundo. -bancos calificados, con Aa1 por Moody's y AA- tanto por Fitch como por S&P. Está constantemente clasificado entre los 50 bancos más seguros del mundo por Global Finance y ha sido nombrado el banco mejor administrado en Singapur por The Asian Banker.
Los mercados clave de OCBC Bank son Singapur, Malasia, Indonesia y la Gran China. Tiene más de 470 sucursales y oficinas de representación en 19 países y regiones.
Las empresas chinas en ASEAN: un socio comercial conocido
Entre 2005 y 2019, Indonesia, Malasia y Singapur fueron los tres principales destinos de las inversiones chinas en la ASEAN, y en conjunto representaron alrededor del 57 % del total de las IED chinas en el área. La mayor parte de tales inversiones dirigidas por el Estado se concentró en el sector financiero, energético y de infraestructura. Y aunque en principio en la región, hacia 2006, las empresas de propiedad estatal chinas (SOEs) representaron el 81% de las empresas chinas en la ASEAN, en 2019,el número de empresas privadas/mixtas que invirtieron en el área casi igualó al de las SOEs. A esto debe sumarse que cada vez más empresas privadas chinas se están mudando a la ASEAN por razones tanto políticas como económicas, incluyendo a las compañías de comercio electrónico, fenómeno al que nos dedicamos en un artículo publicado hace unas semanas.
Pero la presencia de empresas chinas en todo el mundo es un hecho ya innegable. Por eso, en 2020 China tuvo por primera vez la mayor cantidad de empresas representadas en Fortune Global 500, más que cualquier país. Y desde entonces, las empresas chinas han seguido superando en número a las de otros países: el porcentaje de empresas chinas en la lista Global 500 ha aumentado del 2% al 27%, mientras que el porcentaje de empresas estadounidenses ha disminuido del 36% al 25%. China ahora tiene más empresas en la lista que Japón, Alemania, Francia y el Reino Unido juntos.
Por eso, no es de extrañar que muchas empresas chinas tengan sedes, subsidiarias, o un socio comercial local en el sudeste asiático, siendo una zona que históricamente se ha complementado muy bien con el Sur de China. Esto, además, debe ser entendido en el contexto en el cual China está acelerando el ritmo de reubicación de algunas industrias en el Sudeste Asiático por razones estratégicas.
Para las empresas chinas, las inversiones en ASEAN son principalmente una forma de ingresar a nuevos mercados y huir de la feroz competencia en los sectores maduros de su propio país.
En este marco, a finales de julio de 2021, las empresas chinas habían llevado a cabo proyectos en las economías de la ASEAN con una facturación acumulada de más de US $380.000 millones, según datos del MOFCOM.
La historia cuenta que los primeros chinos en ingresar al Sudeste Asiático fueron monjes budistas, comerciantes marítimos y representantes del gobierno imperial chino
Además, las empresas chinas en la ASEAN pueden disfrutar de privilegios fiscales como empresas de propiedad extranjera y beneficiarse de la amplia red de Tratados de Libre Comercio (TLC) que involucran a los miembros de la ASEAN.
Por último, la subcontratación de la producción a la ASEAN es una forma efectiva para que las empresas chinas eludan las sanciones y los aranceles de EE. UU., protegiéndose así de las consecuencias de la actual guerra comercial.
Respecto a la industria automotriz, una de los que más peso tiene dentro del complejo industrial asiático, Geely, Wuling, Chery y Great Wall Motor son solo algunas de las empresas chinas en la ASEAN que están decididas a conquistar su mercado automotriz.
Así, a principios de 2021, el fabricante de automóviles chino Great Wall Motor ha hecho su entrada oficial en Tailandia, el mercado de automóviles más grande de la región, diferenciándose de sus competidores al centrarse en los vehículos eléctricos (EV). Este movimiento está en línea con el plan del gobierno tailandés para convertir a Tailandia en el centro EV de ASEAN para 2030.
en ASEAN Tailandia es el hogar de la mayor población de chinos fuera de China continental y Taiwán
Mientras tanto, Wuling, Chery Automobile y Dongfeng Sokon están incursionando en la industria automotriz de Indonesia, y las ventas de Wuling ya han superado las de marcas japonesas como Mazda y Nissan en ese país.
En cambio, el fabricante de automóviles de Hangzhou, Geely, adquirió el 49.9% de la marca malaya Proton, que registraba pérdidas, y la devolvió gradualmente a su antigua gloria. Ahora, el fabricante de automóviles chino y su socio comercial local tienen como objetivo expandir el negocio de Proton en el Sudeste Asiático y más allá.
En otros sectores, en 2022 la empresa china de bio-fabricación Wuxi Biologics informó que invertiría US $1.400 millones para abrir un centro de investigación, desarrollo y fabricación por contrato en Singapur, ciudad estado donde también anunció inversiones el fabricante de chips taiwanés United Microelectronics Corporation por US $5.000 millones.
