
Uruguay es la economía del Mercosur que mayor dinamismo y apertura de mercado busca imprimir a sus relaciones exteriores, esto se refleja en la opción, que ahora parece concreta, de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China.
Esto ha abierto tensiones hacia adentro del Mercosur, que debiera entrar en un período de fuertes decisiones políticas y comerciales, pero a la vez tiene algunas (pocas) negociaciones en marcha.
Ignacio Bartesaghi es Doctor en Relaciones Internacionales y Director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay. Voz autorizada respecto de la posición de Uruguay en el Mercosur y de las conexiones comerciales con Asia, atendió a ReporteAsia para desarrollar sus pensamientos e ideas respecto del potencial TLC entre Uruguay y China, las implicancias internas en el Mercosur y el reciente acuerdo del bloque sudamericano con Singapur.
¿Qué expectativas genera el TLC firmado por el Mercosur con Singapur y cómo crees que puede operar en función de la relación con la ASEAN?
Hay dos terrenos. Singapur es una gran ciudad puerto. Desde el punto de vista arancelario no había una barrera muy grande para entrar a Singapur. Más allá de lo que se avanzó en servicios, aún no conocemos el acuerdo. Un análisis es el impacto real que puede tener el acuerdo y otro es el impacto simbólico que tiene para abrir la puerta al Sudeste Asiático, yo diría que lo más relevante es esto último.
Estás entrando por Singapur al ASEAN, que es un mercado super atractivo con más de 640 millones de habitantes, crecía antes de la pandemia al 5% anual, con potencias como Indonesia, Filipinas, Vietnam, etc. Siempre digo un dato que no es muy conocido, Myanmar tiene la población de Argentina. Uno cree que son mercados no tan centrales pero tienen una potencialidad enorme.
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Las corrientes comerciales que puedan aumentar diría que estarán más en servicios que en bienes, porque ya los aranceles de Singapur son casi inexistentes. Es una ciudad-puerto que se encarga de la logística y el agregado de valor de algunos productos allí.
¿Qué impacto puede tener dentro de la relaciones exteriores del bloque?
Para el Mercosur es un respiro porque de las negociaciones que tenía en curso (Canadá, Corea del Sur, Líbano y Singapur) cierra una, es un éxito de política exterior del Mercosur. Hace años que el Mercosur no conseguía algo similar, se había logrado cerrar con el EFTA y la Unión Europea en 2019 pero forzadamente y los procesos de ratificación nunca llegaron a iniciar por los asuntos medioambientales.
El hecho de que se cierre el acuerdo con Singapur, que tiene la particularidad de que va a entrar rápidamente en rigor del lado de ellos, porque no es complejo el tema parlamentario. Hay que ver que pasa de este lado.
Es una señal positiva para finalmente tener una agenda con Asia-Pacífico. No podés decir que tenés una agenda con Asia-Pacífico con el acuerdo de India tan limitado que tiene el Mercosur, que es prácticamente insignificante. No tenés agenda con Corea del Sur, el acuerdo está paralizado no hay señales de que vaya a cambiar. No tenés agenda con Japón y con China menos. Con China solamente está la agenda que tiene Uruguay, pero el Mercosur no tiene agenda con China directamente.
En cuanto a Singapur como centro financiero internacional, ¿crees que este acuerdo puede mejorar la posición del Mercosur?
Indirectamente lo que ocurre es que cuando hablás de Singapur, hablás de China también. Gran parte de los negocios de Singapur son chinos. Hay una lógica y una forma de hacer negocios ligada a los chinos. El hecho de que tengas un TLC con Singapur puede eventualmente generar algún incentivo de que algunos empresarios chinos o de nueva generación de Singapur quieran invertir en la región. Es posible siempre con la lógica de Singapur como puerta de entrada a la ASEAN, Singapur es eso.
“Estás entrando por Singapur al ASEAN, que es un mercado super atractivo con más de 640 millones de habitantes”
Incluso los números del comercio exterior de Singapur están magnificados porque gran parte entra para el resto de los países de la ASEAN a través de Singapur y muchas veces quedan catalogados como importaciones o exportaciones de Singapur, cuando realmente no lo son.
