Implicancias de la nueva Ruta de la Seda: ¿se asoma un nuevo liderazgo oriental en el sistema internacional?

En 2013, a un año de haber asumido el cargo, el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, hizo un anuncio en Kazajistán que marcaría la agenda política económica y militar de China de cara al siglo XXI. Reviviendo las glorias comerciales pasadas, el nuevo proyecto, llamado Belt and Road Initiative (BRI) propuso la construcción de una ruta comercial que vaya desde China hasta Europa, expandiendo ampliamente sus capacidades de articulación con nuevos mercados globales.

Sobre la antigua Ruta de la Seda

Esta comenzó a funcionar a partir del siglo I a.c, transformando el comercio global en forma contundente. La Ruta consistía en caminos que iniciaban en la ciudad de Xi’an y se extendían hacia Asia Central, Medio Oriente y África, siendo su punto final el antiguo puerto de Constantinopla, uno de los centros comerciales más importantes de aquel entonces. China, en esos tiempos, fue un importante actor en el comercio internacional.

A continuación, para adentrarnos en el análisis de la nueva Ruta de la Seda, nos enfocaremos en los pilares del proyecto, sus objetivos e impactos, la ofensiva de las potencias occidentales, el estatus proyecto en la actualidad y, se ofrecerán, también, algunas conclusiones acerca del tema desarrollado.

Los pilares conceptuales del BRI

Sin embargo, la nueva Ruta de la Seda, no solo tiene objetivos comerciales. En un nuevo mundo de orden multipolar, China busca consolidar una esfera de influencia a través de sus relaciones políticas y militares, en conjunto con las económicas. A través de este proyecto, el gigante oriental se posiciona firmemente como uno de los principales actores del sistema internacional. Belt and Road contará con cinco pilares fundamentales: la coordinación de políticas, la conexión de infraestructuras e instalaciones, la eliminación de trabas al comercio, la integración financiera y el estrechamiento de los lazos entre los pueblos.

“La antigua Ruta de la Seda comenzó a funcionar a partir del siglo I a.c, transformando el comercio global en forma contundente”

Considerado como una especie de “Plan Marshall”, la Iniciativa de la Franja y La Ruta (Belt and Road) contará con dos principales proyectos. En primer lugar, una ruta terrestre que comenzará en China y que pasará por Asia Central, con rutas que conecten a Moscú y Turquía para luego llegar a Europa. En segundo lugar, un corredor marítimo que conecte puertos en el Mar de la China Meridional con puertos en el Océano Índico, África y Europa. Estos dos proyectos en conjunto permitirán a China importar y exportar un sinfín de productos a una escala masiva global, que lo posicionará como la potencia comercial indiscutible del siglo XXI.

Desde China, se indica que existen más de cien países que están adheridos al proyecto, conectando a prácticamente todo el globo. A las rutas marítimas y terrestres, que van desde carreteras a puentes y líneas de ferrocarril, se le suman proyectos de oleoductos y gasoductos y algunas centrales energéticas.

ruta de la seda puertos.
Los puertos son un elemento fundamental en el entramado logístico que plantea la nueva Ruta de la Seda.

Objetivos e impacto

Ahora bien: ¿cuáles son los objetivos a alcanzar por la República Popular China? Y ¿Qué impacto tendrá la iniciativa Belt and Road en términos económicos, políticos y militares?

“La Ruta consistía en caminos que iniciaban en la ciudad de Xi’an y se extendían hacia Asia Central, Medio Oriente y África, siendo su punto final el antiguo puerto de Constantinopla”

En primer lugar, China busca satisfacer sus necesidades comerciales, asegurando el intercambio de productos de todo el mundo. Belt and Road tiene como objetivo promover la cooperación entre los participantes del proyecto, mejorando la infraestructura de países subdesarrollados y abriéndolos a un mercado demandante como lo es el del gigante asiático.

