En los últimos tres años, China ha conseguido logros sobresalientes tanto en el desarrollo económico como en el control de la pandemia del COVID-19.
Tras haber resistido las oleadas de la pandemia al tiempo que salvaguardaba eficazmente la vida y la salud de sus 1.400 millones de habitantes, el país ha mantenido las tasas de infección y mortalidad por COVID-19 más bajas de todos los grandes países en los últimos tres años.
Hasta la fecha ha publicado nueve ediciones de protocolos de control del COVID-19, junto con las 20 medidas anunciadas en noviembre y las 10 últimas publicadas a principios de este mes, y se ha adaptado rápidamente a la constante evolución de la situación epidémica con una serie flexible de medidas de control.
"China ha ido optimizando las medidas de control en función de la evolución de la situación epidémica para que su respuesta al COVID-19 sea más específica y científica", declaró Zhang Boli, académico de la Academia China de Ingeniería.
Notables avances
Los esfuerzos de China para contener el virus han demostrado su eficacia y han ayudado al país a sortear el bache económico inducido por la pandemia.
El producto interior bruto (PBI) del país se expandió a una tasa media anual del 4,6 por ciento desde el tercer trimestre de 2019 hasta el tercer trimestre de 2022, muy por encima de la media mundial, según datos publicados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
Durante el mismo periodo, el crecimiento del PBI de India y Estados Unidos se situó en el 2,2 por ciento y el 1,6 por ciento, respectivamente, y los de otros países importantes, incluidos Japón, Alemania, Francia y Gran Bretaña, se situaron por debajo del 0,5 por ciento, mostraron los datos.
Aparte del crecimiento económico general, China también ha superado a la mayoría de los países en volumen comercial, producción de bienes y producción de energía en los últimos tres años, y ha mantenido su tasa de inflación en un nivel relativamente bajo.
La búsqueda de China de concretar objetivos en ciencia y tecnología
El sustento básico de los chinos ha estado garantizado durante la pandemia. En los 11 primeros meses de este año se crearon 11,45 millones de nuevos empleos urbanos en todo el país, y el índice de precios al consumo se ha mantenido en general estable a lo largo de los años a pesar de la creciente presión inflacionista mundial.
El aumento de la esperanza de vida durante la pandemia también demuestra el éxito de China en la lucha contra el COVID. La esperanza media de vida en China pasó de 77,93 años en 2020 a 78,2 años en 2021.
Fuerza y potencial
A pesar de las perturbaciones causadas por la ardua batalla contra el COVID-19 durante los últimos tres años, la economía china ha logrado consolidar su resistencia, fomentar un mayor potencial y mantener unos fundamentos sólidos.
Para empezar, el dividendo demográfico de China se está traduciendo ahora en un dividendo de talento. La población en edad de trabajar del país asciende a 880 millones, con una edad media de 38,8 años, y el número de personas que han recibido educación superior supera los 218 millones, lo que indica una abundante mano de obra.
El capital per cápita del país sigue siendo relativamente bajo en comparación con las principales economías desarrolladas, lo que significa que China tiene más margen de inversión para seguir mejorando su moderno sistema de infraestructuras, impulsar la nueva modernización y la revitalización rural, y potenciar el desarrollo ecológico.
A lo largo de los años, la innovación ha sido siempre el principal motor que ha impulsado el crecimiento económico de China. A finales de junio, el número de patentes de invención válidas en el país ascendía a más de 3,9 millones, lo que supone un aumento interanual del 17,5%.
La economía china está experimentando importantes ajustes que incluyen la transformación del modelo de crecimiento, la optimización estructural y el cambio del motor de crecimiento.
Como gran potencia manufacturera, China posee las categorías industriales más completas y es capaz de fabricar la mayoría de los productos industriales del mundo.
Las infraestructuras también son un fuerte pilar para el crecimiento económico de China, ya que el país cuenta con las redes ferroviarias y de autopistas más grandes del mundo, así como con la red 5G y la red de fibra óptica más grandes del mundo.
Es Ingeniero Industrial del ITBA (Instituto Tecnológico de Buenos Aires). Ha sido CEO y Director de varias compañías de servicios de infraestructura. Actualmente brinda servicios de consultoría en relaciones y estrategias con China. https://javiersanchezcaballero.com/