Esto no quiere decir que Singapur no tenga industria, fundamentalmente de armado y tecnología, pero tiene negocios que tienen que ver más con la región. Es un polo logístico de alto valor agregado que desde el punto de vista del impacto para el Mercosur en el comercio de bienes no lo veo tan significativo, pero sí el hecho simbólico de haber cerrado con una economía tan abierta al mundo, con tantos acuerdos de primera generación cerrados.
Singapur siempre estuvo liderando estos procesos de acuerdos de primera generación con el P4 (Chile, Singapur, Nueva Zelanda y Brunei) que después terminó en el TPP (P4 + Australia, Canadá, Japón, Malasia, México, Perú, Vietnam y Estados Unidos) y hoy en el CPTPP, y todo ese tipo de acuerdos.
Creo que es una buena noticia para el Mercosur desde todo punto de vista.
Hay algunos ejemplos como el de Shopee, que ya tiene presencia en la zona Mercosur, ¿se podrá ampliar a nuevos jugadores?
No me cabe la menor duda. Estos tratados generan eso, a pesar de que es un tema poco estudiado. Estamos siempre pensando en cuánto aumenta la corriente de una exportación o importación, pero perdemos de vista que los tratados son instrumentos que generan un conocimiento sobre un país o una región que antes no existía. Es sentirse más seguro a partir de ese instrumento y considerar invertir cuando antes no lo estabas pensando.
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Eso no tiene nada que ver con bajar un arancel, sino con un nuevo vínculo que se genera que tiene impacto en la imagen de tu región y país que hace que puedan existir nuevas oportunidades. El entorno de negocios de Singapur para eso es muy interesante, son muy agresivos. Constantemente están buscando negocios.
Teniendo en cuenta que Paraguay no tiene relaciones diplomáticas con China, ¿puede ser Singapur una puerta de acceso a capital chino?
No te voy a decir que fue la razón por la cual se cerró el acuerdo, pero Paraguay lo impulsó muchísimo en su presidencia pro tempore y eso tiene que ver con que es una forma de acercarse a los negocios chinos sin cambiar de signo. Algunas conversaciones que he tenido con personas de Paraguay que están asesorando a los que pueden tener posibilidades de ganar la presidencia en las próximas elecciones, marcan que ninguno está pensando en cambiar de signo. Es una discusión que no están dando, no están imaginando que vayan a tener relaciones con China. Entonces es un camino indirecto de poder captar inversión china a través de Singapur.
Paraguay puede hacer negocios logísticamente a través de Uruguay o de Argentina. En eso los chinos están muy pragmáticos. Paraguay no tiene problema con eso, China no tiene problema con eso. La Convención de Viena sobre el derecho de los tratados también lo permite, por cierto.
El propio Paraguay se da cuenta que no pueden ir en contra de la realidad, entonces lo asumen.
Nombraste los acuerdos del Mercosur con India y Corea del Sur, ¿avizorás algún avance en la relación con esos países?
No veo con India avances. El acuerdo firmado es ridículo, son 300 productos por parte liberalizados que ya una parte estaba liberalizado previamente. No hay ni siquiera un cronograma de liberación comercial, son preferencias fijas. El acuerdo es malo.
Los esfuerzos por profundizar los acuerdos con India han sido malos en la región también, porque a Chile le fue mal. Chile expandió un poco su acuerdo por unos dos mil productos por parte, pero tampoco lograron ni siquiera poner el vino.
En realidad, había alguna idea de India con Perú. Lo que hay que esperar es que India se abra, la apuesta está en que India se abra con alguien y luego empiece un proceso de apertura donde el Mercosur pueda aprovechar. Hay que mirar con mucha expectativa la negociación de India con Perú, que creo que se estancó, y ver qué pasa con la gran negociación con la Unión Europea, que ahora se está acelerando.
Te das cuenta el pragmatismo de las relaciones internacionales, en plena guerra en Ucrania, India no condenó a Rusia y sin embargo la Unión Europea ya terminó su primera ronda de negociaciones con India.