También, se busca que el comercio tenga un impacto positivo en la región, generando mayor estabilidad y seguridad. La nueva Ruta de la Seda es, en la actualidad, el más importante eje de la política exterior de cara al siglo XXI.

El poder detrás de la infraestructura china

Impacto en términos económicos

Como mencionamos anteriormente, la Iniciativa permite a China conectarse comercialmente con una gran cantidad de países de todos los continentes. La integración económica y las relaciones comerciales son fundamentales en la política exterior China.

“Belt and Road tiene como objetivo promover la cooperación entre los participantes del proyecto, mejorando la infraestructura de países subdesarrollados”

Por otro lado, China, gran consumidor de petróleo y gas, garantiza a través este proyecto el ingreso de una cantidad suficiente de recursos energéticos que provienen de Asia Central y el Cáucaso. El Corredor Económico Chino-pakistaní, una de las partes fundamentales de Belt and Road, le permitirá a China acceder al puerto de Gwadar a través de rutas y ferrocarriles, evitando el Estrecho de Malaca y las posibles hostilidades en el Mar del Sur de China (una zona de potenciales conflictos) garantizando la libre circulación de bienes y servicios.

El acceso a recursos y mercados globales que este proyecto impulsa, va a continuar potenciando el crecimiento económico del gigante asiático, impulsando el fuerte posicionamiento de China como potencia comercial.

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Impacto en términos políticos

El líder de China, Xi Jinping, busca expandir su esfera de influencia hacia nuevas regiones como Asia Central, Medio Oriente, África y, también, América Latina, una región con muchos interés por sumarse a la Iniciativa para ampliar sus mercados.

El proyecto le permitirá a China tener control de puertos, rutas y ferrocarriles, que mejoraran su posición en el sistema internacional. La política que ha implementado China resulta, además, muy atractiva en términos políticos para regímenes cuestionados por occidente, ya que uno de los ejes de la política exterior del país es la “no intromisión en asuntos internos”. Es decir, a través de las inversiones, Xi Jinping puede atraer a nuevos socios comerciales enemistados con las potencias occidentales, sumando nuevas amistades. La coordinación y cooperación con otros gobiernos fortalece, sin dudas, la política del gigante asiático.

nueva ruta de la seda caminos
Mejorar la conectividad terrestre para el desarrollo comercial es uno de los objetivos del BRI.

Impacto en términos militares

La República Popular China aumentará con este proyecto su poderío militar. Con una capacidad industrial defensiva pujante y con ansias de sumar nuevos compradores, Belt and Road puede ser vista como un importante paso para que el país logre posicionarse como potencia militar.

“China, gran consumidor de petróleo y gas, garantiza a través este proyecto el ingreso de una cantidad suficiente de recursos energéticos que provienen de Asia Central y el Cáucaso”

Por otro lado, China aspira a que, la mayor cooperación entre los participantes de la iniciativa logre generar un clima más amigable con los negocios, a través de una mayor seguridad internacional.

Una de las razones por las que la implementación de esta iniciativa puede experimentar algún retraso es por la campaña de Occidente que denuncia supuestas violaciones a los Derechos Humanos en la región de Xinjiang. Es por esto que el gobierno de Xi Jinping deberá solucionar los conflictos y los intereses de secesión de una minoría apoyada por los países occidentales, si desea que el proyecto avance de forma correcta.

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La ofensiva occidental

Por parte de las potencias occidentales, esta Iniciativa no es vista con buenos ojos. Estados Unidos y la Unión Europea temen el avance asiático en términos geográficos, políticos, militares, comerciales e incluso culturales.

“El Corredor Económico Chino-pakistaní… le permitirá a China acceder al puerto de Gwadar a través de rutas y ferrocarriles, evitando el Estrecho de Malaca”

Desde la potencia norteamericana, durante la administración Trump, se embarcaron en una Guerra Comercial abierta contra el avance chino. Sin embargo, esto no logró que nuevos actores se sumen al BRI. En términos económicos, la apertura de China a nuevos mercados que garanticen su crecimiento es vista de manera peligrosa. Las preocupaciones de Estados Unidos son marcadas también en materia de seguridad: se ve con temor la nueva incorporación de bases militares y puertos que pongan en jaque su poderío sobre mares y tierras. En términos políticos, el apoyo de China a regímenes no aceptados por Occidente debilita la posición de Estados Unidos a la hora de intentar asfixiarlos. Mientras tanto, el “País del Centro” se dedica a hacer negocios.

