
China anunció nuevas sanciones contra Hsiao Bi-khim, embajadora de facto de Taiwán en Estados Unidos, y medidas punitivas contra dos institutos estadounidenses que acogieron a la líder de la isla, Tsai Ing-wen, durante sus escalas en Estados Unidos como parte de su gira por los países aliados de Centroamérica.
Según informó Kyodo News, las medidas se dieron a conocer después de que Tsai se reuniera en California con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, lo que enfureció a Pekín.
Un portavoz de la Oficina de Trabajo en Taiwán del gobernante Partido Comunista calificó a Hsiao de “separatista acérrima de la “independencia de Taiwán” y prohibió su entrada y la de sus familiares en China continental, Hong Kong y Macao.
Las medidas punitivas incluyen también la prohibición de que los patrocinadores financieros de Hsiao y empresas relacionadas cooperen con organizaciones y personas de China continental.
China había aplicado medidas sancionadoras similares, incluida la prohibición de entrada a Hsiao, el pasado agosto en respuesta a una visita a Taiwán de la predecesora de McCarthy, Nancy Pelosi.
Pekín también ha decidido tomar contramedidas contra el Instituto Hudson, un think tank estadounidense, y la Biblioteca Presidencial Ronald Reagan, sede de la reunión Tsai-McCarthy, restringiendo estrictamente el intercambio con ellos de personas y organizaciones de China.
El Instituto Hudson organizó un acto a puerta cerrada al que asistió Tsai en Nueva York la semana pasada. El Ministerio de Asuntos Exteriores chino también se centró en los altos cargos de las dos entidades, congelando sus propiedades en China, prohibiendo sus intercambios con organizaciones y particulares chinos, así como deteniendo la expedición de visados para ellos.
La Oficina de Asuntos de Taiwán del Consejo de Estado también anunció castigos a un grupo de reflexión taiwanés y a una organización regional por defender la independencia de la isla, y prohibió a sus responsables la entrada en China continental, Hong Kong y Macao.
China, que considera a Taiwán una provincia renegada que debe unirse al continente, por la fuerza si es necesario, había advertido de contramedidas antes de las conversaciones entre Tsai y el tercer funcionario estadounidense de más alto rango.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán criticó la medida de Pekín, afirmando en un comunicado que es “el derecho fundamental de nuestro jefe de Estado” llevar a cabo actividades diplomáticas y que “China no tiene derecho a intervenir”.
El Ministerio afirmó que China “exageró” al imponer sanciones. “Tal comportamiento engañoso no sólo ahonda los resentimientos del pueblo de Taiwán, sino que también expone la naturaleza irracional y absurda del régimen comunista”, añadió.
La coerción y la represión “sólo reforzarán la creencia del gobierno de Taiwán en la libertad y la democracia”, afirmó el ministerio.