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“ASEAN-plus-one” y "China + uno"
Existen muchas virtudes en la relación China-ASEAN. Más allá de la comercial, cabe destacar que pese a las continuas disputas territoriales en el mar de la China Meridional, estos dos jugadores siguen profundizando su interacción, lo cual es una señal muy positiva.
La cooperación puede reforzarse aún más creando cadenas de suministro más resistentes y una infraestructura logística más eficiente, y facilitando la IED en actividades que incluyen cadenas de valor mundiales (CVM) sobre la base de los beneficios de la división regional del trabajo que proponen los diferentes Estados miembros de la ASEAN, que deben evitar competir en incentivos entre ellos.
En este contexto, tienen importancia central los acuerdos “ASEAN-plus-one” y el Acuerdo RCEP, lo mismo que la estrategia “China + 1”, la práctica comercial internacional cada vez más popular de acompañar las IED en China con inversiones en otros países asiáticos, generalmente en uno de los miembros de la ASEAN. Tal tendencia tiene el propósito de reducir la dependencia excesiva de China y mitigar el riesgo, tal como sucedió con el advenimiento del Covid-19, que dejó expuestos los peligros de depender de la producción de un solo país ante la aparición de fenómenos inesperados, como puede ser una pandemia lo mismo que fenómenos climáticos extremos, etc;
La propia China está diversificando su industria, reubicando parte de ella en la ASEAN. Y América Latina puede aprovechar también la RCEP desde su posición geográfica, con la oportunidad de acceder al bloque económico más grande del mundo, que conforma el 30% del PIB mundial, ofreciendo materias primas como petróleo, acero, cobre, soja, entre otros productos agropecuarios y pesqueros, además de intervenir en proyectos que involucren a China a través de la ASEAN como joint ventures, asociaciones, transferencias tecnológicas, capacitación, IT, fintech, e-commerce y todas las facetas de la Industria 4.0.
Resulta indiscutible que China seguirá estando presente en el camino de los países de la ASEAN como su principal socio comercial, que identifican a China desde el ángulo objetivo de las oportunidades que para ellos implica desempeñar un papel cada vez mayor en el consumo masivo y en las finanzas del gigante asiático. Tanto China como ASEAN pueden beneficiarse económicamente en forma recíproca, sin los miedos que existían en otras épocas, cuando la llegada de China era todavía incipiente y sus intenciones eran desconocidas.

Si China apuesta por la estabilidad internacional para poder continuar con su desarrollo económico, es evidente que la tarea principal para su diplomacia en este nuevo siglo será garantizar las condiciones de paz y seguridad en la región, lo cual resulta de vital importancia para China ante la presencia de otros actores de peso como Estados Unidos, Japón o Corea del Sur, que plantean una política de “Indo-Pacífico Libre y Abierto”, con la que buscan ponerle un freno al crecimiento chino en esa zona.
A esto debe sumarse la creciente atención que China ha mostrado tras el anuncio en septiembre de 2021 del pacto de defensa AUKUS entre Washington, Canberra y Londres, para delimitar el dominio del gigante asiático en la región del Indopacífico.
El acercamiento de América Latina, o del Mercosur, a una alianza del tipo “ASEAN + China” resulta especialmente atractivo, porque es necesario abrir más rutas comerciales, y porque ASEAN es una región dependiente del comercio y de las importaciones de alimentos, materias primas, energía, productos terminados y semiprocesados, lo mismo que China.
En este marco, hay mucho espacio para involucrar iniciativas latinoamericanas como Zicosur o Atacalar, que buscan propulsar las exportaciones hacia Asia -y las importaciones desde Asia- por el Pacífico.
También “ASEAN + China” representa para los miembros del Mercosur contar con nuevas fuentes de crecimiento económico. Todo indica que la economía global va a tener una recuperación desigual a partir del COVID-19, por lo que se deben aprovechar diferentes motores posibles para impulsar el crecimiento latinoamericano. En este contexto, tener un acuerdo como Mercosur con las principales economías asiáticas sería realmente valioso.
Este tipo de acercamiento decidido será ventajoso no solo para nuestras economías, y no solo para las grandes multinacionales, sino que también será muy útil para las empresas más pequeñas que encontrarán su propio espacio para involucrarse. Porque, de alguna manera, es necesario iniciar el proceso de ensamblaje entre nuestras economías con Asia desde las PyMES hasta las firmas más importantes.
El titular del Grupo Caputo es uno de los empresarios más influyentes de Argentina, con experiencia en múltiples sectores como construcción, producción de equipos de aire acondicionado, tecnología y energía.
Ocupó la función de cónsul de Singapur en Argentina, designado por el Ministerio de Relaciones Exteriores del país asiático y fue cónsul argentino ante Singapur.