La posición de Europa

Dentro de la Unión Europea, existen distintas opiniones con respecto a la iniciativa Belt and Road. Algunos países europeos han demostrado un fuerte interés en sumarse al proyecto ya que este les permitirá desarrollar, junto con China, infraestructura y, también, abrir nuevos puentes comerciales con una de las zonas más pujantes del mundo. De hecho, hoy en día, China tiene control sobre el puerto de El Pireo, en Grecia.

Sin embargo, otros ven un intento del gigante asiático de apoderarse de Europa a través de las relaciones económicas. La Unión Europea ha sido una gran crítica de las políticas con respecto a los Derechos Humanos en China, aunque esto no ha interferido en las relaciones comerciales entre ambos.

La visión de EE.UU.

Tanto Estados Unidos como algunos miembros de la Unión Europea creen que la consolidación de China como potencia mundial significa un fuerte riesgo para la seguridad global. Pero, lo cierto es que, en los países menos desarrollados, las inversiones chinas son vistas con buenos ojos, ya que ayudan a potenciar sus economías. Existen intentos de proponer alternativas por parte de estos países al proyecto Belt and Road, buscando atraer inversiones económicas, siempre y cuando se respeten los “valores democráticos”.

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La actualidad del proyecto

La parálisis que género en el mundo la pandemia del Covid-19 y las tensiones de China con Estados Unidos representan un nuevo desafío para la Iniciativa. El primer anuncio de Xi sobre el proyecto, hace más de ocho años, se dio con un escenario internacional muy distinto al actual.

“El líder de China, Xi Jinping busca expandir su esfera de influencia en nuevas regiones como Asia Central, Medio Oriente, África y, también, América Latina”

La cooperación y el multilateralismo han sufrido con políticas aislacionistas que se impulsaron tras el Brexit en 2016 y la victoria de Trump en ese mismo año. La globalización, en el sistema internacional, ha dado grandes pasos de retroceso.
Sin embargo, hoy más que nunca, los países menos desarrollados buscan afrontar la reconstrucción de la pos pandemia.

Los capitales chinos, en un mundo demandante de inversiones, vuelven a tomar un rol importante. El financiamiento de proyectos de infraestructura que potencien el desarrollo económico y el intercambio comercial es un beneficio mutuo para China y sus socios, una política de “win-win”. Es por esto que, pese a los retrasos, la iniciativa Belt and Road continúa siendo el proyecto comercial más ambicioso a nivel mundial, al que cada vez se suman nuevos actores.

Conclusiones

En un escenario internacional cambiante, con grandes desafíos para los países, China presenta un modelo de desarrollo compatible con los valores del libre comercio pero también, con una fuerte política de no intervención en asuntos internos. Los nuevos socios del gigante asiático tienen, en principio, un impacto positivo en sus economías al unirse a la Iniciativa y conservan un alto grado de soberanía, a diferencia de los tratados impuestos por Occidente.

Las duras restricciones que impone Estados Unidos parecen no ser suficientes para frenar el avance chino, que cada vez se extiende más. Sin embargo, no todo es color de rosa: los países menos desarrollados deben cuidar sus economías internas para no ser avasalladas por productos asiáticos y deben también cuidar sus recursos estratégicos y el medio ambiente para lograr un verdadero desarrollo sostenible.

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Es estudiante avanzado de Relaciones Internacionales de la Universidad de Belgrano (UB), Argentina. Vivió en Estados Unidos y en China. Es redactor y analista del Centro de Estudios Internacionales de la UB (CESIUB).