Los números 7 y 8 son especialmente auspiciosos en Asia. El 7 es la conjunción y armonía entre el yin, el yang y los cinco elementos (metal, madera, agua, fuego y tierra).
Siete son los tesoros budistas según el Sutra del Loto (oro, plata, lapislázuli, concha, ágata, perla y cornalina) que se equiparan, según Nichiren (monje japonés del siglo XIII), con siete prácticas: escuchar la enseñanza correcta, creerla, guardar los preceptos, dedicarse a la meditación, practicar asiduamente, renunciar a los apegos y reflexionar sobre uno mismo. El 7 también representa a los chakras del cuerpo y son, además, las vueltas que el creyente musulmán realiza alrededor de la Kaaba, lugar al que debe concurrir al menos una vez en la vida.
El 8 es la buena suerte china por excelencia gracias a su pronunciación bā (cercana a fā, fortuna), que se traslada por influencia a Corea, Japón y otros países de la región. No es casualidad que el 8/8 sea la fecha predilecta para casamientos ni que los Juegos Olímpicos de Beijing iniciaran el 8/8/2008 a las 8 de la noche. Podríamos seguir.
Entendiendo este contexto, entonces, no sería extraño decir que el 7 y 8 de diciembre fueran las fechas elegidas (¿predestinadas?) para que la prensa y el público general, respectivamente, atestiguaran la reapertura del Museo Nacional de Arte Oriental, conocido por sus siglas “MNAO”. Este nuevo ciclo de la institución – “ciclo”, otro término característico de la cotidianeidad oriental – tiene a su favor la numerología asiática. Augura positivamente el camino que comienza a forjarse en la nueva sede propia localizada en el Centro Cultural Borges, pleno centro de la ciudad de Buenos Aires.

El Museo Nacional de Arte Oriental fue creado en 1965 para difundir las culturas de Asia, África y Oceanía. Sin embargo, ha atravesado varias vicisitudes a lo largo de las décadas que, finalmente, lo llevaron a funcionar de manera acotada y a fuerza de exposiciones temporales bajo el ala del Museo Nacional de Arte Decorativo en el Palacio Errázuriz Alvear.
Al frente de esta nueva etapa y del equipo del museo se encuentra Rocío Boffo, licenciada y profesora en Artes Visuales de la Universidad Nacional de las Artes y quien ofició, además, como Directora Nacional de Museos del Ministerio de Cultura de la Nación entre 2016 y 2017. “La mudanza del Museo Nacional de Arte Oriental a una nueva sede más grande y adecuada para la correcta exhibición de su patrimonio y para el desarrollo de programas públicos para las comunidades es un hecho de profunda relevancia para la institución y para el Ministerio de Cultura, tras más de cincuenta años en esta búsqueda”, expresó.

El patrimonio del museo está compuesto por más de 4.000 piezas originales de China, Japón, Corea, India, Egipto, Turquía, Armenia, el antiguo imperio persa, Tíbet, Indonesia, Malasia y Tailandia, entre otros países. Su acervo está integrado por pinturas, esculturas, grabados, objetos de uso cotidiano, de culto, indumentaria, instrumentos musicales, juguetes, fotografías y mobiliario de distintas culturas orientales.
Siete son los tesoros budistas según el Sutra del Loto (oro, plata, lapislázuli, concha, ágata, perla y cornalina) que se equiparan
Actualmente cuenta con la exhibición permanente denominada “Oriente Todo”, que busca desafiar el tradicional concepto de orientalismo concebido desde Occidente a través de oposiciones, y que ha sido también objeto de estudio de académicos y críticos como el ya fallecido Edward Said.
En simultáneo, se presenta la muestra temporaria “Calcar Destellos de un Oriente”, que complementa la exposición del patrimonio con obras de las artistas contemporáneas Aili Chen y Johanna Wilhelm que dialogan con la colección, en un proyecto curatorial de Viviana Usubiaga.
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Sin embargo, hay otros detalles que distinguen a la flamante sede. A tono con las tendencias actuales de otros museos en grandes capitales del mundo, el MNAO no solo expone piezas, sino que ha incorporado pantallas y muestras interactivas, un salón para actividades y áreas aptas para disertaciones.
Este nuevo ciclo de la institución – “ciclo”, otro término característico de la cotidianeidad oriental – tiene a su favor la numerología asiática
Además, ha sido pensado tomando en cuenta normas de accesibilidad para personas con discapacidad visual, motriz y auditiva gracias a sus amplios espacios de circulación, el uso del lenguaje de señas y la posibilidad de palpar réplicas.

Y si bien se celebra la reapertura física del museo, es de destacar la labor que viene realizando su equipo de comunicación en los últimos meses al utilizar activamente las redes sociales para interactuar con el público. Sin dejar de lado las exhibiciones tradicionales, este nuevo MNAO busca adaptarse al visitante adolescente, activo usuario y consumidor de nuevas tecnologías. A esta misma línea responden las actividades organizadas desde el museo previo a su apertura, como el taller de manga (cómic japonés) que buscó, a través de la este elemento de la cultura pop asiática moderna, incluir a los jóvenes de sectores carenciados.

Para el 2023, el museo propone una programación que integrará diversos programas públicos y comunitarios entre los que se destacan charlas de especialistas, visitas guiadas a las exhibiciones, talleres, proyecciones y conciertos.
El Museo Nacional de Arte Oriental se encuentra abierto al público de miércoles a domingos de 14 a 20 hs en Viamonte 525, piso 2 (Centro Cultural Borges) con entrada libre y gratuita.
Licenciada en Estudios Orientales (Universidad del Salvador). Especialista en Relaciones Públicas. Cuenta con una diplomatura superior en Educación, Imágenes y Medios (Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales). Tiene una Maestría en Industrias Culturales, Política y Gestión (Universidad Nacional de Quilmes). Es profesora de la clase sobre Japón en la materia Procesos Interculturales, de la Maestría de Diversidad Cultural (Universidad Nacional de Tres de Febrero). Imparte cursos de capacitación sobre historia, cultura y protocolo de China, Corea y Japón (Museo de Arte Hispanoamericano Isaac Fernández Blanco).