Las autoridades sanitarias de China informaron de casi 60.000 muertes relacionadas con el COVID-19 en poco más de un mes, en medio de crecientes críticas internacionales por considerar que los datos oficiales de Pekín no reflejan la realidad sobre el terreno, según informó Kyodo News.
Entre el 8 de diciembre del año pasado y el pasado jueves, el número de muertes relacionadas con el COVID ascendió a 59.938, según la Comisión Nacional de Salud de China.
Pekín relajó significativamente sus medidas antivirus el 7 de diciembre, en un abrupto cambio de su política de “cero COVID” que implicaba encierros y medidas de aislamiento.
La nueva cifra de fallecidos no incluye a los que murieron en casa. De media, el recuento diario superó los 1.600, pero fue muy inferior a los 21.300 estimados por la empresa británica de investigación médica Airfinity Ltd.
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El gobierno chino solo había informado de varias muertes diarias por COVID-19 basándose en su política de excluir del recuento oficial de defunciones del país a las personas con enfermedades crónicas que fallecen por el deterioro de su salud tras una infección por coronavirus.
De las 59.938 muertes, 5.503 fueron causadas por insuficiencia respiratoria debida a la infección por el virus, mientras que 54.435 resultaron de problemas subyacentes complicados por la contracción del COVID-19, dijeron las autoridades sanitarias.
La edad media en el momento de la muerte era de 80,3 años, con cerca del 90,1% de 65 años o más y cerca del 56,5% de 80 años o más, según los medios de comunicación estatales.
El número de personas que solicitaron tratamiento en clínicas de fiebre en China alcanzó su máximo el 23 de diciembre, con unos 2,87 millones, y desde entonces la cifra no ha dejado de descender, según la agencia oficial de noticias Xinhua.
El Centro de Control y Prevención de Enfermedades chino ha dejado de publicar el número diario de nuevos contagios y muertes por COVID-19, y las últimas cifras publicadas en su sitio web se refieren a datos del domingo pasado.
La Organización Mundial de la Salud ha expresado en repetidas ocasiones su preocupación por la infranotificación del recuento de muertes por COVID-19 en China. Varios países han reforzado sus controles fronterizos dirigidos a quienes viajan desde China ante la falta de datos creíbles y el temor de que pueda surgir una nueva variante del virus en el país asiático.
