El gobierno de Japón anunció que endurecerá los controles a la exportación de equipos avanzados de fabricación de chips, sumándose así a los esfuerzos liderados por Estados Unidos para frenar la capacidad de China de desarrollar semiconductores de alta gama que puedan utilizarse con fines militares.
Según informó Kyodo News, la decisión de Japón de ampliar el ámbito de los productos de fabricación de chips que requieren autorización para su exportación, cuya entrada en vigor está prevista para julio, provocó una reacción violenta de Pekín, aunque Tokio no señaló a la potencia económica vecina como principal objetivo de las restricciones.
“Se trata de evitar que nuestra tecnología se desvíe para uso militar”, declaró en rueda de prensa el ministro japonés de Economía, Comercio e Industria, Yasutoshi Nishimura. “Cumpliremos con nuestra responsabilidad ante la comunidad internacional”.
En octubre del año pasado, Estados Unidos puso en marcha un amplio conjunto de controles a la exportación de ciertos chips de alta gama que Pekín podría utilizar para entrenar sistemas de inteligencia artificial y modernizar su ejército, al tiempo que pedía a Japón y Holanda -en posesión de tecnologías avanzadas en la fabricación de chips- que siguieran su ejemplo.
Según el plan, que se hará oficial tras solicitar comentarios públicos, Japón revisará una ordenanza del Ministerio de Comercio en virtud de la ley de divisas y añadirá 23 artículos sujetos a las restricciones.
La lista incluye equipos de limpieza, revisión y litografía, una tecnología utilizada para imprimir patrones complejos en obleas de semiconductores, esencial en la producción de chips de última generación.
Unas 10 empresas japonesas, entre ellas Tokyo Electron Ltd., se dedican a la fabricación de este tipo de equipos. Pero Nishimura dijo que el impacto de la nueva normativa en las empresas nacionales sería probablemente limitado, ya que el control de las exportaciones se centra en tecnología “extremadamente avanzada”.
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Al mismo tiempo, el gobierno japonés permitirá un proceso simplificado para exportar los equipos a 42 países y regiones, entre ellos Estados Unidos, aliado de seguridad de Japón, y Taiwán, actor clave en la industria de semiconductores. China no figura entre ellos.
En Pekín, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, criticó la medida de Japón, afirmando que “perturbaría artificialmente la estabilidad de la cadena de suministro mundial”.
“Politizar, instrumentalizar y convertir en armas las cuestiones tecnológicas y comerciales sólo perjudicaría a los demás y a uno mismo”, advirtió Mao.
También declaró en una rueda de prensa que la cadena mundial de suministro de chips surgió gracias a las reglas del mercado y a las decisiones de las empresas, en crítica a las restricciones dirigidas por Estados Unidos contra China.
Según un informe del gobierno estadounidense sobre las cadenas de suministro en 2021, Estados Unidos posee una parte significativa de la producción mundial de la mayoría de los tipos de equipos de fabricación de semiconductores frontales, con la notable excepción de la litografía, que se concentra en los Países Bajos y Japón.
China se ha opuesto a las restricciones estadounidenses a la exportación, presentando una queja ante la Organización Mundial del Comercio en diciembre del año pasado alegando que Washington ha estado “abusando” del uso de medidas de control de las exportaciones en nombre de la protección de la seguridad nacional.