“el tlc con singapur es una buena noticia para el Mercosur desde todo punto de vista”
Puede ser que si se cierra el acuerdo entre la Unión Europea e India, esto dé una señal para que el Mercosur pueda profundizar el vínculo. No es fácil negociar con India, sigue siendo una economía muy cerrada y es muy complicado.
En cuanto a Corea del Sur, creo que sigue el veto argentino, pero también sigue el veto brasileño. No veo un interés de Canadá en reactivar las negociaciones y el Líbano es un acuerdo sin gran impacto económico. Por lo que entiendo, además, Argentina pidió patear para el año que viene las negociaciones con Indonesia y Vietnam. No sé qué pueda pasar en la presidencia pro tempore de Uruguay, pero en términos de relaciones externas diría que poco y nada.
¿Qué relevancia crees que puede tener el desarrollo de productos con rito halal para conectar con países como Malasia e Indonesia?
Es un camino que hay que transitar. Lo halal es relevante como lo fue y sigue siendo lo kosher. Se está avanzando a buen ritmo de forma nacional, no regional. Hay algunos esfuerzos que realizar, por ejemplo en Uruguay estamos complicados porque tenemos una certificación más cercana a Egipto y no la acepta Malasia, por ejemplo. Hay una competencia muy fuerte entre los que certifican.
Se están dando pasos. El Instituto Nacional de Carnes de Uruguay (INAC) está liderando este tema y lo va a sacar. No hay un misterio muy grande. Los frigoríficos que tienen más de una planta, pueden destinar una planta al halal y listo. Incluso están aceptando dividir las plantas en dos. Lo que hay que entender es el negocio, cuanto negocio hay y empezar a explorarlo. Hay oportunidades, no me cabe la menor duda. Todavía faltan algunos deberes de parte nuestra.
¿Qué beneficios puede tener Uruguay de un TLC con China por fuera del Mercosur?
Teniendo en cuenta las estructuras productivas que tienen China y Uruguay, se dan los mismos resultados de los modelos clásicos que indican que debe irte bien con Estados Unidos, debe irte bien con Europa, debe irte bien con China, con Corea y con Japón.
Los matices de cuanto te va bien aumentan dependiendo de cuanta industria tenés. En el caso de Brasil y en el caso de Argentina se ven más impactados que en el caso de Uruguay, que tiene menos industria y menos conexión interregional que Argentina con Brasil.
Creo que un TLC con Estados Unidos y con la Unión Europea golpearía a la industria argentina y brasileña. Un TLC con China aún más y con Corea y Japón también. Argentina y Brasil tienen eso que Uruguay no tiene, porque Uruguay vivió ese ajuste productivo e industrial con la apertura del Mercosur, o sea a la industria en Uruguay la mataron Argentina y Brasil hace unos cuantos años. Los que sobrevivieron a ese fenómeno ya no van a tener otro golpe de gracia.
Uruguay tiene un beneficio claro de comercio complementario, va a aumentar la exportación de agrobusiness y va a adquirir productos de industria media y liviana pero fundamentalmente de la industria tecnológica que no produce y que se la compra al resto del mundo, entonces diversifica.
Desde el punto de vista del comercio de bienes, hay una ganancia de comercio complementario, esto está claramente estudiado. Implica menos aranceles para exportar, equiparar las preferencias a las de los competidores como Australia, Nueva Zelanda, etc. y también bajar los aranceles para la importación. Uruguay paga muchísimos aranceles por importar productos de China, desde televisores, aires acondicionados, motos. Esto va a hacer que los productos vengan a Uruguay a un precio más bajo. Es un primer fenómeno positivo.
En cuanto a la reprimarización que implica el comercio con China para muchas economías, ¿puede ser un impacto negativo para Uruguay?
Yo no comparto y no veo donde está dicho que un TLC con China va a concentrar aún más sus exportaciones, otra discusión es si nos reprimarizamos o no nos reprimarizamos. Eso creo que no es un problema de China, es un problema de nuestras estructuras productivas. No podés echarle la culpa de algo a China que tú no hiciste en su momento.
Nosotros no vamos a producir computadoras ahora, sino alimentos procesados con servicios y vamos a producir servicios.
China también te compra lácteos y otras cosas. No solamente compra productos primarios. Si mirás la cantidad de partidas que exportaba Chile a China antes del TLC y después del TLC, la conclusión más clara es que más empresas exportan más bienes y servicios a China a partir del TLC. Hay más negocios, no menos. Hay más negocios porque te volvés más atractivo para captar inversiones tanto de nacionales como de extranjeros que quieren aprovechar ese beneficio.
“Uruguay tiene un beneficio claro de comercio complementario en un TLC con China”
El nivel arancelario que tienen los alimentos procesados en China es enorme, pero no sólo eso, por ejemplo los arándanos, la fruta, todo va escalando en aranceles que tocan el 25-30%, entonces si bajás eso generás incentivos para aumentar la capacidad instalada de exportación de alimentos o que un argentino que produce alimentos en Argentina se instale en Uruguay para producir una línea de productos con el fin de exportar. Ese tipo de fenómenos creo que derivan en más comercio y más diversificado.
¿Puede darse algo similar a los encadenamientos productivos con Chile que son tan nombrados pero poco desarrollados en Argentina?
Ahí puede haber temas culturales y lo que hay son temas logísticos. Es una frontera con mucho por hacer en inversión logística. Lo de Atacalar hay que discutirlo, es interesante. Los corredores bioceánicos hay que explorarlos y hay que invertir. Hay algo de costos de producción de Chile con Argentina que hay que estudiar. No es que sea automático ni mucho menos. Pero sin ir más lejos y sin esperar que vengan los argentinos o brasileños a instalarse a Uruguay para producir y exportar a China, si es que se firma el TLC directamente con Uruguay que todo indica que así sucederá, las corrientes de exportación en curso ya se van a beneficiar de bajar los aranceles de un lado y del otro
Además, le vas a agregar la posibilidad de regular los servicios y lo más importante es lo que podés generar en términos de inversiones y de cooperación. A su vez, no es menor el efecto que genera que Uruguay cierre un TLC con China como puerta de entrada a Asia- Pacífico. Ahí hay un tremendo potencial que es difícil de cuantificar, son efectos dinámicos del comercio internacional, no estáticos. No se puede a través de una metodología determinada calcular que va a pasar con eso, pero no tengo la menor duda que es muy relevante. China automáticamente va a aumentar de categoría a una asociación estratégica integral con Uruguay.
En ese marco, se direccionan algunos mandatos al Partido Comunista de China para invertir en un sector u otro. China lidera la producción de autos eléctricos a nivel mundial, el 80% de los paneles solares que compra Uruguay son chinos, Uruguay necesita plata para el hidrógeno verde también liderado por China, entonces es razonable pensar que en este nuevo mundo que se quiere atravesar, donde la energía renovable es algo relevante y quien lo lidera es China puedas tener inversiones que marquen la aguja. Obviamente que a Uruguay una inversión de 3 mil millones de dólares le marca la aguja, por su PBI.
Son muchos los beneficios para Uruguay de cerrar con China. Por supuesto que para China son más políticos, geopolíticos y geoestratégicos, pero para Uruguay hay concretamente en comercio, en servicios, en cooperación. China es un gran cooperante en América Latina, no seguimos esperando la cooperación europea o estadounidense. Tomamos la cooperación china, ahí hay mucha plata que hace la diferencia.
Creo que los beneficios son muy variados y no quiere decir que sean lo único que tenés que hacer. Siempre imaginé el paso de China para dar otros pasos, o para que ese paso de China genere algo en el Mercosur que haga que se den otros pasos.
¿Por qué crees que está posibilidad se da concretamente en este escenario global?
La China de Xi Jinping de hoy no es la de hace unos años, cuando Vázquez quiso avanzar en un acuerdo comercial. Xi Jinping, que no es ningún tonto, mira el mapa. En el mapa tiene un Estados Unidos cuyo único objetivo es aislar a China. La tensión geopolítica de Estados Unidos, que viene desde Obama en adelante, lo potenció Trump y Biden con su estilo particular lo está llevando al extremo.
Hay una guerra geopolítica entre China y Estados Unidos, entonces a China le viene muy bien irse con Uruguay en un TLC. Uruguay es el mejor alumno de la clase en este momento, es el país que tiene los mejores indicadores medioambientales, democráticos, institucionales, más estabilidad. Ese país le dice a China que quiere un TLC, es un gol en el ángulo para Estados Unidos y Europa.
¿Por qué Uruguay y no Argentina o Brasil o el Mercosur?
Es natural pensar que China se anime a dar ese paso por la presión que siente en este contexto internacional. Y si se anima a dar ese paso es porque ve a una Argentina perdida y a un Brasil que le ha dado señales ambiguas, lo cual es muy difícil explicárselo a los chinos. De Paraguay a China solo le interesa que cambie de signo. Ellos van entendiendo que el Mercosur es una cosa media rara.
Estoy convencido que el proteccionismo estructural argentino sigue vivo. La discusión por la apertura al mundo de Argentina no se está dando, como se tendría que dar.
“China es un gran cooperante en América Latina, no seguimos esperando la cooperación europea o estadounidense”
En Brasil sí se está dando una discusión más profunda en la que el empresario de San Pablo, de la FIESP y la CNI, se dio cuenta que le está dando la espalda al comercio internacional. Estos señores vieron que hay una película llamada cadenas globales de valor en las cuales ellos no son parte. Empezaron a hacer cálculos y notaron que su arancel es el doble que la media internacional y que en todos los indicadores están, junto con Argentina, entre las 20 economías más cerradas del mundo.
Llega un momento en el que Itamaraty, que era la reina del proteccionismo, empieza a perder fuerza, aparece Economía, el Ministerio de Agricultura, estos movimientos privados, que se reflejaron con un Paulo Guedes superliberal.
Bolsonaro tuvo una política internacional errática y poco clara pero Guedes empezó a tirar líneas. Me parece que eso es lo que observó China: Brasil no le está diciendo que no a lo que está haciendo Uruguay. Brasil te entrevera, pero no dijo que no y los chinos tienen muy claro que Brasil es importante.
¿Cómo se le explica a China estos inconvenientes hacia dentro del Mercosur?
Lo hablaba con un senador uruguayo muy dinámico en estos temas, y llegamos a la conclusión que hay que decirle a los chinos que no se preocupen por el Mercosur, que nosotros lidiamos con el Mercosur.
Pedirle a un chino que entienda Argentina, Brasil y Uruguay es imposible. Nunca nos van a entender. Entonces que ellos no se preocupen, que avancen con el TLC y Uruguay se encarga del Mercosur. Argentina y Brasil no se van a enojar con China, porque nadie puede enojarse con China.
En los últimos 10 años en la acumulación de inversiones de China en Brasil, aproximadamente es lo mismo que invirtió en todo África. Son inversiones muy potentes. En esa lógica están observando que el contexto es propicio. Les gustaría más claridad y que se formalice un acuerdo marco. Eso no va a estar, será algo tácito. No es algo jurídico, ni económico ni operativo, es claramente política.
Al final creo que el más chiquito de la clase se quiere ir con la primera o segunda economía a nivel mundial. Desde el punto de vista de la geopolítica de Brasil, no le sienta muy cómodo esto. Y desde el lado argentino, veo que no le interesa Uruguay, mira para adentro, no están mirando si Uruguay hace un TLC con China.
Argentina mira para adentro, su política interna, a veces le conviene ir en contra de Uruguay por política interna. Lo que le preocupa a Argentina respecto de China y el Mercosur, es el vínculo con Brasil. Es no dejar que suceda algo que marque un antecedente que luego permita que Brasil sea el que siga ese camino. Y ahí le hace un agujero enorme. Si Brasil hace un acuerdo que Argentina no hace, lo mata. No se beneficia de un nuevo acceso a mercado y pierde el mercado de Brasil.
Respecto de la estrategia de Uruguay, lo mejor sería otra cosa. Un waiver, algo jurídico como hizo la Comunidad Andina en su momento. Eso no se va a dar. Uruguay tiene que ir empujando las puertas que se van abriendo a medida que se vayan abriendo. China hoy está dispuesta a dar un paso que hace un tiempo no estaba dispuesta.